En el PRO de Santa Fe suenan los tambores de guerra. Este miércoles por la noche tendrá lugar la reunión mensual del Consejo Directivo en la que las tropas que responden a Gisela Scaglia y a Federico Angelini acordarán (o no) los términos y condiciones de la interna. No se descarta la unidad, pero nadie quiere ceder.
El de hoy es el primer encuentro del órgano ejecutivo del partido amarillo santafesino tras la oficialización de Mauricio Macri como titular a nivel país. Con la interna nacional ya resuelta, la dirigencia local piensa que es momento de ajustar cuentas en Santa Fe. Aquí, la pelea por la conducción del partido se viene profundizando desde que Scaglia asumió como vicegobernadora y avisó que considera que ese cargo institucional -el más alto que alguna vez ostentó el PRO en la provincia- debe tener su correlato a nivel partidario.
Angelini, que controla el partido a través de Cristian Cunha, no quiere entregarse mansamente y avisó que está dispuesto a competir en una interna. Confía en el control que ejerce sobre la estructura partidaria: "Ellos tienen recursos pero yo tengo los votos", se le escuchó decir.
Los motivos de Federico Angelini para adelantar las elecciones
Como contó Letra P, el grupo de Angelini quiere apurar los tiempos del proceso electoral interno. El mandato de Cunha vence el 20 de octubre, pero la intención de los halcones es votar en los próximos dos meses.
Las hipótesis sobre los motivos de ese cambio de postura fueron varias. Una lectura apuntó a la necesidad de acotarle los tiempos al grupo de Scaglia, que a fuerza de los recursos que brinda el gobierno provincial parece venir sumando dirigentes por goteo. Otra, señaló que la confianza en un triunfo por parte de la tropa angelinista es tal que quieren apurar los tiempos para fortalecerse y forzar una nueva discusión por lugares en el gabinete provincial.
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El sector de Federico Angelini no quedó conforme con los lugares que obtuvieron en el gabinete de Pullaro.
Sin embargo, cerca de Angelini descartaron ambas versiones. El motivo que esbozaron es que simplemente hay una bajada de línea desde la conducción nacional que pidió apurar la renovación de todos los mandos provinciales y la regulación del partido en aquellas provincias donde está intervenido. La idea, dicen, es llegar a la discusión por las alianzas de cara a las elecciones intermedias del año que viene con el partido ordenado en todos los distritos.
La unidad del PRO, una quimera
La única coincidencia que tienen hoy por hoy ambas tribus es que una elección interna en un año no electoral -con crisis económica, de violencia y una mala imagen general de la política- sería un desacierto de cara a la gente. En Rosario, el PRO tiene alrededor de 6 mil afiliados, pero se estima que apenas un cuarto iría a votar. Por eso, todos coinciden en que fijar la fecha abrirá un proceso de negociación que desembocará en un consenso alrededor de una lista de unidad.
El problema es que ningún sector quiere ceder el primer lugar. Tanto el sector de Scaglia, que considera que el cargo le corresponde por contar con el rol institucional más importante en la provincia, como el de Angelini, que dice ser el más alineado con la conducción nacional -apuntando a la vicegobernadora por su cercanía con Horacio Rodríguez Larreta-, supeditan la unidad a ser ellos quienes se queden con la presidencia.
El rol de Mauricio Macri en Santa Fe
El expresidente se declaró prescindente en la interna. Así se lo dijo a Scaglia cuando la vicegobernadora lo visitó junto a su equipo más cercano y le comunicó sus intenciones de disputarle la conducción del PRO a Angelini. También le agradeció por no pedirle que intervenga pero le pidió que trabajase por la unidad. Ese mensaje fue tomado como una victoria por parte del entorno de la compañera de fórmula de Maximiliano Pullaro, dado el vínculo que une al actual presidente del PRO con Angelini, su protegido en Santa Fe.
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Lucas Incicco, Gisela Scaglia, Mauricio Macri y Germán Mastrocola.
Ese gesto, sumado a la cercanía de Angelini con Patricia Bullrich cuando la ministra de Seguridad tensionó el vínculo con Macri en plena negociación, hizo pensar por primera vez en un resquebrajamiento en la relación entre el fundador del PRO y el santafesino. Sin embargo, el expresidente cuidó las formas y se mostró con ambos en su posterior visita a Rosario, donde el sector halcón tuvo un rol preponderante en la organización. Por eso confían en que, tarde o temprano, terminará inclinando la balanza a su favor: "No le va a dejar el partido al larretismo".