Gisela Scaglia tiene un admirador de lujo. A donde vaya, el gobernador Maximiliano Pulllaro resalta la figura y el rol de la vice de Santa Fe, quizás porque ve en ella características compartidas, como su disposición a trabajar 24/7 y dormir arriba del auto si es necesario. Elogia su carácter empático y la actitud para sumar en lugar de la queja. Desde ya que la siente leal y lo gratifica su disposición a recorrer la provincia.
La vicegobernadora del PRO se propuso caminar pueblos y ciudades de forma constante, casi siempre con una agenda distinta a la del gobernador, que, lejos de verlo como una competencia, lo incentiva. Ambos coinciden en que es una complementación que aporta mayor despliegue a la gestión en una provincia extensa y diversa. No le molesta alejarse del Senado, un nicho de poder cuyos hilos maneja de taquito el senador Felipe Michlig.
Detrás de tanto dulce de leche en la relación política de dos dirigentes que se están conociendo de cerca a partir de que las circunstancias los juntaron en una fórmula ganadora, hay un proyecto de poder en el que tienen intereses concordantes y mucho por ganar.
La prueba de fuego que se avecina es el cisma de Juntos por el Cambio nacional, con el PRO preparando el terreno para soltar amarras de forma progresiva hasta abrazarse con La Libertad Avanza.
La sociedad Pullaro-Scaglia se posiciona espalda contra espada para soportar el cimbronazo. La receta es conocida en Santa Fe: privilegiar el proyecto provincial por encima de cualquier posicionamiento nacional. El talismán protector es Unidos para Cambiar Santa Fe, la alianza gobernante que incluye a todos los partidos de JxC más el socialismo.
El papel de Scaglia será crucial en adelante para contener a la mayor parte de su partido dentro de Unidos y, sobre todo, a los votantes del PRO que en los últimos comicios eligieron a Milei, pero también a Pullaro y a ella, y que a poco más de 60 días se encuentran con una inesperada guerra entre el gobierno nacional y las provincias, con consecuencias para Santa Fe que no se vieron ni en los peores momentos de la relación con los gobiernos del kirchnerismo.
De todos modos, la vicegobernadora no ve que Mauricio Macri resuelva una alianza de un día para el otro con Milei. Cree que el expresidente ve los riesgos y que el proceso será paulatino, con legisladores que se irán reacomodando y quizás dirigentes incorporándose al gobierno de forma aislada pero no como un pacto entre Macri y Milei.
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En los últimos días Scaglia criticó a Javier Milei y confrontó con el gobierno, al que la cúpula de su partido se quiere sumar. “Coincidimos con la idea del cambio, pero no vamos a ceder nunca cuando se afecta a la producción, a la industria, a la clase media que viaja para ir a su trabajo", dijo antes de insistir en la coparticipación del impuesto PAIS entre otros. Calificó como “injusta la mirada que el presidente tiene del gobierno de Santa Fe” y dijo que "según lo que pasó hasta acá, me cuesta ver en Milei la división de poderes tan necesaria en una república".
Scaglia también tiene tomada la decisión de disputar la conducción del PRO Santa Fe a fines de 2024, hoy en manos del sector del macrista Federico Angelini. Lo manifiesta en cada ocasión que puede. Es la figura más relevante del PRO en términos institucionales y dialoga y se reúne con sectores y referentes de un partido que arrastra innumerables internas y viene en retroceso. Lucas Incicco, Alejandro Roselló, Gabriel Chumpitaz, Ana Laura Martínez, son algunos interlocutores que juegan de ese lado de la grieta amarilla, además de la dirigencia de pueblos y ciudades a los que Scaglia tiene llegada directa como vicegobernadora.
Esa ambición de liderazgo se consolidó a finales de 2023, cuando Pullaro la empoderó para negociar espacios y nombres que el PRO ocuparía en el nuevo gobierno, papel que como era de esperar disgustó a Angelini y que el propio Mauricio Macri le sugirió infructuosamente que no ejerciera.
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Scaglia reconoce que las dos personas determinantes para que llegara a donde llegó fueron Miguel Del Sel años atrás y más recientemente Horacio Rodríguez Larreta.
El excandidato presidencial es su referente nacional en el PRO y quien le propuso a Pullaro su nombre como compañera de fórmula. Este es otro dato central a tener en cuenta en el futuro inmediato y ante el cisma que se avecina en Juntos por el Cambio.
El exjefe de Gobierno porteño desistió de dar la pelea por la presidencia del PRO, que debe definirse en marzo. Está convencido de que “hay que hacer algo distinto”, según dicen quienes hablaron el tema con él, un espacio de oposición de centro, que no incluye irse a la derecha con Milei, y que sume sectores del PRO, el radicalismo y cobije a terceras fuerzas políticas. Los primeros pasos de ese derrotero se pudieron visibilizar en las visitas de Rodríguez Larreta a San Luis y Santa Fe.
Si el escenario nacional avanza en esa línea, Scaglia será una pieza relevante para aglutinar al PRO santafesino que, como le viene pasando a sus legisladores nacionales, se encuentra que el gobierno de Javier Milei se embarcó en una guerra con medidas contra las provincias que los enfrenta a su base electoral en el territorio. Los casos más patentes fueron el intento de aumentar las retenciones y la eliminación de los subsidios al transporte del interior.
Si bien hoy La Libertad Avanza tiene poco y nada de desarrollo provincial, en el futuro se verá qué forma tendrá en Santa Fe la alianza nacional con el PRO y su potencial competitividad electoral. Una posibilidad cierta es que el sector de Angelini arme las valijas y se vaya de Unidos.