Fútbol de Ascenso: con Deportivo Madryn, Sastre zurce en la Patagonia un modelo a la medida de Tapia
El titular del club sureño y exvice de Chubut reivindica la visión federal de la AFA. Su rol en el PJ y en la región. La intendencia que controla su hermano.
Los mellizos Ricardo y Gustavo Sastre junto a su padre, el día que Deportivo Madryn llegó a la Primera Nacional.
Alejado de la primera plana de la política partidaria y a dos partidos de llevar a Deportivo Madryn a la Liga Profesional de Fútbol, Ricardo Sastre consolida su poder en la AFA. Se define como orgánico de Chiqui Tapia y Pablo Toviggino y acompaña “desde afuera” la gestión de su mellizo Gustavo en la Intendencia local.
Registrate para continuar leyendo y disfrutando de más contenidos de LETRA P.
Su ascenso en la estructura de la Asociación del Fútbol Argentino es un caso paradigmático de la convergencia entre el poder político provincial y una dirigencia deportiva nacional que encuentra su base en el perfil federalista. Una cualidad que el también exintedente de Puerto Madryn supo aprovechar para llegar a sentarse en la mesa chica de la AFA.
En ese camino recorrido, en el que los mellizos Sastre se han alternado en el manejo del club y de la Municipalidad, convergen conexiones políticas con éxitos deportivos, negocios, tradición familiar y manejo del Estado. Y un presente que encuentra a Ricardo trabajando “para fortalecer la gestión” del máximo órgano del fútbol argentino.
Un leal a la causa de Chiqui Tapia
“Somos leales a la causa, soy respetuoso de la conducción que llevan adelante Tapia y Toviggino”, define Sastre cuando Letra P le pregunta sobre su relación con el presidente y el tesorero de la AFA. Para el hombre que a lo largo de los años fue intercambiando sus roles dirigenciales deportivos y estatales, “jamás hubo una visión tan federal del fútbol como en esta gestión” en la que, pondera, los números hablan por sí solos.
En esa gestión Sastre ocupa un rol relevante como integrante titular de la Asamblea, el órgano supremo de la asociación de la calle Viamonte. Ese cuerpo legislativo aprueba los presupuestos y balances, elige o remueve al presidente y al comité ejecutivo, modifica el Estatuto y resuelve las cuestiones relacionadas con la gestión y la política general del fútbol.
Tapia
Chiqui Tapia y Ricardo Sastre, una relación de confianza.
“Yo soy, como he sido en mi vida política, orgánico y respetuoso de los espacios que me toca ocupar”, afirma, y asegura que no tiene ambición de ocupar un cargo más alto en la estructura.
El ascenso de Ricardo Sastre
Sastre desembarcó en la Asamblea en 2022, un año después del ascenso de Deportivo Madryn a la Primera Nacional, con el voto de sus pares de la categoría. Todavía era el vicegobernador de Mariano Arcioni. Las sucesivas elecciones lo mantuvieron en ese lugar reservado para dirigentes de confianza del Chiqui.
Ricardo Sastre y Mario Das Neves, exgobernador de Chubut.
Esa primera experiencia al frente del aurinegro se interrumpió en 2007, cuando el entonces gobernador Mario Das Neves lo convocó para formar parte de la lista de diputados provinciales. Los socios del club que le había servido de plataforma para su despegue político eligieron a su mellizo Gustavo para que continuara con el mandato.
Entre 2011 y 2019 Ricardo se desempeñó como intendente de esa ciudad de la costa de la Patagonia, cargo que dejó para acompañar a Arcioni en el gobierno provincial. Durante el mandato de su hermano, el club experimentó un profundo crecimiento estructural y deportivo. Pasó de jugar ligas locales al Federal A, hasta que en un histórico partido contra Racing de Córdoba logró el ascenso a la Primera Nacional, en 2021.
Después de muchos años, hoy me toca regresar a la presidencia del @ClubMadryn, institución que amo y que también fuera presidida por mi papá, Abel; y mi hermano @Gus_Sastre. Agradezco su gestión al frente de la institución, llena de logros deportivos y grandes obras (sigue) pic.twitter.com/uudwe3li6k
En 2022, con Gustavo transitando su primer período como intendente, Ricardo volvió a la presidencia del club. Para entonces, Tapia ya había lanzado su proyecto federalista, a través del cuál le dio a los representantes del fútbol del interior mayor participación en las votaciones.
Una relación de conveniencia mutua
La lealtad declarada de Sastre hacia Tapia le garantiza al presidente un voto para la estabilidad y el consenso dentro la estructura de la casa madre del fútbol argentino. Algo parecido puede decirse respecto de Toviggino, uno de los arquitectos del poder del fútbol del ascenso y principal operador político en la AFA, con conexiones aceitadas con dirigentes del peronismo.
Los Sastre construyeron un vínculo clave con Javier Treuque, un chubutense muy cercano a Toviggino que fue escalando posiciones en la asociación. En esa relación de mutua conveniencia pesa la expertise política de los mellizos, que lograron generar los apoyos patagónicos para que su coprovinciano escalara de la presidencia de la Liga del Valle de Chubut a la secretaría general del Consejo Federal del fútbol y, desde 2024, a la vicepresidencia de la AFA.
Javier Treuqeu
Treuque, a la derecha de Tapia.
Cada vez que a Treuque le armaron una lista competitiva para disputarle la liga local, los hermanos sastre “se pusieron la 10 y armaron con la mayoría de los clubes para conseguirle votos” y que siguiera siendo presidente, le explicó a Letra P un hombre que conoce los resortes del fútbol del sur.
En este sentido, a un club pequeño como el de los Sastre le sirve tener una conexión aceitada con un dirigente en ascenso, tan cercano a la cúpula del poder. A Treuque le sirve que un equipo “propio” ascienda a Primera porque lo revalida como dirigente de primer plano nacional.
Polémicas, Estado y negocios
El arbitraje de Lucas Comesaña en el partido de ida frente a Gimnasia y Esgrima de Jujuy por los cuartos de final del Reducido de Primera Nacional, la suspensión del DT de Deportivo Morón antes de la semifinal por una supuesta frase que nunca dijo y el escándalo desatado tras ese partido, que incluyó represión policial y gas pimienta a los jugadores del “Gallo”, acrcentaron las dudas sobre un probable favoritismo de la AFA por el club patagónico.
“Ganamos una fase regular de 38 partidos y le sacamos cinco puntos al segundo. No escuché antes cuestionamientos por los arbitrajes. Todo empezó contra Gimnasia de Jujuy. Nadie se acuerda de que jugamos una final contra Gimnasia de Mendoza y perdimos por penales después de que nos empataran en el último minuto. Y no criticamos a nadie”, se defendió Ricardo Sastre en diálogo con este medio.
Más allá de las polémicas futboleras, otros episodios dan cuenta de intervenciones cruzadas entre el club, el Estado y los negocios. Durante el último invierno, una resolución autorizó a la Municipalidad de Puerto Madryn a financiar parte del alojamiento de los árbitros que viajaban a dirigir al club, un hecho denunciado por la oposición como “un conflicto de interés flagrante” ya que habitualmente son los clubes los que financian los viáticos de los referis.
Un capítulo aparte merece la rivalidad con Guillermo Brown, club que transitó la segunda categoría del fútbol argentino hasta 2024. A medida que los Sastre crecían en la AFA, su clásico rival iba perdiendo auspiciantes. El presidente de ese club es Carlos Eliceche, quien antecedió a los mellizos en la intendencia de Madryn, que ocupó durante dos períodos. Personas cercanas al club ven en ese movimiento un intento para limitar la proyección política del Ganso, como se conoce a Eliceche en la provincia, un dirigente que llevó a un club de barrio a jugar con equipos como River, cuando ambos participaban de la segunda categoría.
En contraste, Deportivo Madryn suma espónsores que los críticos miran con lupa. Uno de ellos es Aluar, el gigante del aluminio. Su presidente, Javier Madanes Quintanilla, cuestionó este año que el costo logístico para recorrer los 1.200 metros que separan la planta y el puerto “es mayor que desde el puerto hasta Japón”. Una de las empresas que realizan esa logística es Ruta 40 SA, propiedad de Ricardo Sastre.
Afuera, con un pie adentro
En mayo pasado, el dirigente sindical Alfredo Béliz rompió con el peronismo presidido por Gustavo Fita, un hombre cercano al diputado electo Juan Pablo Luque y al senador cristinista Carlos Linares. Fue el comienzo del armado de la lista de La Fuerza del Trabajo Chubutense, que obtuvo 11 puntos en las elecciones de octubre.
La presencia de Ricardo Sastre en ese acto se interpretó como un apoyo a la línea del peronismo vinculada a sectores gremiales y tradicionales, que enfrenta a la conducción del partido. El mellizo Gustavo, a quien le quedan al menos dos años más al frente del Municipio, recientemente reclamó que los dirigentes del peronismo debe sentarse a dialogar, buscar consensos e incluso armar un frente con otros partidos.
Ante la pregunta, Ricardo se corre: “Ya no estoy en la política. Estoy más ligado a la empresa familiar y acompañando a mi hermano desde fuera”.
Lejos de los cargos, pero no de las conversaciones, Sastre se mueve en una frontera donde confluyen el poder deportivo y las disputas del peronismo chubutense. Su rol en la AFA lo proyecta y su apellido conserva peso propio. Lo admita o no, sigue siendo un jugador.