Fuerza Patria porteña: entre la polarización y la batalla por el cuarto diputado
Apunta a una confrontación abierta con La Libertad Avanza y hace cuentas con la crisis cambiaria. La variedad de opciones progresistas podría restarle.
Fuerza Patria porteña apunta a una confrontación abierta con La Libertad Avanza y saca números sobre una elección abierta en la Ciudad.
Fuerza Patria profundizará su estrategia de polarización con La Libertad Avanza en territorio porteño, mientras saca cuentas sobre el impacto de la crisis cambiaria en la elección de octubre. Con el objetivo de sumar bancas en Diputados, se propone barrer con las opciones que pueden dañar su chances.
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El resultado de la elección bonaerense y el escenario que abrió la tensión financiera fortaleció las expectativas del peronismo porteño, que tiene como principales candidatos al senador Mariano Recalde y al diputado Itai Hagman. Siguiendo la hoja de ruta definida en abril que resolvió que estrategia para octubre sería la nacionalización, Fuerza Patria va a camino a ratificarse como segunda fuerza local.
No obstante, la proyección electoral del peronismo también estuvo sometida a un subibaja del que no parece que pueda escapar ningún plano de la vida política. Si bien esperaba un triunfo en mayo, el segundo lugar detrás del vocero presidencial, Manuel Adorni, le dejó un saldo legislativo muy positivo ya que desde diciembre controlará un tercio de la Legislatura porteña. Pero, por otro lado, quedó el gusto amargo porque en el comando de campaña, en ese momento estaba en manos de Juan Manuel Olmos, descontaba un primer puesto.
Algo similar ocurrió durante el cierre de listas. La aceptación del PRO de las condiciones impuestas por LLA para incorporarse a la cola de la lista de violeta, implicó también la desaparición de la opción macrista en el cuarto oscuro. Y con eso, prácticamente la garantía de que la banca del Senado por la oposición quede en manos de Recalde.
Por eso, el comando de campaña resolvió que la estrategia más efectiva es transformar la lista celeste y blanca en el vehículo para canalizar el enojo con el gobierno nacional. Hacia allí van a estar apuntados todos los cañones, dejando de lado al resto de las 15 expresiones políticas que quieren meterse en la pelea. Al menos en la categoría de diputados nacionales.
Los números de Fuerza Patria
Esta semana, en el búnker porteño de Fuerza Patria empezaron a analizar las primeras encuestas postcrisis cambiaria que muestran un impacto mucho más profundo que el que aceptan en el comando del oficialismo nacional. Los números ubican a Bullrich en torno al 35% y a Recalde sobre los 24 puntos.
Cerca del presidente del PJ metropolitano consideran que el piso para considerar una elección aceptable es garantizar la renovación de las tres bancas que se ponen en juego en la Cámara de Diputados. Un objetivo más ambicioso, que se condice con los números que manejan, es sumar una cuarta banca. En el mejor de los casos sería dar un batacazo, algo posible en un escenario de mayor inestabilidad económica, al meter cinco diputados.
Lástima que si no dabas quorum y tus diputadas no votaban a favor la Ley Bases no salía. Había que estar en contra cuando se votó, no para la campaña. pic.twitter.com/KNBuuj3GL5
Estas últimas dos últimas opciones también están en la ecuación de polarizar con los libertarios que está protagonizando Hagman. Con alto conocimiento en el mundo política, el dirigente de Patria Grande viene desarrollando una campaña en línea con su trabajo en el Congreso: una pelea abierta contra la gestión nacional, centrada especialmente en su aspecto económico.
La estrategia también apunta a neutralizar el crecimiento de cualquier opción progresista o blanda, que en la categoría para el Senado encarna Facundo Manes, pero que en el rubro Diputados tiene diferentes exponentes que podrían afectar el rendimiento electoral del peronismo. Figuras tan distantes como Martín Lousteau o Miryam Bregman, trabajan para romper la polarización y superar el piso del 6% para garantizarse una banca.
Hagman tomó nota de esos movimientos y, sin descuidar las críticas al oficialismo, arrastra a algunos de sus competidores al lugar incómodo de posicionarse contra una administración a la que, en algunos casos, le brindaron acompañamiento en el Congreso. "Si no dabas quórum y tus diputadas no votaban a favor, la Ley Bases no salía. Había que estar en contra cuando se votó, no para la campaña", le disparó, por caso, al presidente de la UCR después de que se quejó de las consecuencias de la liberalización de las tasas para tarjetas de crédito.