La primera semana de negociaciones por prespuesto, ley fiscal y endeudamiento en la Legislatura bonaerense dejó a Axel Kicillof más urgido y, por ahora, sin acuerdo para sesionar el miércoles 26. Las tensiones internas del peronismo siguen sin resolverse y la oposición condiciona su respaldo a que el oficialismo resuelva primero sus diferencias.
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Ningún actor de peso en la Legislatura cree que pueda concretarse la sesión prevista para el miércoles próximo. Aunque las dos cámaras convocaron formalmente en las últimas horas, la falta de acuerdo interno en el peronismo y la falta de tiempo real complican cualquier posibilidad de avanzar con el tratamiento del paquete de leyes económicas que necesita el gobernador.
"Faltan horas hábiles" para poder sellar un acuerdo que requiere movimientos administrativos entre el Ejecutivo provincial y la Legislatura, reconocen en los espacios. El lunes 25 es feriado y el martes está prevista una nueva reunión de comisión para intentar destrabar el endeudamiento, la herramienta clave que reclama Kicillof para evitar sobresaltos económicos en los próximos meses.
El esquema de negociación incluye la definición de cargos en organismos clave como el directorio del Banco Provincia, designaciones que deben tramitarse con formalidad y que no pueden resolverse de un día para otro. Ese factor temporal se suma a las tensiones políticas que siguen sin cerrarse puertas adentro del oficialismo.
En las últimas horas, La Cámpora dejó correr que aspira a quedarse con la presidencia de la Cámara de Diputados. El movimiento complica el escenario interno porque ese sillón está hoy en manos del Frente Renovador, vía Alexis Guerrera. El massismo pretende continuar ocupando el sillón.
La disputa por la presidencia de Diputados no hace más que agregar ruido a una negociación ya compleja. El massismo reclama además lugares en el directorio del Bapro para cubrir el sillón que dejará vacante Sebastián Galmarini, quien asumirá una banca en la camara baja del Congreso, y exige que, además del que dejará, se le reconozca otro lugar, el que ocupaba Mario Meoni.
También el sector que responde a Massa pretende avanzar con el reparto de lugares en la Suprema Corte de Justicia, donde suena el nombre de Ramiro Gutiérrez como candidato propio. "Llegó el deadline. No hay más tiempo para postergar", advertían en ese campamento, donde quieren que los acuerdos se cierren ahora, cuando Kicillof necesita las leyes.
La presidencia de la cámara baja puede ser una piedra en el zapato para el acuerdo: La Cámpora pone sobre la mesa que el acuerdo original contemplaba que en 2026 el sillón debía quedar en manos de la agrupación que conduce Máximo Kirchner. El massismo no lo entregará fácilmente. Kicillof quiere allí a Mariano Cascallares.
A la tensión entre La Cámpora, el massismo y el axelismo por la presidencia de Diputados se suma el ruido con los intendentes por el manejo de los fondos. Un informe que circula entre jefes comunales y legisladores del kirchnerismo advierte que la inversión per cápita proyectada en el Presupuesto 2026 muestra brechas significativas entre municipios.
Varios intendentes de todos los partidos reclaman que el 8% previsto en el fondo no quede atado exclusivamente a obras y pueda destinarse también a gasto corriente. "Los costos se dispararon, la coparticipación viene más flaca y hay municipios que no pueden pagar sueldos. Necesitan usar ese fondo para gasto corriente", explican los jefes comunales, otro actor de peso en el esquema de la interna peronista.
Los bloques opositores mantienen una postura unificada: esperan que el peronismo resuelva primero sus tensiones internas antes de comprometer su apoyo al endeudamiento. "Las conversaciones están encaminadas, lo del fondo para los municipios es fácil de resolver y lo de los cargos también. Es cambiar nombres, nada más. Si resuelven la interna propia, sale en dos minutos", afirmó un dirigente del radicalismo en diálogo con Letra P.
La oposición reclama que el fondo para los municipios sea de libre disponibilidad y no esté atado al financiamiento que solicita el Ejecutivo. Ese punto ya fue acordado con el gobierno provincial, que aceptó que el fondo será fijo en un 8% de lo autorizado y no estará condicionado a la toma de deuda.
También exigen la cobertura de cargos vacantes en organismos del Estado. En ese frente, el esquema de acuerdo para el directorio del Banco Provincia parece avanzado: habrá un lugar para el PRO, que podría ser para Adrián Urreli o Christian Gribaudo; un sillón para el radicalismo-Encuentro Federal, probablemente para Marcelo Daletto; y un tercero que iría para los "libertarios blue".
Sin embargo, ese acuerdo parcial no garantiza que Kicillof vaya a tener todos los votos necesarios para aprobar el endeudamiento el próximo miércoles, si es que hay sesión. "De nuestro lado no creo que haya ningún problema para que Kicillof tenga los votos", aseguró un referente de la oposición en la Legislatura. "El problema va a ser adentro del peronismo", completó.
Si no se concreta la sesión el miércoles 26, todo el esquema de negociación pasará para la semana siguiente. Ese escenario dejaría a Kicillof al borde del deadline del 10 de diciembre, fecha en que asumen los nuevos legisladores surgidos de las elecciones del 7 de septiembre.
El recambio legislativo produciría un cambio de nombres y la negociación pasaría prácticamente a fojas cero, con otros referentes con más peso en la mesa de conversaciones, como Sebastián Pareja, que tendrá una tropa nutrida a partir de diciembre.
Con todos las sillas ocupadas en ambas cámaras, el gobernador necesita 61 votos en Diputados y 30 en el Senado para aprobar la autorización de endeudamiento por el equivalente a 3.035 millones de dólares. Esa mayoría especial de dos tercios es el requisito que establece el artículo 47 de la Constitución provincial para autorizar empréstitos sobre el crédito general de la provincia.
El año pasado, Kicillof no logró aprobar el endeudamiento y debió prorrogar el Presupuesto 2024. En el Ejecutivo adjudicaron aquel fracaso tanto a la oposición como a resistencias de La Cámpora y del massismo. La historia parece repetirse en 2025, con el agravante de que el tiempo disponible se acorta cada día.