Un llamado de atención para Javier Milei sobre el riesgo de depender de Donald Trump
Estornudó Nueva York y se engripó Buenos Aires. La meseta del riesgo país y la pregunta por los dólares. El rescatista suma problemas y los bancos recalculan.
Javier Milei y Toto Caputo, atados a Donald Trump.
La ventana de oportunidad que abrieron las elecciones legislativas y el salvataje de Donald Trump para que Javier Mileiconsolide su modelo de mercado irrestricto le parece ancha y prometedora al Gobierno. Sin embargo, acostarse en cama ajena puede no asegurar el descanso: basta un par de eventos ajenos a la voluntad de la Argentina para que a Seguro se lo lleven preso.
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Es que el partido se juega de visitante. La bolsa de Nueva York arrancó la rueda de este jueves animada por un reporte positivo de ganancias del gigante de los microprocesadores Nvidia, que parecía despejar –al menos provisionalmente– los temores a que el sector tecnológico esté atravesando una burbuja peligrosa con inversiones de incierto retorno en inteligencia artificial. Sin embargo, bastó con un reporte más positivo que lo esperado sobre la creación de puestos de trabajo en Estados Unidos para que los traders dudaran sobre los próximos datos de inflación y sobre nuevos recortes de la tasa de interés, y para que regresara el cuco de la burbuja.
El índice principal del mercado más grande del mundo –el S&P 500– se hundió 1,5% y, ante el desconcierto, la Argentina se contagió de gripe por el resfrío neoyorquino. Fundamental, a eso sumó inquietudes propias.
El dólar cerró la semana por primera vez en alza desde el 26-O, las acciones argentinas que cotizan en Wall Street perdieron hasta 8,5% de su valor y –clave– el riesgo país revirtió una nueva retracción por debajo de los 600 puntos básicos para terminar en alza y en su mayor nivel en dos semanas.
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El riesgo país en el segundo tiempo de Javier Milei (Fuente: Ámbito Financiero).
¿Un drama? Para nada. Los avances que registraron los activos argentinos después de las elecciones siguen dando más que positivo, pero la tendencia ilustra los problemas de depender de voluntades ajenas y, especialmente, cuán vulnerable es un plan económico que, sin el rescate de Trump, estaba en "riesgo de colapso"–Scott Bessent dixit– y que, aun con ese rescate, sigue teniendo pies de barro.
¿De dónde le llegan los dólares a Javier Milei?
Lo del riesgo país es fundamental. Ese indicador –medida del rendimiento de la deuda argentina por encima del rendimiento de los Bonos del Tesoro estadounidense a diez años– debe caer por debajo de 500 puntos básicos (cinco puntos porcentuales) para que Milei y Toto Caputo puedan tomar deuda a una tasa de un dígito, refinanciar vencimientos, aligerar el ajuste, "hacer política", consolidar el modelo y mirar con confianza a 2027.
El camino no parece tan largo si se recuerda que antes de los comicios el riesgo argentino volaba en torno a los 1500 puntos básicos, pero el índice se ha amesetado por encima de los 600 y llegar al nivel mencionado –mínimamente aceptable– requeriría de un shock de confianza adicional al rescate norteamericano. El problema es que eso se está probando difícil de concretar.
Tres malas noticias para Javier Milei
El bolsillo del Fondo Monetario Internacional (FMI) ya no está abierto para el Gobierno, que se encamina a pedir waivers –dispensas– por los incumplimientos del programa en curso, sobre todo en materia de acumulación de reservas. De hecho, Caputo y Santiago Bausili están más preocupados por la rebeldía de la inflación también amesetada –por encima del 2% mensual– y, con la espalda prestada de Bessent, vuelven a negarse a sumar demanda oficial al mercado del dólar. Ellos sabrán…
De la mano de lo anterior, el Gobierno espera atar, siempre con el andador permanente de la Casa Blanca, un paquete crediticio de organismos internacionales que permita obtener, por la vía del endeudamiento, las reservas que no quiere acumular de manera genuina. Pero esto, que podría darle al riesgo soberano el necesario empujón a la baja, se muestra complicado, tal vez por la reluctancia de unos cuantos países que no acatan sin decir nada a la ultraderecha trumpista.
Para peor, The Wall Street Journal, que no es una caterva de "comunistas", reveló que "un plan de rescate de 20.000 millones de dólares para Argentina por parte de J.P. Morgan Chase, Bank of America y Citigroup ha quedado cajoneado y los banqueros apuntan ahora a un paquete crediticio más pequeño y de corto plazopara apoyar al gobierno (argentino) en sus dificultades financieras".
Donald Trump juega en cancha embarrada
Lo que está en juego es importante: el vencimiento de 4000 millones de dólares que el país debe cubrir en enero. Se sabe que, de última, el virrey Bessent acudiría con el swapya activado por un monto y una tasa de interés desconocidos, pero lo que al secretario le sobra en materia de munición económica le falta en política.
Scott Bessent, el virrey
Scott Bessent, el virrey de Donald Trump que rescató a la Argentina de Javier Milei.
Imagen generada con IA
Los precios, sobre todo de los alimentos y la energía, atormentan a millones de estadounidenses, la vivienda se encarece, el nombre de Trump serpentea en torno al escándalo de trata de menores de Jeffrey Epstein y el nivel de rechazo al republicano ya alcanza o supera el 60% en algunas encuestas. Sí: la política interna de Estados Unidos también podría, de la noche a la mañana, poner en tela de juicio una ayuda entre ultraderechistas que hoy se da por descontada. ¿Qué pasaría si no fuera así?
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Fuente: RealClearPolitics.
Un respirador corto de batería para la Argentina
Así las cosas, los bancos mencionados ofrecen ahora a cambio de lo que descartaron, sigue The Wall Street Journal, un préstamo repo–repurchase agreement o acuerdo de recompra– que supone la entrega de una garantía que el deudor debe volver a adquirir en un plazo breve. ¿El monto? Apenas 5000 millones de dólares.
El tema de las garantías exigidas por las entidades es lo que ha trabado ese crédito desde el principio, a pesar de las promesas tuiteras y presiones de un Bessent que quiere salvar a Milei… pero que la plata no sea a cuenta y cargo de los contribuyentes de su país. Los bancos las pidieron primero en el Tesoro norteamericano, luego en la Reserva Federal y, ante sendas negativas, ahora las reclaman a la riesgosa Argentina.
El respaldo presuntamente sólido, inconmovible, de largo plazo y "whatever it takes" deviene, según informa ese medio influyente, en un respirador con poca batería.
A Milei le sonríen la coyuntura, el favor de Bessent, el poder que le dio el éxito electoral reciente y la ventaja de la probable fractura del peronismo. Sin embargo, lo corren los efectos perniciosos de una recesión de la que pretende salir sin plata y aceitando la maquinaria oxidada del crédito al consumo y, sobre todo, una inquietud que hasta hace muy poco no tenía: ¿qué pasaría si el veleidoso Trump, por no querer o no poder más, le cortara la soga que lo ata a la vida?