La encuesta del Observatorio de la Actividad Metalúrgica, elaborada por la Cámara de Industriales Metalúrgicos y de Componentes de Córdoba (CIMCC), deja un dato claro: las empresas del sector empiezan a pasarle factura al gobierno de Javier Milei y envían un mensaje al gobernador Martín Llaryora.
Si bien aún se mantiene una mayoría que valora positivamente la gestión económica del gobierno nacional, en el orden del 65,6%, se desplomó el respaldo a su política industrial: sólo el 28,9% la considera buena o muy buena, frente al 45% en la medición anterior. La evaluación negativa trepó de 11,3% a 31,2% y crece en paralelo a la incertidumbre fiscal y la falta de medidas sectoriales concretas.
El gobierno provincial también recibió una señal amarilla. La evaluación positiva de la política industrial del cordobesismo cayó por segundo trimestre consecutivo: pasó de 56,1% en enero a 41,1% en mayo.
En la otra punta, las opiniones negativas crecieron del 2% al 16,7%, marcando una preocupación inédita entre industriales que históricamente mantuvieron canales fluidos con el Panal, como se conoce a la casa de gobierno. El ministro de Producción, Pedro Dellarossa, y su par de Economía, Guillermo Acosta, deberán poner manos a la obra.
El termómetro en parte de la industria de Córdoba
En cuanto a resultados concretos, el 52,2% de los industriales reportó menor rentabilidad que hace un año. Aunque la producción muestra un leve repunte y el empleo una estabilidad moderada, las expectativas de rentabilidad futura siguen en rojo: 36,7% cree que empeorará.
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En la última encuesta del sector metalúrgico de Córdoba se observa optimismo con el rumbo del gobierno de Javier Milei, pero una alerta sobre su política industrial
El informe destaca también un dato clave: las empresas valoran el ancla fiscal del gobierno nacional, pero advierten que, sin incentivos industriales, competitividad cambiaria ni alivio tributario, el programa puede volverse inviable en el sector productivo. En este punto, coinciden con la agenda de reclamos del oficialismo provincial.
En Córdoba, el sector metalúrgico cuenta con una presencia significativa. Según datos del Sistema de Información Industrial de Córdoba (SIIC), hay registrados 1.475 establecimientos industriales relacionados con la metalurgia que emplean a más de 40 mil personas
El pedido a Javier Milei y Martín Llaryora
Para no quedar en la crítica abierta, el Centro de Estudios de la CIMCC planteó una batería de reformas laborales “propositivas”, que van desde la reducción del ausentismo hasta cambios en la representación gremial. Todo, con un eje: bajar costos sin resignar derechos, en un contexto de inflación contenida pero todavía sin crecimiento real.
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Martín Llaryora en la presentación de la nueva camioneta que fabricará en Córdoba la empresa Stellantis
El ruido creciente en el sector industrial cordobés pone sobre aviso tanto a la Casa Rosada como al Panal. Los metalúrgicos, uno de los termómetros de la economía real, ya no se limitan a mirar y empiezan a hablar más fuerte.
El juego político de la Cámara
Este informe que mezcla optimismo y datos de alarma se encadena con la reciente participación del la CIMCC en el conflicto que atraviesa la Fábrica Argentina de Aviones (FADEA), que concentra atención nacional.
El gobierno de Milei no tiene un plan de reactivación y la metalurgia cordobesa adhirió al reclamo que hizo la Cámara Argentina Aeronáutica Espacial que pidió por la normalización de la empresa.
“Ante la crítica situación que se vive en este sector del entramado industrial metalúrgico de la provincia de Córdoba, la CIMCC acompaña el reclamo por la normalización de las actividades en la histórica planta industrial, símbolo de la pujanza, calidad y protagonismo indiscutido de los industriales cordobeses en la producción nacional”, se solidarizaron sacando de la bolsa de críticas al gobierno provincial.
Como contó Letra P, Llaryora aceptaría la gestión de FADEA en un contexto de "salvataje extremo". Lo cierto es que ante la ausencia de un plan de gestión en capital de la entidad cae y abundan los problemas con sus trabajadores y los proveedores. En el cordobesismo existe la sospecha que Milei planea su desguace, pero la tienen en el radar con un propósito político.
"No vamos a permitir que ninguna fábrica se cierre", dicen cada vez que se les consulta sobre el tema.