Mauricio Macri ya no espera que Javier Milei lo llame para que colabore con el sostén político de su gobierno. El expresidente se cansó de mandar señales y de mostrarse “a disposición”. Ahora sólo mira cómo la administración libertaria se desangra, atravesada por internas propias y jaqueada por una fuga imparable de dólares.
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El PRO no sale de su asombro. En las filas del expresidente todavía recuerdan aquel fin de semana frenético del 1 y 2 de septiembre de 2018. El dólar había terminado agosto con la mayor escalada desde la salida del cepo. El Fondo Monetario Internacional (FMI) reclamaba señales. La Quinta de Olivos fue un desfile de dirigentes. El lunes 3, Macri anunció un achique brutal del gabinete y un ajuste fiscal.
Este jueves, Milei encabezó reuniones en la residencia presidencial de cara a la campaña. Caída la tarde, hicieron circular la novedad de que había decidido correr de la campaña a Lule Menem, apuntado por la supuesta trama de coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). El riojano había sido reemplazado, en su tarea de coordinación, por la legisladora Pilar Ramírez, amiga y mano derecha de Karina Milei. Al final del día, se supo que Menem, en realidad, había quedado a cargo de la organización de la fiscalización de la elección del 26 de octubre. Un cambio menor.
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Pilar Ramírez y Karina Milei
En paralelo, el Banco Central perdía 379 millones de dólares en el mercado de cambios. El viernes, ese número subió a 678 millones. “Esta dinámica es insostenible hasta octubre. Tiene que haber una reacción política”, decían cerca de Macri. El expresidente regresó el jueves por la noche en Buenos Aires, procedente de Madrid. Este martes, encabezará una reunión con candidatos nacionales del PRO.
Desde Europa, el líder amarillo mantuvo contacto con la dirigencia local. Ante diferentes interlocutores se mostró "preocupado” por la dinámica de los acontecimientos. En el PRO creen que Milei y su hermana no tienen conciencia real de la situación. “Es como si no les pareciera tan grave”, apuntan. Este viernes, Milei reveló que su administración "negocia" préstamo con el Tesoro de Estados Unidos.
Con Santiago Caputo es diferente. Los referentes del macrismo que todavía tienen contacto con el asesor presidencial o su equipo remarcan que “él entiende lo que está pasando, pero no tiene control” de la situación política. Con Macri no habló más. El macrismo le reprocha haber sido el primero en impulsar la idea de que Milei debía enterrar políticamente al expresidente.
Lo que pediría Mauricio Macri
Caputo quedó a cargo de la coordinación estratégica de la campaña, pero el poder sigue en manos de Karina, que no piensa entregar a Lule ni a Martín Menem. Sería la primera condición que pondría Macri si Milei lo llamara para pedirle auxilio en la construcción de consensos con el establishment político y económico: los Menem, afuera del poder y del armado político. Karina, también.
Macri sabe que eso no va a suceder. Milei es capaz de cualquier cosa antes de entregar a su hermana. Por eso, el exmandatario no espera ningún llamado. “El problema es la reina. Está en jaque y pone de escudo al rey”, dice un hombre de diálogo frecuente con el expresidente. Hasta los gobernadores aliados, que cerraron acuerdos con La Libertad Avanza (LLA) en sus provincias, están cansados de la dinámica de la Casa Rosada.
En la reunión que tuvieron Leandro Zdero (Chaco), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza) con Martín Menem en la previa del rechazo a los vetos a las leyes de emergencia pediátrica y financiamiento universitario, le reprocharon al presidente de la Cámara de Diputados que les vendiera que el oficialismo estaba cerca de conseguir el número para sostener la postura del oficialismo. Al final, LLA juntó apenas 67 voluntades: le faltaron 20 para el tercio.
Una foto para revivir al PRO
Macri buscará mostrar que el PRO sigue vivo. El martes, recibirá a los candidatos nacionales de todo el país. El encuentro será a las 10, en la sede partidaria de la calle Balcarce. Se espera la presencia de cerca de una veintena de dirigentes, que tienen diferentes posicionamientos respecto del gobierno de Milei. Irán los que quedaron dentro de un acuerdo con LLA en sus provincias y los que competirán contra los libertarios, como es el caso de Chubut.
¿Asistirán los primeros en dar el paso hacia la escudería violeta, como Diego Santilli y Cristian Ritondo? En el macrismo dicen que les convendría porque “LLA está en baja”. En el entorno del expresidente ven un mal panorama para los libertarios en octubre. Dicen que la elección bonaerense consolidó una idea que estaba en la cabeza de la gente: la desilusión. Además, piensan que LLA puso “candidatos muy malos en las provincias” y que hay muchas opciones que le pueden restar votos a los libertarios por derecha.
El encuentro empezó a proyectarse un par de semanas antes de las elecciones de la provincia de Buenos Aires, donde los libertarios fueron arrasados por el peronismo. El resultado de los comicios golpeó al gobierno de Milei, pero también al sector del PRO que promovió el acuerdo en territorio bonaerense, liderado por Ritondo. Su candidata, Natalia Blanco, encabezó la lista en la Segunda sección electoral y perdió por seis puntos contra Fuerza Patria. En los municipios que apadrina el diputado, Arrecifes y Zárate, también ganó el peronismo.
Macri quiere saber los detalles de la estrategia en cada provincia. En algunas, como Buenos Aires, será nacionalizar para confrontar con el peronismo. En las que no hay acuerdo con LLA buscará provincializar la discusión para sortear la polarización. Quiere hacer una evaluación de las perspectivas del PRO para después de octubre y de paso, mandarle un mensaje a la Casa Rosada: su partido todavía existe y él está lejos del retiro.
¿Hay un electorado que Macri podría recuperar? Según publicó la consultora Mora Jozami, que trabaja en la Fundación Pensar, “los votantes blandos/prestados de Milei en el 23 son el segmento en el que más se deterioró el humor social”. Son, precisamente, exvotantes del PRO. Muchos no fueron a votar en la elección del 7 de septiembre. Macri piensa que todavía puede hablarles.
Según la última medición de irascibilidad de @CasaTres3 los votantes blandos/prestados de Milei en el 23 son el segmento en el que más se deterioro el humor social. pic.twitter.com/HOHDYe1gfW
El desmanejo político oficial trajo, entre otras consecuencias, el final del apoyo que varios gobernadores le habían dado hasta ahora a la Casa Rosada. El mejor ejemplo es el grupo que integra Provincias Unidas, donde habitan Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Valdés (Corrientes), Carlos Sadir (Jujuy), Claudio Vidal (Santa Cruz), Ignacio Torres (Chubut) y el exgobernadorJuan Schiaretti. Todos endurecieron su discurso opositor.
Macri y Schiaretti volvieron a verse hace poco más de dos meses, después de haber estado distanciados durante un tiempo. Tienen una relación que lleva décadas y comenzó cuando el exgobernador de Córdoba trabajó para el grupo Socma, de Franco Macri, mientras estaba exiliado en Brasil, durante la dictadura.
Ahora están en contacto “permanente”. Eso abrió especulaciones sobre un acuerdo futuro entre el PRO y Provincias Unidas, alimentado por la presencia en el nuevo grupo de Torres, un gobernador PRO, y de quien actúa como coordinador general del espacio, Sebastián García de Luca, secretario de Interior durante el gobierno de Macri.
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Mauricio Macri y Juan Schiaretti.
En el macrismo dicen que “después de octubre se puede charlar todo”. El posible armado de un interbloque se verá con los números en la mano. “Haremos las cuentas, veremos cuánto tiene cada uno y si hay coincidencias. Ahora es todo ciencia ficción”, dice un diputado que ya inició su trabajo para armar una bancada en la cámara baja que responda a los gobernadores a partir de diciembre.
Es una incógnita, también, qué quedará del PRO después de la pelea que protagonizaron el miércoles en el recinto Ritondo y Alejandro Finocchiaro con Silvia Lospennato, que votó en contra de los deseos de la Casa Rosada. Las fugas de voluntades, en total, fueron siete. Ritondo estaba enfurecido.
El paso al costado de Jorge Macri
Ausente de las actividades partidarias estará Jorge Macri. El jefe de Gobierno porteño siempre dejó en claro que no avalaba la idea de cerrar un acuerdo con los libertarios. En la Ciudad, el macrismo cedió en la conformación de listas y apenas se quedó con el quinto y el sexto lugar en la boleta para la Cámara de Diputados nacional, donde aparecen Fernando de Andreis y Antonela Giampieri.
La lista del Senado le quedó de regalo a LLA, que lleva a Patricia Bullrich y al economista Agustín Monteverde. La exministra de Seguridad le tiró un centro hace unos días a Macri: dijo que “sería bueno” que hablaran, pero nunca lo llamó. En línea con la baja que se registra en todo el país, las encuestas muestran que la boleta libertaria también se desinfla en la Ciudad. Los sondeos dicen que Bullrich podría rondar los 40 puntos.
Jorge Macri ya hizo saber que no participará de las actividades de campaña. “Por el momento, no. Seguimos abocados a la gestión local de la Ciudad”, le dijeron a Letra P en el entorno del jefe de Gobierno. Su ladera en la provincia de Buenos Aires, la intendenta de Vicente López, Soledad Martínez, que obtuvo un gran triunfo en su municipio, tampoco se sumó al trabajo de la mesa bonaerense con los libertarios. Con Milei en crisis, la distancia es salud.