El puntapié inicial del nuevo Grupo de los 8 que integran los gobernadores del peronismo que sobrevivieron al año electoral fue a la vez un lanzamiento en el que se fijaron algunas primeras bases y un repaso a los matices, con ciertas miradas de reojo y cálculos y recálculos respecto del futuro.
En un mar de incertidumbres, donde la avanzada de Javier Milei y el Caputazo quieren llevarse todo puesto, aquello de que “la necesidad tiene cara de hereje” también empieza a ser parte de las evaluaciones.
No es casualidad que el encuentro debut se haya concretado en la Casa de La Pampa de la ciudad de Buenos Aires, con Sergio Ziliotto como anfitrión: el gobernador pampeano es uno de los que con más claridad agita la resistencia al ajuste. Pidió que ese escenario sirviera para “hacer catarsis”, pero “sin buscar culpables”.
Se achicó la foto
El peronismo quiere rearmarse después del golpazo libertario y para eso ideó esa mesa que tuvo en su inauguración otras figuras invitadas y a la que piensan ir sumando comensales. La promesa de contactos más sistemáticos tiene su razón de ser: no todas las provincias están en las mismas condiciones, no todos los jefes territoriales tienen la misma impronta.
La mentada “unidad” tendrá que ser rubricada semana tras semana y ya hay indicios de algunas debilidades concretas, partiendo de la base de cómo se achicó la foto de la “liga de gobernadores”. El Grupo de los 8 parece muy reducido respecto de aquella postal que logró el candidato Sergio Massa a fines de octubre, cuando cosechaba el respaldo de jefes ejecutivos en gestión, otros por asumir y figuras formalmente extrapartidarias que todavía olían el poder en ese campamento y se arrimaban al fogón.
https://publish.twitter.com/oembed?url=https%3A%2F%2Ftwitter.com%2FLetra_P%2Fstatus%2F1717670318649610561&partner=&hide_thread=false
Ahora, a la lucha por la coherencia y la unidad de ese peronismo de liderazgos en debate, se le contrapone la ofensiva del gobierno nacional, con sus operativos de seducción y tentaciones. La política también se construye en la desconfianza.
Entre el entusiasmo y la cautela
El documento contundente que rubricaron y difundieron con entusiasmo algunos gobernadores, otros lo recibieron con menos pasión. El bonaerense Axel Kicillof, el formoseño Gildo Insfrán y el pampeano Ziliotto militaron la referencia explícita al contexto de ajuste salvaje donde, denuncian, hay una transferencia de recursos de pobres a ricos y de las provincias al gobierno central, pero no todas las jurisdicciones están paradas de la misma manera.
Hubo algún pataleo por debajo de la mesa del tucumano Osvaldo Jaldo y del catamarqueño Raúl Jalil, que además fue vocero en la conferencia de prensa que encabezó el ministro del Interior, Guillermo Francos, para contar el encuentro con el presidente Javier Milei. El mandatario catamarqueño destacó la necesidad del “diálogo político”. Jaldo interpretó que el encuentro con el Presidente fue “una reunión amena que marcó el criterio federal”.
Comunicado de la liga de gobernadores.pdf
El santiagueño Gerardo Zamora también mostró sus guiños al plan motosierra, no sólo con su ajuste en el pago chico, sino también dejando tres bancas vacías en el Senado el día en que Victoria Villarruel concretó la maniobra para entronizar a las autoridades de la Cámara alta que le permitió una celebración a La Libertad Avanza.
La Pampa, una trinchera
Ziliotto, que ofició de anfitrión en ese encuentro debut del Grupo de los 8, ha sido uno de los que más se plantó públicamente contra “el ajuste más fuerte de la historia”, según describió a Letra P. Considera que “a pesar de la derrota electoral hay una cohesión tanto en Diputados como en el Senado y el rol del peronismo es defender a los que menos tienen”.
El PJ pampeano históricamente ha sido refractario a las intromisiones nacionales, incluso de presidentes de su propio partido. Y hay un recuerdo reciente en el que fue el entonces gobernador pampeano Carlos Verna el que arengó a la tropa compañera metiendo cizaña: “hay gobernadores que están más cerca de Macri que de Perón”, chicaneó a sus pares en 2015-2019, cuando eligió tomar el bastón de mariscal que lo convertiría en uno de los hacedores de la fórmula de unidad de Fernández & Fernández. El contexto actual tiene algunos puntos en común con aquella otra etapa neoliberal.
La Pampa no está endeudada, mucho menos en dólares, y sostiene golpeándose el pecho su convicción de que “la independencia económica es soberanía política, y nada de eso vamos a entregar”. Ziliotto prometió poner recursos provinciales para la continuidad de las obras públicas fundamentales que Milei mandó a interrumpir. La provincia, históricamente bien administrada, tiene además los $23.485 millones que acaba de ganar en un juicio resuelto por la Corte Suprema de Justicia por coparticipación mal liquidada.