El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, se diferenció de sus colegas que hasta el 10 de diciembre militaron en Unión por la Patria y en la última semana envió dos señales favorables al nuevo presidente, Javier Milei: anunció un fuerte recorte en la provincia y en la sesión del miércoles pasado dejó vacías las tres bancas del Senado que lo representan, para que no rechazaran las autoridades que se designaron mediante un acuerdo de La Libertad Avanza y el resto de las fuerzas políticas, gestionado por la vicepresidenta, Victoria Villarruel.
El trío santiagueño en la Cámara alta lo integran Claudia Ledesma Abdala, José Neder y Gerardo Montenegro, quienes forman parte del bloque de Unión por la Patria, que preside José Mayans. Justificaron sus ausencias en que no había vuelos, pero sus pares chequearon en las aerolíneas y encontraron más 20 lugares disponibles para viajar entre martes y miércoles de la semana pasada.
La otra banca vacía de UP en la sesión fue la del tucumano Juan Manzur, quien está enfrentado a su gobernador Osvaldo Jaldo. Sí estuvieron representantes de otros mandatarios peronistas que eran mirados con desconfianza por referentes de UP en el Senado, como Raúl Jalil (Catamarca) y Ricardo Quintela (La Rioja).
Villarruel no necesitaba colaboración de UP pero, aún así, Zamora ordenó el faltazo de sus referentes, en una actitud que registra antecedentes: en las sesiones previas a la asunción de Mauricio Macri, en 2015, también quedaron sin ocupar las bancas de Santiago del Estero en ambas Cámaras.
Zamora era por entonces presidente provisional del Senado e inició una etapa de aliado ocasional del expresidente: le facilitó votos para sancionar leyes y aprobar los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, jueces de la Corte Suprema de Justicia.
¿Votos claves?
Zamora puede ofrecerle a Milei la totalidad de los representantes de Santiago del Estero, donde impidió que hiciera pie cualquier experimento opositor. Le reportan tres miembros del Senado (su aliado Montenegro compite con sello propio y se queda con la banca de la minoría) y siete de Diputados. Por ahora, el gobernador mantiene a su tropa en Unión por la Patria pero, claro está, no garantiza seguir a la manada.
En el Senado, Zamora podría ayudar a algunos objetivos del Gobierno que parecen imposibles, cómo cubrir la vacante que hay en la Corte Suprema y la de la Procuración general, que desde 2017 ejerce en forma interina Eduardo Casal. En ambos casos son necesarios dos tercios de la Cámara alta, o sea 48 votos, nueve más que las voluntades que sumó Villarruel en su alianza para repartir cargos y que deberá reeditar si quiere sancionar leyes sin apoyo peronista.
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Para completar la Corte o el Ministerio Público, la vicepresidenta no tendrá otra opción que escarbar entre los 33 miembros de Unión por la Patria y el trío santiagueño puede ser clave para empezar. El paso siguiente, inevitablemente, será conseguir el respaldo de otros gobernadores peronistas que por ahora no sacan los pies del plato.
Motosierra norteña
A tono con el gobierno nacional, Zamora anunció el viernes un ajuste en su provincia, que aplicará a través de un decreto. Explicó que las medidas de Milei lo obligaban a tomar "medidas preventivas, de precaución y de mucho cuidado en la administración de los recursos".
El gobernador anticipó que declarará la emergencia económica y controlará el gasto público. Además, habrá "congelamiento de vacantes, de nuevos nombramientos o contrataciones en la administración pública y organismos descentralizados por el término de seis meses”. También por un semestre prometió un congelamiento de "las partidas presupuestarias de la administración pública para gastos de promoción o difusión oficial”.