LETRA PEPE

El laboratorio porteño del frente anti-Javier Milei

Santoro, Lammens y Olmos exploran un acuerdo con el radicalismo de Lousteau y exlarretistas. Los límites y el rol de La Cámpora. ¿Hay un espejo nacional?

Hablar de qué va a ocurrir en la política argentina dentro de tres años, se dice, es como comprarse un terreno en Marte. En la Ciudad de Buenos Aires germina un frente transversal que sueña con ponerle fin al reinado macrista en 2027. No es la NASA, pero también funciona como el laboratorio de un futuro espacio anti-Javier Milei.

Las conversaciones entre diferentes sectores del peronismo, el radicalismo y dirigentes ligados a Horacio Rodríguez Larreta son casi cotidianas. Hay coincidencias en el diagnóstico, miradas similares y renovación generacional. Los protagonistas de las charlas son Leandro Santoro y Matías Lammens, apadrinados por Juan Manuel Olmos; el radicalismo de Martín Lousteau; y exfuncionarios larretistas, como María Migliore y Juan Maquieyra, ambos alejados del PRO, pero inquietos y dispuestos a abonar al armado de un espacio nuevo.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/MariaMigliore/status/1798115051980611673&partner=&hide_thread=false

“Hay coincidencia en que tenemos que hacer un frente mucho más amplio si queremos ganar la Ciudad en 2027, pero no está claro si algo de eso se va a ver en 2025”, dice uno de los actores involucrados en las conversaciones. El año próximo, la Ciudad pondrá en juego las tres bancas del Senado –las ocupan Lousteau, la larretista Guadalupe Tagliaferri y el camporista Mariano Recalde- y 13 de la cámara baja.

La elección 2027 aparece como una oportunidad real de conquista del poder para la oposición porteña. Ese año se cumplirán 20 años de gobierno del PRO en la Ciudad. Las dos décadas habilitará a agitar la bandera del “agotamiento” del modelo. En paralelo, el macrismo sufre otro drama político, el solapamiento de su electorado con el de La Libertad Avanza (LLA).

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/futurockOk/status/1804241920706642056&partner=&hide_thread=false

Que las piezas opositoras puedan encastrarse dependerá de la suerte de Javier Milei. Las definiciones se verán recién a partir de marzo de 2025, cuando se haya consolidado el rumbo económico libertario y, en torno al oficialismo, se ordene el posicionamiento opositor.

Las líneas de Unión por la Patria

En marzo de 2023, Santoro y Lammens se mostraron en una foto junto a las legisladoras Claudia Neira y Graciana Peñafort. El exministro de Turismo nunca tuvo afinidad con el cristinismo. El excandidato a jefe de Gobierno es un kirchnerista amplio. Peñafort era entonces directora de Asuntos Jurídicos del Senado, nombrada por Cristina Fernández de Kirchner; y Neira responde directamente a Olmos, quien tiene diálogo directo con la expresidenta.

El encuentro generó ruido en el Frente de Todos (FdT), que todavía no había elegido a Sergio Massa como candidato presidencial y estaba sumergido en la interna feroz de Alberto Fernández y CFK. Fue evidente que aquella foto buscó enviar un mensaje de distancia a La Cámpora, comandada en el distrito por Recalde, también presidente del PJ porteño.

De cara a las elecciones, Lammens y Santoro plantearon que Unión por la Patria (UP) debía dirimir aquellas diferencias internas en las PASO para dejar plasmado en votos el volumen real de cada sector. En paralelo, había crecido el armado del periodista Pedro Rosemblat, junto a la exlegisladora porteña Ofelia Fernández, impulsados por Juan Grabois.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/SantoroLeandro/status/1815784043851534366&partner=&hide_thread=false

Pero una vez cerrada la candidatura presidencial de Massa, también se desactivó la primaria en la Ciudad. Olmos bajó la idea de hacer una interna, mientras que el camporismo negoció con Grabois. Las conversaciones derivaron en el armado de una lista de unidad de UP, que se encolumnó detrás de Santoro como candidato a jefe de Gobierno. La camporista Paula Penacca encabezó la lista de diputados nacionales y el entonces ministro albertista, la de legisladores porteños.

El jefe de campaña de Santoro fue Recalde. Los une una amistad. El candidato obtuvo 32,2% de los votos y perdió contra Jorge Macri, que cosechó 49,9%. Se bajó del ballotage por pedido de Massa para privilegiar el proyecto nacional. La apuesta no salió. Santoro cree que, en 2027, tendrá una segunda oportunidad.

Los límites del kirchnerismo

En abril de este año, Recalde fue reelecto como presidente del PJ de la Ciudad, con una lista que incluyó a todos los sectores del peronismo. El Congreso partidario quedó a cargo de Olmos. Con la unidad sellada, todos los actores coinciden en que el partido debe “sacudirse la imagen del PJ que parecía domesticado por el PRO” –o que tuvo, durante años, acuerdos concretos de cúpulas con el macrismo porteño– y abrir tanto los brazos como se requiera para ganar.

Aunque todos apuestan a mantenerse dentro del espacio, el polo que agrupa a Santoro, Lammens y Olmos parte de la premisa de que hay una oportunidad para avanzar en el armado de una coalición amplia en la Ciudad “en tanto y en cuanto no esté conducida por el kirchnerismo”. “Si hacemos algo ultrakirchnerista, no va a haber ninguna forma de sumar radicales, a dirigentes que trabajaron con Larreta o a otros sectores progresistas”, razonan en ese campamento. Parten de la premisa que dice que todo lo que se multiplica por K da como resultado K.

Los potenciales socios también remarcan límites. Hay sintonía, pero creen que sería complicado explicar cómo terminaron en un armado que incluye a dirigentes que reivindican a CFK. Tal vez haya que dejar pasar la instancia 2025 y esperar a que la unidad decante sola.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/marianorecalde/status/1779241122943959490&partner=&hide_thread=false

En política nada es imposible. Mucho dependerá de cómo se repartan los espacios de poder y de quién conduzca el proceso. “El punto es que la lista no se confecciona más en el Instituto Patria”, dice el sector no camporista. Y proclama que las definiciones ya no pasan por las lapiceras de Víctor Santa María y Máximo Kirchner, por lo que eso podrá invitar a otros a sumarse. De mantenerse vigentes, las PASO podrían aportar una solución a ese problema.

Santoro sueña con un armado progresista que pueda institucionalizarse, con un programa de gobierno común, mecanismos internos de consulta y una mesa de toma de decisiones para dirimir diferencias. Es lo que no pudo hacer el Frente de Todos. En 2023, hasta invitó a sumarse al espacio de Elisa Carrió. Es con todos, un eslogan que se pensó para el FdT en sus albores.

El diputado tiene un activo. Es uno de los pocos dirigentes que muestra en distintas encuestas un diferencial positivo en su imagen. Según la última de Zuban Córdoba, posee 50% de imagen positiva y 40,9% de negativa. Con números menores, pero también con diferencial positivo, lo ubica el último sondeo de Proyección.

Santoro.png

La conducción del Instituto Patria también abre sus brazos a posibles acuerdos, pero advierte que el peronismo “no va a ir atrás de alguien que apoya a Mauricio Macri o a Milei o le vota leyes en el Congreso”. “No nos vamos a diluir detrás de una figura que no nos represente”, apuntan desde ese sector.

El cambio de época ayuda a pensar en nuevas coaliciones. Los consultores coinciden en que la era libertaria inauguró un nuevo clivaje político y que la sociedad ya dejó de pensar en términos de kirchnerismo/antikirchnerismo, para pasar a la dicotomía Milei/anti-Milei, y que eso será lo que definirá el mapa de las próximas elecciones. Ya hay una nueva generación que le perdió el miedo a los encuentros cruzados. Las fotos de Axel Kicillof con sus pares Ignacio Torres (Cubbut) o Maximiliano Pullaron (Santa Fe) son una muestra de eso.

Martín Lousteau y los dilemas de la UCR

A contramano del partido que preside, que decidió darle “herramientas de gobernabilidad” a Milei, el radical Lousteau se posicionó en el Senado como un opositor duro e incluso llegó a plegarse al peronismo en distintas votaciones. Lo guían convicciones ideológicas, pero también la necesidad de no desdibujarse en la Ciudad, donde el PRO y La Libertad Avanza (LLA) están cada vez más cerca.

Embed - https://publish.twitter.com/oembed?url=https://x.com/GugaLusto/status/1799122927847166293&partner=&hide_thread=false

El electorado radical porteño, además, tiene un perfil más progresista que en el resto de los distritos. Eso intentan representar Lousteau y Emiliano Yacobitti. La relación de la UCR con el PRO de la Ciudad está casi rota. Jorge Macri ya imagina una posible alianza con los libertarios. Eso terminaría de detonar la sociedad cambiemita. El macrismo tiene su propia pesadilla: que LLA juegue en la Ciudad una carta fuerte, como la de Patricia Bullrich, y se quede con las dos bancas del Senado. Eso podría empujar a Mauricio Macri a salir de su comodidad para ser candidato.

Lousteau mantiene conversaciones con un sector del peronismo, el espacio de Lammens y Larreta, quien lanzó su Movimiento al Desarrollo (MAD). El presidente de la UCR no tiene ningún vínculo con Santoro. Nunca tomaron un café.

Lousteau estuvo dos veces cerca de la Jefatura de Gobierno. En 2015 perdió por apenas un punto y medio en el ballotage con Larreta. En 2023 también se quedó en el umbral, al perder por poco la interna contra Jorge Macri. Si quiere llegar a un acuerdo con UP, alguien deberá ceder en sus pretensiones de pelear por la Ciudad. Se definirá con las encuestas sobre la mesa. Los cañones del senador ahora apuntan más hacia la Casa Rosada.

El radicalismo y el peronismo tienen otros vasos comunicantes. El vínculo entre Olmos y el expresidente de Boca Tano Angelici sigue tan vigente como siempre. Podría alumbrar algún acuerdo en el futuro. ¿Será la semilla de un armado nacional anti-Milei? 2027 queda lejos, pero 2025 definirá liderazgos y quiénes quedarán en pie para delinear la estrategia nacional.

Martín Lousteau y Rodrigo De Loredo.
el rompecabezas del pro

También te puede interesar