De gobernadora de la provincia de Buenos Aires a diputada por la Ciudad, de candidata a presidenta a posible titular de la Cámara baja si Juntos por el Cambio (Jxc) vuelve a la Casa Rosada, pasando por una chance de ser aspirante a jefa de Gobierno, una opción que pende de la cuerda floja. Así fue el derrotero de María Eugenia Vidal desde su salida del ejecutivo en 2019 para llegar al 2023 en el que su nombre no estará en ninguna boleta, salvo un fuerte operativo clamor que encabece el expresidente Mauricio Macri, condición sine qua non que demanda para buscar suceder a Horacio Rodríguez Larreta. Esa sensación quedará este jueves por la noche, cuando se baje de la carrera presidencial, con un video que publicará en sus redes.
Con el corrimiento de Vidal, quedará allanada la disputa en el macrismo entre la tittular en uso de licencia del PRO, Patricia Bullrich, y el jefe de Gobierno porteño. En el mensaje, que ya fue grabado al cierre de esta nota, la exgobernadora dejará en claro que con su renunciamiento pretende no profundizar las internas en el partido, una mirada que también hará extensiva a Juntos por el Cambio (JxC), para plantear la necesidad de mayores consensos. Dejará en claro que “no aspira a cargos” en las próximas elecciones, pudo reconstruir Letra P.
Hay una excepción a la regla: Vidal quiere que Macri se sume al coro que la presiona para competir por la jefatura del bastión amarillo, lo que implicaría que el expresidente deba bajar la candidatura de su primo, el ministro de Gobierno, Jorge Macri. Lo que pide la diputada corre en la misma sintonía que lo que opina Larreta.
“Para que ella decida ser candidata primero se tienen que bajar Jorge Macri (ministro de Gobierno) y Fernán Quirós (ministro de Salud). A una interna no va a ir”, le dijo a Letra P uno de los integrantes de la mesa chica de la diputada. Semanas atrás pidió un baño de humildad para todas las candidaturas del PRO. Si no hay consenso en Ciudad para que haya una única oferta amarilla, lo más factible es que Vidal busque sentarse en la presidencia de la Cámara de Diputados a partir del 11 de diciembre, siempre y cuando JxC sea gobierno.
En el video que se publicará este jueves por la noche en sus redes sociales, Vidal también hará énfasis en que no buscará apoyar abiertamente a Larreta, con quien mejoró su relación en las últimas semanas, ni a Bullrich. Con su renunciamiento, la exgobernadora dejará en claro que no tiene intención de forma parte de ninguna interna.
De esta forma, Vidal se prepara para ser un factor clave en las negociaciones de cara a las PASO en donde tiene particular interés en la provincia de Buenos Aires, la cual gobernó. En el distrito más grande del país, con casi el 40% del padrón electoral, Vidal tiene uno de los activos más codiciados por Bullrich: el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo, clave en la discusión bonaerense de JxC por ser el único con chances de competir contra el larretista Diego Santilli.
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La recomposición en la relación de Vidal con Larreta más su negativa a que proliferen las internas dentro del PRO son música para el oído de las palomas, que quieren cuanto antes unificar la oferta bonaerense para sacar más músculo político contra el gobernador Axel Kicillof que buscará su reelección. La exministra de Seguridad impulsaba un trío de aspirantes: Néstor Grindetti, Joaquín de la Torre y Javier Iguacel.
“En la provincia de Buenos Aires, el oficialismo todavía está muy fuerte. Para ganar se necesita que todos aporten un poco y pongan primero la búsqueda de poder del PRO antes que los deseos personales”, agregó uno de los armadores de Vidal. En otras palabras, la exgobernadora está preparando el terreno para bendecir una negociación entre Ritondo y Santilli.
