Caer en la calavera, ubicada en el casillero 58 del Juego de la Oca, implica retroceder todo lo avanzado y volver a empezar. La política, reducida al conflicto entre la Nación y las provincias, merodea otra vez ese lugar maldito: un retorno al punto de partida de hace exactamente un mes, cuando Javier Milei debió resignarse a la derrota y retiró su proyecto de ley ómnibus de la Cámara de Diputados.
En su discurso de apertura del año legislativo, el Presidente les planteó a los gobernadores –a priori dueños de las manos de quienes ocupan las bancas del Senado y de la Cámara de Diputados– un escenario de paz o guerra. Una paz en sus términos, claro, dada por la aprobación a libro cerrado de la versión original de la "ley Bases" a cambio del alivio presupuestario que supondría la reinstauración del impuesto a las Ganancias sobre los salarios más altos,. ¿Lo logrará?
Milei confía en que sí, pero empiezan a surgir datos que lo inquietan. No por nada planea convocar a los gobernadores en grupos separados: ¿divide y reinarás?
El dedo en la llaga de Javier Milei
El gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, metió el dedo en la llaga en declaraciones a Radio con Vos. "Si van a presentar el mismo proyecto, ¿por qué los legisladores votarían distinto?".
¿Volver a empezar, entonces? ¿Paquete fiscal calcado del original, rechazos sectoriales y provinciales, toma y daca frenético y, finalmente, ruptura del diálogo? Para evitar ese loop en el que agota sus días más vitales, el Gobierno no descarta que el texto a tratarse en esta ocasión no sea copia fiel del fundacional.
El vocero Manuel Adorni castigó a Axel Kicillof por el discurso duramente opositor que este pronunció el lunes ante la Legislatura bonaerense, pero lo cierto es que el gobernador planea concurrir a la cita del viernes.
Final abierto
Contra lo esperado por la Casa Rosada, la cuña que metió Milei con su palo y zanahoria, preludio del besamanos esperado el 25 de mayo en Córdoba,reactivó algunos contactos transpartidarios entre administradores provinciales apiñados en el barco de un ajuste que los lleva a la deriva.
Entre los más importantes, Kicillof y el santafesino Maximiliano Pullaro buscan formas de cooperación, mientras que el propio Llaryora –uno de los mejor plantados para resistir el vendaval– prepara su pliego de condiciones.
Mientras, en el Norte Grande el clima social se narra como espeso, lo que explica borocotazos como el que pegó, haciendo punta, Osvaldo Jaldo.
Esto es día a día y resulta imposible encontrar en la borra del café la respuesta sobre quién ganará la contienda. O, incluso, si esta no tendrá al final más que perdedores.
Mucho más que un proyecto
El renovado ómnibus debería tener, como el original, un apartado para reemplazar la fórmula de movilidad previsional actual por otra que ataría las jubilaciones a la inflación del mes precedente. Sin embargo, el bloque Hacemos Coalición Federal se anticipó con una iniciativa en ese mismo sentido, la que permitiría rehacer la unidad ajada en febrero y volver a acercar a Miguel Ángel Pichetto y la gente de Elisa Carrió. El detalle, que no es pequeño, es que la nueva movilidad que sería tratada en una sesión especial, sería retroactiva a enero. Esto, que necesitaría el respaldo del peronismo y la UCR, supondría un guadañazo de casi la mitad del ajuste logrado en el primer bimestre del año, licuadora mediante, por Luis "Toto" Caputo.
"Del análisis del gasto devengado se desprende una conclusión muy negativa: la reducción del gasto en jubilaciones habría sido equivalente al 43% de la reducción total de gasto real ejecutada en el primer bimestre", señaló el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).
"Esto refleja que la licuación de jubilaciones y salarios del primer bimestre explica la mitad de la reducción total de gasto primario ejecutada en el período", agregó, proporción algo menor si se tomara sólo febrero como base de cálculo.
Si tuviera éxito y eco en el Senado, una movida semejante no sólo podría ser considerada por el Ejecutivo como una declaración de guerra, sino que tendría destino de veto, sobre todo cuando el superávit fiscal de enero tambalea por el efecto de la recesión en la recaudación de impuestos. ¿Y si luego hubiera dos tercios de los votos para imponerla a fuego?
Gobernar tan en minoría es un drama.