El kirchnerismo pide la presidencia del bloque del PJ en la Legislatura porteña y tensa la relación con Olmos
La Cámpora impulsa a Maru Bielli para conducir Fuerza Patria. Abre una pulseada con el armado del dirigente metropolitano. Choque de modelos anti-Milei.
El kirchnerismo busca que Maru Bielli, una legisladora cercana a La Cámpora, asuma la presidencia del bloque de Unión por la Patria de la Legislatura.
El recambio legislativo del 10 de diciembre abrió una negociación decisiva en el peronismo porteño: quién conducirá el bloque opositor más numeroso. En ese escenario,La Cámpora reclama que María Bielli asuma la presidencia de Fuerza Patria, una jugada que reaviva tensiones con el sector que lidera Juan Manuel Olmos.
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Con la renovación de la mitad de las bancas, cada fuerza debe definir también sus autoridades internas. El kirchnerismo porteño ya inició su ofensiva y plantea que le corresponde la presidencia del bloque, respaldándose en los 30 puntos que obtuvo el senador Mariano Recaldeen la elección nacional. La movida tensa los acuerdos de convivencia que el peronismo mantuvo durante el último año.
Hasta ahora, la unidad se había sostenido mediante un sistema de jefaturas rotativas que alternó referentes de La Cámpora y Nuevo Espacio de Participación. Esa mecánica se consolidó con los mandatos de Juan Pablo Modarelli y Claudia Neira, esta última la principal voz legislativa del espacio conducido por Olmos. Modarelli, además, aparece en la discusión por la vicepresidencia segunda de la Legislatura.
El kirchnerismo busca colocar a Bielli, una militante cercana a la organización que dirige Máximo Kirchner que es respetada dentro del mundo legislativo y político; y la jugada ocurre en momentos en que Olmos puso un pie en la Ciudad, en el Centro de Formación Judicial en reemplazo de Sergio Abrevaya. Pero también después de un año en el que en el peronismo metropolitano quedaron expuestos dos diagnósticos opuestos sobre cómo pararse ante un ciclo político que cambió de piel tras la caída del peronismo a nivel nacional.
Estrategias cruzadas: localismo vs. identidad del kirchnerismo
El armado de Olmos apostó por una campaña estrictamente porteña bajo el sello Es Ahora Buenos Aires: estética nueva, símbolos atenuados y un verde que reemplazó el celeste clásico del peronismo. El resultado fue ambiguo. EABA quedó segunda detrás de La Libertad Avanza, un desenlace que dejó desdibujado a Leandro Santoro y enfrió su proyección para 2027. Aun así, el peronismo retuvo 20 bancas y conservará capacidad de veto en el recinto.
La estrategia de Recalde fue la contracara: identidad explícita, sello peronista y alineamiento con la narrativa nacional. La inscripción como Fuerza Patria reforzó la pertenencia y le permitió alcanzar 30 puntos en un contexto adverso. Ese desempeño -cercano al techo histórico local- que se construyó en base a una unidad amplia que incluyó al sector de Guillermo Moreno y de Juan Manuel Abal Medina, se convirtió en el principal argumento para reclamar la jefatura del bloque.
Para La Cámpora, la elección confirmó que su estrategia fue la única realmente competitiva del peronismo en el distrito. Para el olmosismo, la lectura es más compleja: reivindican haber sostenido unidad, armado territorial y presencia legislativa en un escenario de fragmentación generalizada.
La pulseada por la presidencia del bloque será el primer capítulo del reordenamiento interno que el peronismo porteño atravesará en 2025. La definición no solo ordenará la vida parlamentaria: también determinará la correlación de fuerzas entre Olmos, La Cámpora y las corrientes que buscan reposicionarse tras un año electoral contradictorio.
En el PJ porteño admiten que nadie tiene los votos garantizados y que el resultado dependerá de una negociación fina que seguirá en los próximos días. La presidencia del bloque, más que un cargo, será una de las llaves para esbozar cuál será el liderazgo en el nuevo escenario opositor.