Córdoba: Siciliano renunciará a su banca para ser ministro de Llaryora y García Aresca seguirá en Diputados
El legislador asumirá en la cartera de Vinculación. Un puente con pares, autoridades municipales e instituciones. La apuesta a la continuidad en el Congreso.
Miguel Siciliano será ministro en el gobierno de Córdoba
Empieza a develarse el misterio abierto tras las elecciones del 26-0 que habilitaron las versiones sobre cambios en el gobierno de Córdoba. Miguel Siciliano, diputado electo por el frente Provincias Unidas y jefe del bloque cordobesista en la Legislatura, renunciará a su banca en el Congreso y se incorporará al gabinete de Martín Llaryora.
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Mientras se perfila a encabezar el nuevo Ministerio de Vinculación, Ignacio García Aresca mantendrá su banca en la cámara baja por ser el suplente de Siciliano.
La decisión, lejos de ser un trámite administrativo, expone un movimiento estratégico del oficialismo cordobés para retener músculo político en el Ejecutivo, camino a la compulsa provincial de 2027.
Miguel Siciliano se queda en Córdoba
Siciliano oficializará personalmente este miércoles -en su última sesión en la Legislatura- la renuncia a su banca en Diputados para quedarse en Córdoba como ministro de Vinculación, donde apuesta a convertirse en una pieza clave de articulación política en la Provincia.
El objetivo es aceitar el vínculos con ministros, con autoridades municipales e instituciones. En la práctica, Siciliano se perfila como el engranaje político que le faltaba a Llaryora para alinear las patas de la administración cordobesista, aunque no funcionará como jefe de gabinete. Como otros legisladores que pasaron al gobierno, el dirigente pedirá licencia en la Legislatura.
calvo siciliano
Miguel Siciliano se suma al gabinete de Martín Llaryora
El exsecretario de Gobierno de Llaryora durante su intendencia tiene muñeca política y, si bien se desconoce que áreas absorberá, se da por descontado que su rol no será técnico.
La decisión política de Martín Llaryora
La decisión de continuar en el esquema provincial es coherente con lo que el propio Siciliano dejó traslucir durante la campaña de octubre: su ambición no está puesta ya en construir poder en la capital cordobesa. Por el contrario, en cada charla de pasillo manifestó su intención de escalar dentro del gobierno provincial y proyectarse políticamente de la mano de Llaryora.
Hoy me entregaron el Diploma y me proclamaron Diputado de la Nación. Vamos a afrontar este nuevo desafío con el compromiso y el esfuerzo que siempre hemos puesto en los lugares que el voto de la gente y Dios nos hacen ocupar.
La apuesta es clara y de mediano plazo: consolidarse como un actor central del llaryorismo, acumular poder real desde la gestión y jugar en el tablero grande de la política cordobesa, lejos de la lógica parlamentaria nacional.
Ignacio García Aresca, alfil parlamentario de Martín Llaryora
García Aresca se convierte, con la renuncia de Siciliano, en una de las piezas más funcionales del esquema político de Llaryora en el Congreso. Con mandato vigente hasta este 10 de diciembre, el dirigente de Encuentro Federal no sólo renovará su permanencia automáticamente por otros cuatro años al quedar como titular en reemplazo del legislador electo, sino que además garantiza continuidad política e institucional.
No se trata de un enroque técnico: es una decisión estratégica que sostiene un nombre conocido, con trayectoria parlamentaria y con vínculos ya aceitados en la cámara baja.
Miguel Pichetto, Oscar Carreño e Ignacio García Aresca; Cristian Ritondo y Diego Santilli
Miguel Pichetto, Oscar Carreño y el cordobés Ignacio García Aresca (Encuentro Federal), hablan con Cristian Ritondo y Diego Santilli (PRO).
Durante los últimos cuatro años, García Aresca construyó una red de relaciones clave en Diputados, tanto dentro de su espacio como en otros bloques, algo que ahora se vuelve un activo central para el cordobesismo.
Su continuidad permite preservar esos puentes políticos, facilitar negociaciones y sostener canales de diálogo que serían más complejos de reconstruir desde cero con un debutante. En un Congreso fragmentado y de alta volatilidad, el oficialismo cordobés opta por la experiencia, la previsibilidad y el conocimiento del funcionamiento interno del Parlamento.
Pero además del perfil legislativo, García Aresca es, ante todo, un hombre de extrema confianza de Llaryora. Oriundo de San Francisco, como el gobernador, mantiene con él un vínculo político y personal de larga data. En la práctica, su rol en Diputados será el de un representante directo del proyecto provincial: seguir las directivas del cordobesismo, defender los intereses de Córdoba y actuar como brazo político del Panal en Buenos Aires.
Con Siciliano concentrado en el armado de poder dentro de la Provincia, García Aresca queda como la voz disciplinada y leal del llaryorismo en el escenario nacional.