En el lugar en el que Javier Milei ganó el ballotage con el 74% de los votos, unas 80 mil personas se movilizaron este martes en defensa de la educación pública. Con estilo cordobesista, el radicalismo que conduce la Universidad Nacional de Córdoba buscó encabezar el reclamo, aunque se diferenció de gran parte de sus pares nacionales y aseguró que el funcionamiento está “garantizado” durante este año.
Con el rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Jhon Boretto, movilizando con sus pares en la Ciudad de Buenos Aires, la encargada de la afirmación fue la vicerrectora Mariela Marchisio. Consideró que el reclamo central es por un mayor “diálogo” que permita llegar a puntos de acuerdo respecto a las partidas presupuestarias que “vienen atrasadas desde septiembre de 2022”.
Con menos vehemencia que sus pares, Boretto confirma la lectura, pero cree que el Gobierno empieza a brindar “algunas respuestas” al reclamo universitario. El argumento son algunas de las medidas que se anunciaron en la previa de la marcha, pero fueron rechazadas por el grueso de la comunidad universitaria.
Boretto se esperanzaba con que la marcha incidiera en el comportamiento nacional. Sin embargo, el Presidente acudió a la inteligencia artificial y posteó la imagen de un león bebiendo “lágrimas de zurdos”.
La Corea del Centro de Javier Milei
En la previa de la movilización, el último posteo en la cuenta oficial de Instagram de la UNC era un video con imágenes de manos anónimas que apagan la luz y las hornallas, desenchufan un dispenser de agua, ponen el aire a 24 grados y abren las cortinas para dejar entrar la luz del sol.
“La eficiencia energética ya es parte del hoy y está en nuestra agenda", dice el texto que acompaña las imágenes que invita a la comunidad a sumarse y ser parte "de gestos pequeños con un impacto gigante”. Para los libertarios, la publicación representa un “pataleo” solapado y para la oposición de la universidad denota un gesto de “tibieza” frente al recorte que lleva adelante el gobierno nacional, mientras muchas casas de estudio trabajan sin encender las luces para ahorrar energía y amortiguar el impacto de las facturas.
Embed - UNC Córdoba on Instagram: " Sin palabras, solo hechos. Nuestra querida UNC se está transformando hacia un entorno sostenible. La eficiencia energética ya es parte del hoy y está en nuestra agenda. Sumate a este movimiento de gestos pequeños con un impacto gigante. #UNC #Sostenibilidad #energia #energiarenovable #energiaverde"
En medio del debate por la ley ómnibus XS y el Pacto de Mayo que se firmará en su provincia, Martín Llaryora tampoco quiso levantar demasiada polvareda y eligió no ir a la marcha, como no lo hizo casi nadie de las primeras líneas de su gestión, aunque pidió que el Gobierno "garantice y actualice el presupuesto universitario necesario”.
“Defensa y compromiso más allá de ideologías”, agregó el intendente capitalino Daniel Passerini, en la misma tónica. Juan Schiaretti no dijo nada y Alejandra Vigo se limitó a manifestar su “apoyo” a la marcha.
Sin rosca no hay paraíso
Más allá de sus diferencias con la conducción nacional del radicalismo, que tiene a Martín Lousteau y a Emiliano Yacobitti como los blancos predilectos de Milei a la hora de abordar la discusión universitaria, el jefe del bloque de la UCR en Diputados, Rodrigo de Loredo, se sumó la movilización y fue increpado por una parte de la militancia opositora que puntualmente le recriminó su vocación dialoguista con la gestión libertaria. Algo que una buena parte del peronismo más cercano al kirchnerismo también le recrimina a Llaryora.
Con una trayectoria dedicada de lleno a la política universitaria, Boretto es dueño de un perfil en el que la negociación política que el Presidente aborrece se convirtió en su principal virtud. Definido como un “morado puro” por propios y extraños, fue presidente del Centro de Estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas y de la Federación Universitaria Córdoba, ambos cargos en representación del brazo universitario del radicalismo en donde siempre tuvo una gran ascendencia el sector liderado por el exintendente Ramón Mestre, aunque el creciente protagonismo nacional de De Loredo empezó a modificar el panorama.
Esa capacidad para la rosca le permitieron a Boretto convertirse en uno de los puntales de las dos gestiones de Carolina Scotto, que luego fue elegida por Cristina Fernández de Kirchner como la principal referente del espacio en el centro del país. Llegó a diputada, pero duró menos de ocho meses en el Congreso.
Boretto tuvo su paso por la gestión municipal de Mestre y luego volvió a refugiarse en la Franja Morada para convertirse en decano de la Facultad de Ciencias Económicas, primero, y en rector de la UNC después.
El peso de la Córdoba universitaria
La comunidad universitaria cordobesa sostiene una continuidad histórica en los reclamos. Incluso tomando distancia en momentos en los que la conducción política de la UNC estuvo en sintonía con las administraciones nacionales. El caso más claro aparece en la figura del antecesor de Boretto, Hugo Juri, que pegó el portazo del Ministerio de Educación cuando Ricardo López Murphy anunció el ajuste que tenía a las universidades como principal blanco del recorte durante el gobierno de Fernando de la Rúa.
El gesto salvó su nombre del listado de radicales caídos en desgracia luego del gobierno de la Alianza, algo que entre otras cosas le permitió volver al rectorado cordobés una década y media más tarde. En esa oportunidad también tuvo que posicionarse en contra de las medidas de un gobierno nacional con participación (esta vez minoritaria) del radicalismo y pararse en contra de los recortes anunciados por Mauricio Macri.
Como parte del radicalismo que resistió estoicamente y se quedó en el armado de Juntos por el Cambio, Boretto fue uno de los rectores que se fotografió con Patricia Bullrich en la campaña y ahora busca sostener la histórica postura dialoguista que caracterizó al radicalismo universitario durante todo el siglo XXI, sólo que con menor capacidad de rosca y mayor movimiento de cintura.
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John Boretto en la campaña de Patricia Bullrich y Luis Petri, hoy ministro de Javier Milei.
Prácticamente sin diálogo con el gobierno libertario, Boretto se apoya en el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) y en el radicalismo y “hace lo que puede” para que la bomba no le explote en las manos. En su entorno aseguran tener las cuentas en orden, aunque la preocupación expresada por estudiantes, docentes, no docentes y el decanato de la universidad que conduce parece dar cuenta de una realidad diferente.