Martín Llaryora tiene un voto menos para poner en la mesa de negociaciones con el Gobierno nacional. Tal como lo hizo con la versión original de la ley ómnibus, Natalia de la Sota no votará el paquete cerrado que propone la gestión de Javier Milei y tampoco acompañará el DNU, si es que llega a tratarse en el recinto.
La diputada por Córdoba -que ingresó al Congreso en el 2021- entiende que el proyecto libertario lleva a la Argentina a un destino que lastimará los intereses de los sectores populares y no está dispuesta a acompañar medidas que considera inconvenientes, más allá de reconocer que el gobernador tiene la potestad de trazar la estrategia que le parezca mejor para garantizar el flujo de fondos para su provincia.
Si bien muchos en el espacio intentan bajarle el precio a sus posicionamientos, De la Sota es hija y nieta de gobernadores y, desde que decidió meterse de lleno en la arena política, definió fortalecer el perfil social que su padre había sostenido a lo largo de sus tres gestiones.
Un puente con Sergio Massa
Aunque probablemente no lo necesite, la relación sostenida con De la Sota le ofrece a Llaryora un puente directo con Sergio Massa, el excandidato presidencial con el que la diputada tiene un vínculo que trasciende lo estrictamente político.
Cuando José Manuel de la Sota quedó fuera de la carrera presidencial durante la contienda del 2015, su hija quedó a cargo del armado del tigrense en Córdoba y tuvo un alto protagonismo en la campaña en la provincia de Buenos Aires.
Por eso nadie se sorprendió cuando, con Juan Schiaretti afuera de la carrera presidencial, la diputada empezó a participar activamente del entonces candidato de Unión por la Patria.
A pesar de las tensiones, De la Sota se reconoce dentro del peronismo mediterráneo y no sacará los pies del plato, pero tampoco dejará a un costado los principios que definen sus acciones.
Uno de los contactos más directos que dan cuenta de esa relación es la presencia de Ángel Mario Elettore, ministro de Finanzas en las administraciones delasotistas y titular de la Casa de la Moneda durante la gestión de Massa en el superministerio de Economía de la última etapa del Frente de Todos. De la Sota habla con frecuencia y es hombre de consulta.
El perfil de Natalia de la Sota
En los últimos días, De la Sota se reunió con los trabajadores despedidos de los Centros de Referencia (CDR) que habían quedado bajo la órbita de Capital Humano y con investigadores del Conicet. Esas actividades marcan un continuado de gestos con los que la diputada se diferencia del sus compañeros del bloque de Partido Cordobés, más proclives a cuidar las formas en el intento por sostener el perfil dialoguista que propone Llaryora.
Natalia de la Sota con trabajadores de los CDR.png
Para Natalia de la Sota, cerrar los CDR "es atentar contra el federalismo".
De la Sota no reniega de eso. Entiende que el espacio de Hacemos Coalición Federal se formó con la intención de ganar protagonismo en el reparto legislativo y que, desde el primer momento, cada uno de los sectores tuvo en claro el perfil del otro, apostando a convivir en una diversidad que por momentos parece tensionarse demasiado.
En ese mapeo interno, De la Sota fortalece lazos con los referentes más ligados al progresismo, como el Partido Socialista, la Coalición Cívica y el GEN.
En los últimos tiempos, también se acercó a esa especie de sub-bloque Juan Brügge, el hombre del Partido Demócrata Cristiano que juega de líbero dentro del grupo de diputados que podrían responder al PJ mediterráneo.
El link con el lavagnismo
Alejandro Topo Rodríguez es el máximo referente del lavagnismo que desde el Instituto Consenso Federal sostiene el diálogo con los diferentes referentes que considera valiosos para pensar el futuro de la Argentina, entre ellos, De la Sota. “Ella ha demostrado mucha coherencia; tiene fuerte compromiso social y sabe manejar sus tiempos”, dice consultado al respecto.
“Tenemos un diálogo permanente porque compartimos una misma visión de la Argentina, con federalismo y justicia social”, cuenta Topo Rodríguez que construye desde ahí su relación con su excompañera de bancada.
Más allá de eso, no hay formalidades ni relaciones contractuales que aten lo aten con De la Sota. Cabe recordar que el exdiputado tomó distancia del schiarettismo cuando entendió que el entonces aspirante presidencial empezó a apostar por el triunfo de Milei.
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Al igual que De la Sota, también sostiene aceitados vínculos con el socialismo, una parte del peronismo de la provincia de Buenos Aires y la corriente del radicalismo identificada con Facundo Manes, con quien la cordobesa también aceita vínculos en la Cámara Baja.
El neurocientífico es uno de los boinablanca más críticos con el gobierno libertario, incluso con las referencias de su partido que buscan hacer equilibrio, como la corriente que expresa el Grupo Malbec, que también incluye a Rodrigo de Loredo.
Allí, el posicionamiento del titular del Instituto Consenso Federal es claro. “Es el outsider constructivo que la Argentina necesita”, dice contraponiéndolo con el Presidente, al que define como un “outsider negativo”.