Apenas un par de horas pasaron del comienzo del debate por la ley ómnibus en la Cámara de Diputados de la Nación y Natalia de la Sota oficializó que votará en contra la aprobación general del proyecto enviado por Javier Milei, sumándose al posicionamiento de sus pares del Partido Socialista, Mónica Fein y Esteban Paulón. De esa manera, la hija del exgobernador José Manuel de la Sota se vuelve a diferenciar del resto de los cordobeses que responden a Martín Llaryora y votarán por la aprobación de la iniciativa.
“La Ley Bases propone ajuste y recortes que perjudican a los sectores más vulnerables. Afecta a las provincias y busca privatizar empresas públicas sin el debido debate legislativo. También, persigue cambios profundos en leyes que merecen un tratamiento serio y responsable”, escribió la diputada en su cuenta de la red social X al oficializar una decisión que había sido comunicada al gobernador apenas un rato antes.
Según pudo reconstruir Letra P, Llaryora comprendió las razones de De la Sota, que desde hace tiempo viene diferenciándose del resto de sus pares, a los que agradeció “la posibilidad de decidir con autonomía y respetar lo resuelto”.
Desde el momento mismo en que comenzó la discusión en torno a la primera iniciativa libertaria que se discute en la Cámara Baja, De la Sota viene advirtiendo sobre los perjuicios inmediatos que la norma representaría sobre diferentes actores de la sociedad. A partir de esa lectura, mantuvo reuniones con representantes sociales, sindicales y políticos y fue construyendo un posicionamiento que sirvió para afirmar sus sospechas iniciales.
El camino
La diputada fue una de las representantes del bloque Hacemos Coalición Federal que sostenía la necesidad de llevar un dictamen diferenciado al de la mayoría para, luego, evaluar el voto para cada uno de los artículos en particular.
Como contó Letra P, se sorprendió cuando la rosca legislativa llevó a Ignacio García Aresca y Juan Brügge a firmar, en disidencia, el dictamen de la mayoría.
Sobre todo a partir de un evidente quiebre interno en el bloque que comanda Miguel Ángel Pichetto, que en aquella madrugada se dividió en tres dictámenes diferenciados.
En ese bloque legislativo, uno de los que tiene la llave del cuórum en la Cámara de Diputados, siempre se destaca que la diversidad del espacio es uno de los fuertes de un armado que se pretende transversal. El propio Llaryora pone valor a esa característica que también busca imprimirle a su gobierno en Córdoba. Por eso, la decisión de De la Sota no debería generar demasiados conflictos hacia adentro del espacio.
Por los posicionamientos históricos de la diputada, que fue la única de ese bloque que manifestó su apoyo a Sergio Massa en la segunda vuelta presidencial, tampoco resulta sorpresiva la decisión que se confirmó en las primeras horas de la tarde. En el dinámico poroteo legislativo, el voto de De la Sota tampoco implicaría un riesgo para la aprobación general de la ley.
En lo inmediato, la diputada avisa que seguirá defendiendo los intereses de la provincia y seguirá trabajando por la unidad del sub-bloque cordobés, del que se volverá a diferenciar cada vez que lo crea necesario. De esta manera, la convivencia será cuestión de desandar el día a día. O mejor dicho, ley a ley.