JUNTOS EN EL BARRO

Cómo es la compleja red de alianzas porteña que Larreta quiere replicar a nivel nacional

El factor Schiaretti es apenas una muestra del complicado esquema de poder que incluye en la Ciudad figuras que enfrentaron al alcalde en las urnas. Del socialismo a Moyano y las dos líneas de la UCR.

El primer mandamiento de Horacio Rodríguez Larreta reza “tu acordarás”, un concepto que sueña con replicar para su armado nacional. La idea larretista de importar al peronismo Federal de Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio es apenas la punta de un iceberg que está sumergido en la Ciudad de Buenos Aires. Bajo su gestión como jefe de Gobierno porteño, logró atraer desde Roy Cortina, del partido socialista, hasta el camionero Hugo Moyano, pasando por las dos líneas del radicalismo porteño, la de Martín Lousteau y Daniel Angelici. Todos conviven bajo un insondable esquema de pactos con el presidenciable del PRO.

En la Legislatura citadina respira cotidianamente ese modo de construcción política del postulante a la Casa Rosada, al tejer lazos con partidos que lo enfrentaron en 2015. Así arribó dos años después a un entendimiento con Graciela Ocaña, la dueña del sello Confianza Pública, y con Elisa Carrió, de la Coalición Cívica, que se vio plasmado en la conformación de la nómina de legisladores.

Para ampliar la alianza Vamos Juntos, tal el nombre que adoptó Juntos por el Cambio para el distrito que comanda el PRO, el alcalde logró sintonía con Lousteau en 2019, a quien cuatro años le había ganado por poco el ballotage. Hombres y mujeres de confianza del economista no solo ocuparon espacio en las listas sino que también se incorporaron a la gestión. Un ejemplo: Larreta creó el ministerio de Desarrollo Económico que lidera hasta el día de hoy José Luis Giusti, exsecretario de Hacienda de la UBA. El radicalismo de Angelici, que peleará por la conducción de la UCR porteña en manos del senador que busca ser el sucesor larretista en la Ciudad, tampoco se quedó atrás y rubricó un entendimiento con el hombre que ocupa el principal despacho de Uspallata 3160.

No solo eso: el Partido Socialista, en la vereda de enfrente ideológica al partido amarillo, también se integró bajo el gran paraguas de la alianza oficial. Cortina, la máxima figura del PS, justificó su pase con elogios a Larreta: "Va a saber combinar un proyecto inclusivo y modernizador de la Argentina".

Para el 2021, el alcalde dio un paso más en su construcción y sumó una pata liberal: la de Republicanos Unidos, el partido que supo ser liderado por Ricardo López Murphy y Roberto García Moritán, antes del reciente divorcio político entre el exministro y el marido de la modelo Carolina Pampita Ardohain. El pacto desembocó en dos bancas para los integrantes de RU, que terminaron en manos de Moritán y Marina Kienast.

La otra cara de la moneda, el lado B de tantos apretones de manos son los dolores de cabeza que le genera al jefe de Gobierno. En el Parlamento local, el PRO quedó con 16 bancas sobre 32 que exhibe la coalición de Juntos por el Cambio, apenas pro encima del límite para obtener el cuórum, que se logra con 31 votos de un total de 60. Con el partido amarillo tan reducido, implica que el larretismo deba negociar leyes con variados actores de peso, que en muchas ocasiones aprovechan para reclamar modificaciones, haciendo valer su poder y amenazar con romper el bloque.

El mantra del dialogo constante se extiende además hacia los gremios. Con Ezequiel Jarvis a la cabeza, el subsecretario de Trabajo, el GCBA lanzó en 2018 un ciclo de formación para delegados sindicales, un lugar en el que intervienen colectivos gremiales de diversas líneas. Lejos de la predica antisindical que exhiben los halcones amarillos, el funcionario destacó en 2022 que en la Ciudad se observa “un movimiento obrero que está pensando en seguir perfeccionándose, formándose, adquiriendo nuevas herramientas para ser mejores dirigentes y representar mejor a su colectivo de trabajadores”.

En Uspallata precisan ante la consulta de Letra P que “hay vínculo con todos, los gordos, los flacos, independientes, dependientes”. Y hay un ejemplo para destacar: cuando el Gobierno porteño tomó la decisión de estatizar el sistema de acarreo, se sentó a negociar directamente con Moyano, cuyo gremio, Camioneros, representó a los trabajadores de las empresas involucradas. Así, desde el 1º de octubre, los 500 empleados que realizaban los trabajos de grúas para las empresas Dakota y BRD pasaron a la órbita de Subterráneos de Buenos Aires SE (SBASE), donde mantuvieron el convenio con la mencionada entidad sindical.

La mesa de conducción de Juntos por el Cambio quiere cuanto antes una definición del PRO por la inclusión de José Luis Espert.
José Luis Espert junto a Carolina Piparo.

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