PERONISMO EN LLAMAS

CFK desafía la abstención de Martín Llaryora y suma a Córdoba a su plan de unidad del PJ

La exvicepresidenta recibió a Federico Alesandri y Fabián Francioni. Recuperar identidad, la consigna. Pegar al cordobesismo con Javier Milei, el método.

La definición aparta temporalmente a sectores afines que llegaron al kirchnerismo desde otras fuerzas. También a buena parte de la dirigencia hoy referenciada en La Cámpora. Se trata, afirman fuentes con acceso a “la jefa”, de decisiones ajustadas al contexto, no a exclusiones definitivas. El trabajo continúa con todos los sectores, pero este tiempo requiere de mensajes específicamente destinados a “los compañeros”.

Tal es el primer abordaje que comparten quienes asistieron este lunes a una reunión en el Instituto Patria, en la semana que desembocará en la presentación de avales para las internas en que CFK pujará con Ricardo Quintela por la presidencia del Partido Justicialista.

Fotos para Córdoba

Los registros de dicha reunión muestran a Cristina, en su escritorio, con el exdiputado nacional Fabián Francioni y el legislador provincial Federico Alesandri.

No se trata del primer encuentro de este tipo. Ambos dirigentes se han reunido reiteradamente con ella en el año. El exintendente de Leones sigue siendo hombre de su confianza y el exintendente de Embalse se ha mantenido en el redil pese a variadas especulaciones sobre un salto al Partido Cordobés, también al Frente Renovador de Sergio Massa.

Schiaretti y Llaryora, los líderes de la evolución cordobesista, aparecen como destinatarios de aquellos registros. Ambos son definidos como aliados, aún sin expresión explícita, del gobierno libertario.

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“Queda claro que hay dos polos en la política nacional: Cristina y Milei. Schiaretti y Llaryora decidieron jugar con Milei”, plantea Alesandri.

Congruente con ello, los alfiles kirchneristas profundizarán un mensaje crítico a la actual gestión económica, a la que enrostran pobreza del 52% y una creciente recesión. Mostrarse como antagónico a la imaginaria tríada, interpreta la misma fuente, debería resultar atractivo para los que rechazan al gobierno de la motosierra.

Juan Schiaretti y Martín Llaryora, asunto separado

Recuperar la identidad peronista aparece como la consigna repetida. La construcción consecuente, analizan, trasciende tiempos y geografías.

Congruentemente, el gobernador y su antecesor son considerados responsables por la continuidad de un modelo de validez estrictamente provincial, incapaz de proyectarse más allá de la ruta nacional 9.

“Tenemos que rearmar el peronismo de Córdoba. Ni siquiera participa del PJ nacional. Con el cordobesismo metieron al peronismo provincial en una encerrona. Terminará pasando lo mismo que en otras provincias, con fuerzas que sólo tienen peso en su propio territorio”, observa Francioni.

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Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y Julio Zamora, una foto celebrada en el Panal cordobés.

Florencio Randazzo, Juan Schiaretti y Julio Zamora, una foto celebrada en el Panal cordobés.

El mismo vocero distingue incoherencia en esa construcción. “Mucho provincialismo, pero después se arrodillan ante gobiernos centrales que no son K. No les giran la plata para la Caja de Jubilaciones, eliminaron el Plan del Manejo del Fuego, les quitaron el Fonid, pero no se quejan como deberían”, amplía.

La proyección de las críticas reconoce matices entre los cordobesistas. Al “Gringo” le enrostran ingratitud por haberse alejado del espacio en 2007, luego de “pedir por favor ayuda para no perder con Luis Juez”. Desde entonces, coinciden, trazó un camino cada vez más alejado del núcleo K.

Por el contrario, admiten que tenían otras expectativas con Llaryora, al que achacan falta de decisión para tomar las riendas del PJ cordobés. “No asume como líder. No interpela al peronismo. Parece encerrado en el juego de Schiaretti y no se anima a salir”, critica Alesandri.

La autocrítica de CFK

Voceros mediterráneos atribuyen a CFK voluntad de reorganizar al PJ nacional por encima de cualquier apetencia ulterior. “Está decidida a conducir el partido. Para ello hay que sortear la interna. Esto es paso a paso”, explica el exdiputado.

La convocatoria a los compañeros incluye un severo repaso de las gestiones previas, en particular la del fallido Frente de Todos. Inusual en la exvicepresidenta, la autocrítica parece una concesión necesaria en tiempos de discurso antipolítica.

“Con lucidez, demuestra que aprendió. Reconoce errores y los entiende en su contexto”, cuentan visitantes de tránsito regular “al Patria”. Una reforma tributaria de corte progresivo y "una Ley de Bases" de sello propio aparecen como los primeros mojones de la hoja de ruta propuesta.

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Fabián Francioni y Federico Alesandri, la base peronista que eligió CFK para rearmar en Córdoba.

Fabián Francioni y Federico Alesandri, la base peronista que eligió CFK para rearmar en Córdoba.

Esa hoja de ruta no excluye a viejos socios como el Frente Renovador y los sectores progresistas. Tampoco a La Cámpora, claro está. Sin embargo, la destinataria de la nueva saga parece ser aquella militancia que pide “más peronismo de origen”.

El giro discursivo no parece novedoso. La cuidada selección de interlocutores tampoco. Como contara Letra P, el nuevo tablero político nacional ha obligado a todos los jugadores a desplazar sus fichas en direcciones inusuales. Incluso la propia Cristina, hoy impelida a negociar con sectores que antes esperaban largamente en la antesala.

Ricardo Quintela, gobernador de La Rioja.
La tropa del Frente Renovador en Córdoba, prescindente de la puja entre CFK y Quintela por el control del PJ.

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