TODOS CONTRA TODOS

Cada precandidato del FdT arma su propia Cristina Fernández de Kirchner

Qué quisieran escuchar del discurso de CFK los cuatro anotados para suceder a Alberto Fernández. Massa, Scioli, Wado y Rossi, enfrentados por las PASO.

Las expectativas del oficialismo estuvieron, primero, puestas en la mesa que, convocada por Alberto Fernández, el Frente de Todos realizó en febrero en el PJ Nacional. En la histórica sede de Matheu al 100, el Presidente resistió, estoico, siete horas de pedidos para que declinara cualquier aspiración a una reelección. Se bajó en abril. Fue poco antes de que Cristina Fernández de Kirchner convocara, en pleno clamor por su postulación, a un acto en el Teatro Argentino, escenario de sus lanzamientos en 2005 (a senadora) y 2007 (a presidenta). Canceló al operativo diciendo que ya había dado todo.

La nueva bisagra de un particular 2023 para el FdT tendrá como epicentro a la Casa Rosada: sin Fernández, que irá a Chapadmalal, y con la vicepresidenta saliendo del despacho del ministro del Interior, Wado de Pedro, rumbo a un megaescenario en el que la escuchará con atención su militancia.

Cuatro aspirantes afinarán más sus oídos a la espera de señales que permitan vislumbrar la arquitectura electoral que imagina montar CFK. El camporista estará allí, Sergio Massa tal vez en Paraguay con agenda oficial, Daniel Scioli en Brasil, y Agustín Rossi. Cada uno querrá escuchar a una Cristina distinta.

Eduardo "Wado" De Pedro

Wado

"Ojalá". La respuesta, concisa y esperanzada, dice todo. La pregunta al wadismo había sido si imaginaba una bendición de CFK. El ministro corre de atrás en las encuestas y pelea contra el desconocimiento, pero recibió dos ayudas esta semana: primero, un gesto de la vice en la entrevista con Duro de Domar ("Espero que la generación diezmada tome la posta"); después, el comentario fuera de lugar del periodista Gabriel Levinas, que habló de la disfluencia del ministro y le armó un masivo respaldo. No hay mala publicidad, se sabe.

Con la bendición alcanza. Hace un año y medio que De Pedro construye una candidatura, no necesariamente presidencial. El periodista Diego Iglesias le preguntó si acompañaría a Massa en una fórmula, si sería candidato a gobernador, a diputado o a senador, y su respuesta fue la misma: sí, si se lo pide Cristina.

EDUARDO "WADO" DE PEDRO: "VOY A HACER LO QUE LA COMPAÑERA CRISTINA DIGA"

Canciller de La Cámpora en el Círculo Rojo, también ofició de embajador de los gobernadores que en 2022 pedían derogar las PASO. Como ministro del Interior, que deberá organizar el acto eleccionario, llegó a decir que "la mayoría del FdT" no quería internas. Ahora admite que puede haber competencia, al menos en público, pero lo importante para su precandidatura es el dedo de CFK.

Quien celebraría tanto o más esa entronización cristinista sería Axel Kicillof, que teme que el dedo de la vice lo saque de su campaña por la reelección. Si llega a ser De Pedro, difícil que el gobernador bonaerense cumpla su amenaza de desdoblar los comicios generales.

Otro precandidato en los papeles, Juan Grabois, también aplaudiría. Ya dijo que, entre Massa y De Pedro, apoyaría al segundo.

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Massa

Como De Pedro, el ministro de Economía también apostaba a tener un guiño de CFK para promocionarse como la síntesis modelo 2023 del Frente de Todos. Con esos pergaminos, desembarcó en el Palacio de Hacienda con todo el respaldo político. Con los mismos avales, pretende ser el elegido, ya no tanto por un albertismo en retirada. Lo que no quiere el tigrense es que lo estorben... con unas internas.

Seis meses estuvo en silencio -público- frente a los debates electorales en los que se sumía el oficialismo, siempre con la excusa de que los ruidos políticos repercutían en la economía. La inflación y el dólar escucharon todo y el dúo se convirtió en el karma de las aspiraciones de Massa. Cuando puede, desliza que su eventual candidatura depende más de su familia que del INDEC. Pocos le creen.

Las condición que pone el Frente Renovador para seguir en el FdT, un debate que se dará en el plenario el 10 de junio, es que haya un único candidato en las PASO. Por lo bajo lo nombran al tigrense. Con encuestas en la mano, como una que circuló por estos días en un municipio del conurbano, esgrimen un empate técnico de tres aspirantes del oficialismo (Massa, De Pedro y Scioli) que se reparten por igual un piso (bajo, en términos históricos) de 30 puntos. El más votado del trío queda por debajo, en términos nominales, de Javier Milei, Patricia Bullirch y Horacio rodríguez Larreta. Temen que ese escenario polarice las generales entre Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza y deje al peronismo fuera del ballotage, un fantasma que recorre las tertulias justicialistas hace meses.

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Scioli

No lo hizo canción ni remera, pero convirtió en spot su súplica por unas internas. Este jueves, escuchará a la vice en la embajada de Brasil, donde será anfitrión de centenares de personalidades que invitó a celebrar la fecha patria. Con esa excusa, Scioli no irá a la plaza, pero, para despegarse del concepto de "candidato albertista", tejió en las últimas semanas contactos con el cristinismo: una foto con Mayra Mendoza, un agasajo a Kicillof en Brasilia y un acto con Fernando Espinoza.

Ocho años después de 2015, en privado Scioli sigue lamentando no haber competido contra Florencio Randazzo en unas internas. El exministro era el Wado de entonces, la apuesta ultra K para esmerilar al exgobernador, que asomaba como el candidato natural para la sucesión (vice de Néstor Kirchner, reelecto en el distrito que concentra cuatro de cada diez votos y auspiciado por sus pares). Esos casi tres puntos que lo separaron de Mauricio Macri en la segunda vuelta, cree, se los debe a la estrategia de llevar a Carlos Zannini de compañero de fórmula para que el candidato fuera el proyecto.

Scioli quiere competencia, al punto de que ya se especula con nombres que tendría su lista, pero se conforma con ser el consenso. Su entorno agitó la campaña cuando ambos Fernández todavía estaban en carrera y celebra que el embajador sea el único que quedó diciendo que aún es candidato. La diferencia, argumenta, es que ahora no vale sólo el dedazo: Scioli debería ser promovido, también, por otros sectores, incluyendo los gobernadores - algunos que son massistas y otros que celebraban a De Pedro-, la CGT -orgánicamente prefiere a Massa- y el cristinismo -espera la palabra de CFK-.

Rossi- Senadp

Rossi

"Tenemos capacidad para armar en todos los distritos. En algunas provincias compartiremos, en otras no". Esa es la respuesta oficial del entorno del jefe de Gabinete al desafío "Armate tu propia lista" que lanzó Máximo Kirchner como condición sine qua non para que haya internas en las PASO.

El santafesino presentará su precandidatura de forma virtual el lunes, después de escuchar a Cristina, a quien oirá de cerca porque tiene previsto marchar a la plaza. Como Scioli, carga con la etiqueta de ser el "candidato albertista". Trata de sacársela apelando a su ADN K: 12 años al servicio del kirchnerismo y primera línea de batalla contra el campo como presidente del bloque del FpV en Diputados. Además, acomoda su discurso actual para que sea música para oídos cristinistas. "Hay que reponerla y actualizarla", pidió esta semana sobre la Ley de Medios.

Igual, el despegue no puede ser total. Rossi no es el primer jefe de Gabinete que aspira a ser Presidente. Seguramente, no será el último. Ya no rige la ley albertista por la cual un ministro debe renunciar para ser candidato (solo se le aplicó a él, que tuvo que renunciar al Ministerio de Defensa en 2021), por lo que la Casa Rosada sería el búnker de campaña del santafesino.

Entre interna o consenso, Rossi transita la ancha avenida del medio. Puede ser una o la otra. Si bien no abona la teoría de los tres tercios de CFK, por la cual el peronismo podría quedar fuera de la segunda vuelta, tampoco descarta que el dedo de la vice pueda ordenar la estrategia, como en 2019. Minutos después de que se difundiera el video de “le he pedido a Alberto Fernández...”, Rossi declinó su precandidatura en vivo por radio. A la distancia, rescata el coro de gobernadores e intendentes que salieron a aplaudir al binomio como la construcción de un consenso que ahora debería tener, al menos, la misma épica para mantener unido al FDT.

Este jueves Cristina Kirchner dará un discurso que no conformará a los cuatro por igual. La duda es quién celebrará más sus palabras, para tener un atisbo de la estrategia electoral que se viene.

cristina atr
la carrera hacia el cierre de listas calienta la previa del acto de cristina

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