APERTURA DE SESIONES

Axel Kicillof en campaña: un discurso montado en la grieta

Las críticas y chicanas a la oposición atravesaron las tres horas del mensaje del gobernador. Referencias a Vidal, polémica por los palcos y cruces a los gritos en medio del recinto.

Montado en la grieta. Así recorrió este lunes a lo largo de casi tres horas Axel Kicillof su discurso ante la Asamblea Legislativa bonaerense, un mensaje con tono de campaña electoral en la que desplegó innumerables y repetidas críticas a la oposición, que incluso llegaron a generar cruces a los gritos en medio del recinto con legisladores de Juntos por el Cambio (JxC).

Desde la herencia recibida por su antecesora, María Eugenia Vidal, en todas las áreas de gestión hasta la polémica por la coparticipación y pasando por la seguridad, las obras, la educación y la situación del IOMA, el gobernador usó cada pasaje de su discurso de apertura de sesiones ordinarias para pegarle a la oposición, una forma de construir el balance de su primera gestión en contraste con sus enemigos políticos.

No hubo nada de casual ni improvisado en esa decisión. De hecho, muchas de las críticas que parecían espontáneas estaban incluidas en el discurso escrito que los voceros de la Gobernación distribuyeron a la prensa.

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El fuerte tono contra JxC marcó el clima de una jornada atravesada por los cruces con las figuras más importantes de la oposición presentes en el recinto de la Cámara baja, como los diputados Diego Santilli (PRO) y Facundo Manes (UCR), quienes reclamaron por la decisión de no otorgarles un palco desde el cual seguir el discurso y terminaron mirándolo por televisión en el despacho del jefe del bloque de Diputados de JxC, Maximiliano Abad.

El momento más tenso fue a poco de comenzar la Asamblea, cuando Kicillof hizo mención a la situación de la obra social IOMA, con críticas a la herencia del gobierno de Vidal y comenzó a recibir réplicas a viva voz desde un sector del recinto donde estaban sentados, entre otros, Abad, Alex Campbell (exfuncionario vidalista) y Daniel Lipovetzky. “Ahora hablo de cómo recibí IOMA si quieren, largo puedo hablar. Desde la nave espacial hablan”, retrucó el gobernador a los gritos.

Y apuntó directo a Abad: “Es fácil, después charlamos, no puedo ahora, no hagamos un show. Después te escucho Abad”. Al crecer el clima de tensión y los gritos, la vicegobernadora Verónica Magario intervino pidiendo “silencio y respeto al gobernador”. “En realidad, respeto al pueblo”, ahondó Kicillof.

Fue el momento más caliente de la Asamblea, pero estuvo lejos de ser el único. Constantemente, desde las bancas de la oposición surgieron respuestas en voz alta a referencias críticas de Kicillof, que se repitieron a lo largo de todo el mensaje.

Los primeros silbidos opositores se despertaron cuando el gobernador apuntó directo a la herencia, al recibir una “provincia profundamente endeudada” y un “Estado provincial abandonado”. “Todo estaba en emergencia, según la propia legislatura”.

Sobre los salarios, por ejemplo, el gobernador mencionó “pérdida promedio del 20% del poder adquisitivo” de estatales durante la gestión 2015-2019: “No es chicana, es dato”, dijo y fue por más: “En la gestión anterior, era uno de los principales empleadores en negro”.

Cuando habló de educación y escuelas, volvió a pegarle a Vidal. “Para las ideas ridículas, les digo: si en vez de cerrar escuelas rurales y de islas, se abren nuevas escuelas; si en vez de estigmatizar a docentes o a sus representantes gremiales y perseguirlos, se los respeta y se los escucha; si en vez de reducir el presupuesto educativo, se lo incrementa… sin duda vamos a tener mejores clases”.

“A veces escuchamos que los que piden más educación y escuelas, al menos en el discurso, después se quejan cuando aumentan las escuelas y trabajadores, parecieran que los ladrillos son los que enseñan en las escuelas. Lo mismo en salud”, disparó.

Cuando llegó el tema seguridad también castigó a la oposición. “La experiencia anterior deja una enseñanza: no existe ninguna estrategia de comunicación que pueda reemplazar la falta de una verdadera inversión y una verdadera política de seguridad. Los spots en las redes sociales no combaten el delito ni llevan la paz a los barrios”, lanzó.

Pero sin dudas el capítulo más extenso de sus críticas a la oposición se lo dedicó cuando habló de las obras en la provincia de Buenos Aires. “Mejor que tuitear es hacer”, tiró Kicillof cuando marcó las diferencias con la gestión que lo antecedió, donde había –dijo– “desidia o desinterés” en grandes proyectos, como el de la Cuenca del Salado.

Finalmente, también tuvo un cruce cuando anunció la construcción de una nueva planta de agua potable para La Plata y su región. Desde la oposición le machacaban que aún no se había solucionado el tema de los anegamientos, Kicillof retrucó: “Nadie dice que está solucionado, pero, ¿sabés qué?, hacemos las inversiones”.

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