LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) La batalla por las candidaturas del peronismo para la próxima elección comienza a pasar de lo subterráneo a la superficie; es especial, la sorda disputa por la gobernación de Buenos Aires, que tiene a Axel Kicillof lanzado a la reelección y a un grupo de intendentes, empujando su salida para arriba. El senador bonaerense y exintendente de San Antonio de Areco, Francisco Durañona, lo puso sobre la mesa: propuso una interna entre el gobernador y el ministro de Economía, Sergio Massa, para definir al candidato a presidente del Frente de Todos.
“Para llegar competitivos a la elección, es fundamental organizar una gran PASO en todas las categorías del FdT. Sergio Massa y Axel Kicillof, sin dudas pondrían los ingredientes necesarios para la gran discusión nacional sobre el inicio de un nuevo ciclo”, publicó el legislador en sus redes sociales, quien ya había pedido “terminar con las listas a dedo” tras sufrir la tercera derrota al hilo en su pago chico.
En rigor, no es el primero en decir a viva voz lo que se rosquea en silencio en despachos del conurbano. Meses atrás, el diputado provincial y exintendente de Monte Hermoso Alejandro Dichiara había tirado la primera piedra: aunque “es un buen gobernador”, Kicillof también “puede ser candidato a presidente de la Nación”, dijo.
Las declaraciones del montehermoseño desataron una ola de respuestas impulsada desde el entorno del gobernador. Jefes comunales que quieren al economista cuatro años más en el poder salieron al cruce, entre ellos, el intendente de Berazategui, Juan José Mussi, y, con mayor virulencia, el intendente de Pehuajó, Pablo Zurro, quien dijo que “hay compañeros equivocados” y que Kicillof “es el mejor gobernador de la historia de la provincia de Buenos Aires” y que tiene que “volver a ser gobernador”.
“Axel agarró el bastón de mariscal, como dijo Cristina, y se puso a jugar, como lo viene haciendo hace cinco años. En la última elección ejecutiva, los intendentes también querían ser ellos quienes ocupen el lugar, pero Axel se subió al auto, recorrió toda la provincia y le fue bien; ahora estamos haciendo lo mismo”, dijeron a Letra P en el entorno de Kicillof sobre la avanzada de La Liga de intendentes, que fomenta la salida para arriba del mandatario para tomar el lugar.
La disputa entre los jefes comunales liderados por el jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y el gobernador viene de larga data. Se inició en el amanecer de la gestión, cuando, a contramano de lo que esperaban los territoriales, Kicillof armó un gabinete sin intendentes. Tras la derrota en las Primarias de 2021 debió abrir las puertas, pero nunca renunció a pelear por cuatro años más de mandato. “Haré lo que ordene Cristina”, dicen que dice el mandatario.
El renunciamiento de la vicepresidenta, quien anunció que no será candidata este año, devolvió a la dirigencia al mar de especulaciones, reavivó la pelea bonaerense y devolvió a Kicillof a la grilla de suplentes del peronismo para pelear por la primera magistratura. Por lo pronto, con la anuncia de CFK y confiado en su gestión, el gobernador camina la campaña con el traje que quiere seguir llevando puesto después del 10 de diciembre próximo.
