CÓRDOBA (Corresponsalía) Aún sin fecha definida en el calendario para los comicios provinciales, la batalla por la unificación de la jornada de votación con los municipios del interior empieza a ocupar uno de los principales ejes de preocupación de quienes pujan por las candidaturas y sus estructuras partidarias. El principal interesado en que esa situación se resuelva parece ser Martín Llaryora, elegido por el gobernador Juan Schiaretti para encabezar el proceso de renovación que abrirá su partida del gobierno provincial. En una estrategia desdoblada, el intendente de la ciudad de Córdoba recorre el interior para afianzar su instalación como candidato, a la vez que los caciques territoriales hacen valer su peso en el armado en aras de garantizar la unidad que se ve amenazada por una serie de factores que pone en alerta a los equipos del peronismo provincial.
En ese camino, los legisladores peronistas Julio Bañuelos y Alfredo Altamirano encabezaron un encuentro de intendentes del departamento San Alberto, en el oeste cordobés, donde jefes y jefas comunales se comprometieron a unificar la fecha electoral con la que defina la provincia y a trabajar en apoyo de la candidatura de Llaryora. “Venimos de tiempos complejos, en donde la imposibilidad de que muchos de nosotros no podamos ser reelegidos, nos ubica en una situación de aunar criterios y fortalecer nuestros vínculos para mirar más allá de dichos horizontes y seguir trabajando en pos de un objetivo partidario", señala el documento que plantea enarbolar "las banderas de Hacemos por Córdoba, para impulsar a Martin Llaryora a Gobernador de Córdoba y a Juan Schiaretti a presidente de la Nación”.
El texto parece responderle a una de las principales amenazas que ronda por estas horas las cabezas de la dirigencia del PJ provincial y que proviene de un grupo de intendentes e intendentas que invitó a los gobiernos locales a “despegarse” de la fecha que vaya a proponer la provincia a modo de escarmiento por hacer caso omiso a los reclamos que pedían la modificación de la ley electoral para habilitar la posibilidad de pelear un nuevo mandato.
“La imposibilidad que tienen muchos compañeros y compañeras de no poder presentarse nuevamente como candidatos en las diversas localidades no va a debilitar nuestra fuerza y militancia. Todo lo contrario, las va a potenciar para seguir defendiendo nuestros ideales de justicia social, desarrollo y equidad en cada rincón de la provincia”, dice el documento que también espanta fantasmas sobre la posible fuga de figuras locales hacia otros tinglados políticos con referencias peronistas, como el Frente de Todos y, en menor medida, el armado de Juntos por el Cambio que encabeza Luis Juez.
En la reunión que tuvo lugar en la localidad de Panaholma estuvieron presentes los diez jefes y jefas comunales que el oficialismo provincial ostenta en el departamento, a la vez que se sumaron los candidatos del peronismo en dos localidades gobernadas por sellos opositores. Si bien se trata de uno de las regiones de menor densidad electoral de la provincia, no deja de ser un dato importante la supremacía del oficialismo en la región. En el encuentro, dirigentes de 12 localidades asumieron su apoyo a la estrategia oficial. El único que pegó el faltazo fue Sergio Soria, el intendente de San Pedro que había encabezado la rebelión intendentista convocando a elecciones el pasado 11 de diciembre, cosa que finalmente no sucedió por encontrarse la fecha elegida por fuera de los alcances establecidos por la ley cordobesa.
La discusión en torno a la fecha de las elecciones en el interior no es algo que preocupe solo al llaryorismo. También está bajo la lupa de la oposición que teme que la interna no resuelta termine alternado los planes que especulan arrastres a favor de las listas provinciales. Más allá del enojo con la conducción provincial de algunos intendentes radicales que se sumaron a la batalla para habilitar una última reelección en sus localidades, hay un espejo en 2019 al que le temen en no pocos casos. Ante la fractura de Juntos por el Cambio en la provincia durante aquella última elección ejecutiva, más de un centenar de municipios se descolgó de la fecha elegida por Schiaretti y votó con un mes de antelación.
Las prevenciones respecto de que las heridas por la caída de las re-re haga llegar la sangre al río parecen querer subsanarse con un gesto de último momento que fue anunciado a fines de la semana pasada por el legislador radical Orlando Arduh. El presidente de la bancada de JxC anticipó que presentará un proyecto para que la modificación del artículo que impide una última reelección de intendentes, intendentas, concejales, legisladores y tribunos de cuentas sea analizado por el cuerpo legislativo durante el mes de febrero. ¿Alcanzará?