NEUQUÉN (Corresponsalía Patagonia) El exgobernador Jorge Sapag, jefe político del mandatario neuquino, Omar Gutiérrez, se pliega al beneplácito por el cambio de Gabinete y desliza tres claves para que la gestión del superministro Sergio Massa tenga éxito: atraer inversiones, empleo genuino y exportaciones desde Vaca Muerta para generar divisas. Ni más ni menos. Sin olvidar la premisa de inmovilizar desbordes sociales, con la recuperación del peso, el mentor de la línea Azul del Movimiento Popular Neuquino (MPN) pone a disposición la joya energética patagónica para salir de la turbulencia permanente.
“Creo que Massa le puede dar fortaleza y rumbo a la economía nacional. Es ejecutivo y ejecutor. Deseamos lo mejor para él y su equipo. Desde Neuquén esperamos muy esperanzados que se tomen las medidas en beneficio de la sociedad en su conjunto, del país y de todas las provincias y sus economías regionales”, se sincera Sapag, ante la consulta de Letra P. Su visión se da en horas en que surgen dudas sobre quién conducirá en el futuro la Secretaría de Energía, a cargo de Darío Martínez, una de las caras del peronismo a las que siempre se relacionó con el exmandatario y que hoy es titular del PJ de Neuquén y aspirante a la gobernación en 2023.
Aunque Sapag fuera la carta para el área de Energía de Daniel Scioli en 2015, y el tigrense –tras un desplante del fallecido Horacio “Pechi” Quiroga– se apostara en la estructura de Guillermo Pereyra en el Sindicato de Petróleo y Gas Privado, el diálogo con el creador del Frente Renovador nunca se cortó. Hasta su hombre en la provincia, el legislador Carlos Sánchez, balanceó su pertenencia al Frente de Todos (FdT) con un claro acuerdo de gestión con el MPN, que tiene al massismo de aliado en la Legislatura. El paso de Mauricio Macri por la Casa Rosada los acercó un poco más. Así las cosas, Massa afinó los contactos con el partido provincial, enviando parte de su equipo a consolidar la relación que se construyó desde el parlamento con Sánchez, de excelente diálogo con la cúpula emepenista.
“Creo que debe armar un equipo sólido, ejecutivo, realista, pragmático. Se tiene que actuar rápido para contener los desbordes sociales, los problemas que generan la inflación y el hecho de no tener moneda. Hay que lograr inversiones, generación de trabajo”, advierte el patagónico. “Nosotros, en Neuquén, estamos para que haya más exportaciones. Trabajamos para que no falte la energía en la República, para que haya más industrialización en origen, que no falten insumos a la agricultura y a la ganadería”, promete Sapag.
Cuando aparecen los primeros retoños de la primavera massista, mientras los nombres de su equipo económico llegan a los medios a cuentagotas, Sapag machaca con los beneficios de apostarle todo a Neuquén. Para no titubear, entiende, hay que comparar la tabla económica nacional de la última década con la provincia, donde se incrementaron los dividendos aún en pandemia. Lo que ilusiona a Sapag son los números que maneja sobre Vaca Muerta. El 64% del gas nacional sale de la cuenca neuquina, en una cifra productiva que contrasta con el resto de las provincias productoras. Los datos que tiene el jefe del MPN son similares en la producción de petróleo, donde Neuquén, con la explotación no convencional, obtiene una amplia ventaja sobre el resto de las jurisdicciones: del 46% de la extracción, un 90% es no convencional, explotación que inauguró durante su segundo mandato con el recordado acuerdo entre YPF y Chevron.
“Empezamos contra viento y marea. Se levantaron algunas voces en contra. Tuvimos la firme decisión de arrancar”, recuerda Sapag. “Luego de ese arranque, se aprobaron 42 concesiones no convencionales con un compromiso de inversión de 200.000 millones de dólares –agrega–. De los cuales van invertidos 30.000 y facturados en gas y en petróleo otros 30.000”, recuerda.
“El 15% de esa facturación bruta va a la tesorería provincial y el 35% a la tesorería nacional. No hay nada para discutir. Hay que trabajar, invertir y construir”, cierra.