ARGENTINA VS URUGUAY

En otro clásico rioplatense, los cancilleres anticiparon la tensión del Mercosur

En Asunción, Cafiero inauguró la estrategia argentina para frenar las ambiciones chinas de Montevideo. Más integración, no menos; la jugada preparada.

Lejos de los lazos que genera el Río de La Plata y como ya es una costumbre en los últimos encuentros del Mercado Común del Sur (Mercosur), el canciller argentino, Santiago Cafiero, y su par de Uruguay, Francisco Bustillo, escenificaron las diferencias que tensionan el bloque ante los intentos de Montevideo de avanzar de forma unilateral en un acuerdo comercial con China. A la espera de la llegada de los presidentes -todos hombres-, la sede elevó su temperatura para un encuentro que anticipa nuevos desencuentros. 

 

En el marco de la reunión de cancilleres, Cafiero anticipó la jugada que desplegará este jueves el presidente Alberto Fernández. Sin brindar nombres ni mencionar figuras en particular, apuntó contra Montevideo por sus intentos de modificar el marco normativo interno del bloque para poder negociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China de forma individual y no grupal, como indica la resolución 32/00. “Algunos usan el término modernizar” para generar cambios internos, apuntó y agregó: “Para la Argentina, modernizar no implica disgregar al bloque y la toma de decisiones unilaterales, sino asumir la responsabilidad de transformar y profundizar el proceso de integración”.

 

Como relató Letra P, este jueves, el mandatario argentino participará de la cumbre, que se realizará en la sede de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), con el objetivo de detener los intentos de Uruguay de firmar un acuerdo comercial con China. En la Casa Rosada, la jugada del líder del Partido Blanco es observada como un intento de trabar o romper el bloque a partir de sus propias ambiciones nacionales que amenazan a la actualidad del organismo y al entramado productivo e industrial de la Argentina y, también, de Brasil, que también observa con malos ojos la jugada uruguaya. 

 

“Estamos dispuestos a dar esta discusión con todos ustedes. Las soluciones deben ser creativas, adaptadas a la etapa en la que vivimos y tomando en cuenta nuestras diferentes opiniones y estructuras”, consideró Cafiero, quien no descartó “trabajar con nuevas herramientas” pero siempre, aclaró, dentro del “proceso de integración”. A pesar de las diferencias ya públicas entre ambas orillas del Río de La Plata, fuentes diplomáticas que participaron de las negociaciones le aseguraron a Letra P que no se generó malestar ni peleas entre las partes y destacaron, como buen síntoma, que, luego de los discursos, los participantes participaron de un almuerzo conjunto. 

 

El plato fuerte llegará este jueves, cuando Fernández y Lacalle Pou vuelvan a encontrarse. A raíz de sus intenciones de avanzar en negociaciones individuales con China, el presidente uruguayo amenazó en 2021 con abandonar el bloque, al que calificó como “un lastre”. “No estamos dispuestos a que sea un corsé en el cual el país no se pueda mover”, manifestó entonces, a lo que el argentino le respondió: “No queremos ser un lastre de nadie. Si somos un lastre, tomen otro barco”. En la previa del reencuentro, fuentes diplomáticas del Palacio San Martín adelantan que la intención no es generar rispideces que puedan sobrecalentar las tensiones sino, por el contrario, bajarlas a partir de las discusiones. 

 

Para ello, Argentina cuenta con el respaldo del resto de los miembros. Ni Brasilia ni Asunción respaldan las intenciones de Montevideo de romper el marco normativo para permitirle avanzar sin compañía en su viaje al gigante asiático. Primero, porque consideran que el mundo se encamina hacia un modelo productivo a partir del entramado de bloques regionales y, segundo, porque temen que la afluencia de importaciones chinas al Río de La Plata destruyan las industrias argentinas y brasileras y obstaculicen, a la vez, el mercado interno del Mercosur ante la incapacidad de competir con una superpotencia mundial. 

 

“El futuro del Mercosur está ligado a la profundización de su agenda interna y a la adecuada proyección a nivel internacional. El mundo está atravesando un cambio profundo”, agregó Cafiero y profundizó: “La transformación de las cadenas globales de valor y las dificultades logísticas demandan un proceso más franco, más decidido y más profundo de integración”.

 

A pesar de las diferencias, el Palacio San Martín informó que se logró un acuerdo para reducir el Arancel Externo Común (AEC), el impuesto que deben pagar todas las compras que ingresan por las fronteras del bloque, lo que representaba una antigua demanda de Brasil que también generó sus chispazos y que finalmente llegó a buen puerto.

 

Las partes anunciaron que las posiciones con arancel del 2% lo dejarán de pagar y que se reducirá un 10% sobre aquellas que abonan un arancel entre 4% y 14% y entre el 16% y 35%. En este punto, Buenos Aires logró conquistar sus dos demandas. Las reducciones serán sobre un mundo determinado de productos, que no afectará a la industria automotriz y textil, y mantendrá los impuestos sobre el universo que actualmente paga entre el 16% y el 35%. 

 

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