Un nuevo encuentro de cancilleres y ministros de Economía del Mercosur terminó este lunes, como viene siendo costumbre en el último tiempo en el bloque regional, sin acuerdos sobre las diferencias que azotan al foro. Como hace un mes, cuando Alberto Fernández y su par de Uruguay, Luis Lacalle Pou, protagonizaron un cruce verbal por los contrapuntos existentes, esta vez fue el turno de Martín Guzmán y su par de Brasil, Paulo Guedes, por el rol del Estado y “la mano del mercado”. Las cinco horas que duró la cumbre no fueron suficientes y los cañones ahora apuntan hacia mayo, cuando se realizará un encuentro presencial con los mismos protagonistas.
“No hubo acuerdo”, reconoció a Letra P una fuente de la Cancillería argentina que presenció el encuentro virtual. Como ya es norma en los últimos encuentros, dos temas ocuparon la agenda: la rebaja del Arancel Externo Común (AEC) y el relacionamiento externo del organismo. Lo que no estaba en los planes fue la contienda verbal entre Guzmán y el fervoroso neoliberal graduado de la Escuela de Chicago y ministro brasilero, que volvió a evidenciar las diferencias que existen en el bloque y condenan al Mercosur a una actualidad de poca incidencia política internacional.
-La mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe- dijo el argentino, según pudo saber Letra P.
-Nosotros conocemos muy bien a los economistas que cita el ministro Guzmán, pero más de la mitad de los Premios Nóbel los ganaron economistas de la Universidad de Chicago- respondió el carioca.
“Fue un intercambio conceptual entre la universidad de Chicago (Guedes) y la universidad de Columbia (Guzmán) en buenos términos”, le aseguró una fuente diplomática a este medio para rebajar las tensiones. Si hace un mes, al cumplirse 30 años de la existencia del bloque, el cruce fue entre Argentina y Uruguay, este lunes fue con Brasil. Los nombres, los cargos y los países cambian, pero las tensiones por los modelos que debe adoptar el organismo multilateral prevalecen.
Como se esperaba, la delegación argentina, compuesta por el canciller, Felipe Solá; el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas; el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca; Luis Basterra, y Guzmán, defendió su propuesta de reducción del AEC sobre casi 1.900 productos de insumos del 2% al 0% y de bienes de capital y accesorios que no se fabrican actualmente en el bloque. Al mismo tiempo, recibió el ansiado y promocionado proyecto de Uruguay, que, según pudo saber Letra P, es el mismo que propone el gobierno de Jair Bolsonaro. “La propuesta sobre el AEC de Montevideo es la de Brasilia: reducir todos los aranceles ahora un 10% y otro 10% el año que viene. El proyecto sobre el relacionamiento externo es que cada país inicie las negociaciones que quiera y después las discuta en conjunto”, ejemplificó una fuente del Palacio San Martín a este medio.
En la delegación argentina destacan que finalmente Uruguay mostró sus cartas luego de meses de postergación y que, con las que hacen referencia al AEC, “hay un 75% de acuerdo” y “un 25% de desacuerdo”, especialmente en los puntos que recaen sobre “las áreas sensibles argentinas”, como la industria local y la producción de manufacturas. Por su parte, la cartera liderada por Solá volvió a argumentar que la rebaja de los aranceles debe realizarse de forma segmentada “en productos agroindustriales e industriales y bienes de capital, de informática y telecomunicaciones” y no en “bienes finales” para no liberalizar la economía de forma repentina.
De todas maneras, la Casa Rosada rechaza flexibilizar el relacionamiento externo presentado por Uruguay y aboga por defender la norma fundacional 32/00 del Acuerdo de Asunción, que indica que las negociaciones se realizan de forma conjunta y no individual. En estos momentos, Argentina esgrime como argumento que el motivo de las trabas no se debe a su modelo político, sino, por el contrario, a las restricciones y el proteccionismo generado en el mundo por la pandemia de covid-19 y las diferencias que existen entre la Unión Europea y Brasil por el cambio climático y la defensa de la selva amazónica. “Participamos de siete negociaciones abiertas, pero no se cierran no porque Argentina las obstaculiza, sino por la pandemia que golpea al mundo”, aseguró una fuente diplomática consultada por este portal.
El que no fue parte del encuentro pero se sumó a las discusiones fue el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. Este mediodía, después de recibir la segunda dosis de la vacuna Sinovac, el mandatario aseguró que este encuentro fue “el principio de, no el final de”: “Hoy empezamos a llevar el cántaro a la fuente a ver qué pasa”, agregó en referencia a la propuesta presentada por su país. Asimismo, criticó que las decisiones del bloque deban ser por consenso porque, “si no están todos de acuerdo, el Mercosur no avanza”.
“Lo que nosotros planteamos es que los que no quieren avanzar le den el lugar a uno de los socios para que avance a distintas velocidades o con otros países”, agregó. Por su parte, el Frente de Todos no está dispuesto a abrir las discusiones internacionales de manera individual porque, advierten, “eso ya no sería Mercosur”.
Nuevamente, el Mercosur no llegó a un acuerdo y las diferencias lo siguen condenando a un presente de irrelevancia política y económica en la agenda regional e internacional. La cita presencial de mayo se presenta como la oportunidad pertinente para alcanzar un acuerdo para que de la fuente salga el agua necesitada y para que la Argentina le entregue la presidencia pro tempore del bloque a Brasil con la cancha y los límites marcados.