LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) El estilo fue protocolar, pero amistoso; el contenido de la charla, de fuerte tono político. En el primer encuentro oficial que tuvieron, el gobernador del principal distrito electoral del país y el flamante ministro estrella del Gabinete nacional al que ya le cuelgan el traje de precandidato presidencial, Axel Kicillof y Daniel Scioli, compartieron miradas sobre el futuro electoral del Frente de Todos (FdT) y el impacto de la crisis económica en Buenos Aires y coincidieron en una necesidad imperiosa: coordinar agendas para capitalizar políticamente las acciones de gestión de cara a 2023.
“Nadie se salva solo”. Parafraseando al papa Francisco, Kicillof enfatizó en el cara a cara con Scioli un diagnóstico que -dicen cerca del gobernador- viene repitiendo al resto de los actores de peso del FdT: “No sirve acumular en términos personales; tenemos que acumular para asegurar el triunfo del peronismo en la provincia”.
Con el antecedente conflictivo del vínculo con Matías Kulfas, el mandatario pidió que la gestión de Scioli tenga en especial consideración la provincia de Buenos Aires y las necesidades de los bonaerenses y que las bajadas al territorio sean en coordinación con Calle 6 y las intendencias.
La conversación, que tuvo como único testigo presencial al ministro de Producción Augusto Costa, fue en un ámbito bien conocido por los dos, el despacho del gobernador que el exembajador argentino en Brasil ocupó durante ocho años y al que ahora llegó un día después de jurar en el cargo ante el presidente Alberto Fernández, un desembarco que genera expectativas entre las tribus del PJ de Máximo Kirchner y crispa al Frente Renovador de Sergio Massa, sacando a la superficie la nueva guerra en la coalición gobernante.
Fue la primera vez que el exmandatario bonaerense regresó al despacho que ocupó entre 2007 y 2015. El encuentro fue acordado poco antes de la asunción y el hecho de que haya sido en La Plata apuntó a mostrar “coordinación y buena onda” entre ambos.
No siempre la relación entre ellos tuvo la sintonía que mostraron este jueves. Como el resto del kirchnerismo, Kicillof miraba con recelo y desconfianza al Scioli que terminó como candidato presidencial en 2015. Y si bien en los años más turbulentos entre el exmotonauta y Cristina Fernández (aquel recordado invierno de 2012, con la “crisis de los aguinaldos”) Kicillof ocupaba un segundo plano en Economía, la relación nunca fue fluida.
Pero como buena parte de la dirigencia alineada con CFK, el gobernador cambió la mirada hacia Scioli con el paso del tiempo. Los caminos se cruzaron a fines del año pasado, en el viaje que Kicillof hizo a Brasil cuando el ahora ministro fue anfitrión en su rol de embajador. “Es una relación que se fue construyendo. El viaje a Brasil fue muy importante”, dicen en el entorno del gobernador.
Ahora, con el flamante ministro convertido en nuevo hombre fuerte del gabinete, en el que las acciones de Martín Guzmán están en baja y dependen de su suerte en la lucha contra la inflación -tres meses de changüí o tasa tasa-, Kicillof está decidido a capitalizar el “Efecto Scioli”, con el 2023 entre ceja y ceja.
Si Scioli tiene, por derivación lógica, el traje de precandidato presidencial, entonces que sus movimientos en Buenos Aires estén en sintonía con el precandidato natural a la reelección bonaerense. Esa es la lógica que puso sobre la mesa Kicillof en el encuentro en la gobernación.
En los hechos, esto significa que las bajadas al territorio bonaerense del funcionario nacional estén coordinadas con la gobernación. “Algunos ministros nacionales apenas le avisan al intendente que van a ir a su distrito”, se quejan cerca del gobernador. Con el exministro Kulfas, con quien Kicillof tiene una muy mala relación, la situación era de desconexión total: “Ni siquiera nos avisaba y muchas veces nos escondían información”, afirman las mismas fuentes.
En lo estrictamente vinculado a la gestión, la agenda incluyó temas que fueron desde el impulso a las pymes y los parques industriales hasta cómo encontrar alternativas para agregar valor a la producción primaria. Hubo un apartado especial a cuestiones vinculadas con la política de créditos para la producción.
“Ya marcamos una agenda con una amplia presencia en el territorio que permitirá que todas nuestras pymes, cooperativas y empresas crezcan, con un fuerte apoyo crediticio. También vamos a seguir con una agenda que permitirá el fomento de todos nuestros agrupamientos industriales”, dijo el ministro Costa ante una consulta de Letra P.