YA NO IMPORTA SI FUNCIONABA

Kulfas, del fallido clamor "Alberto 2023" a la salida por la puerta de atrás

Semilla del Grupo Callao, tenía un vínculo aceitado con la UIA, más allá de chispazos con Funes de Rioja. El libro que lo condenó ante CFK. El último grito.

Matías Kulfas debió abandonar el Gobierno por la puerta de atrás. Era una de las piezas clave del albertismo, que cada día se achica más, pero no logró superar la crisis política del off the record, un mensaje que contenía una fuerte crítica contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y los funcionarios del área de Energía, que reportan al cristinista Instituto Patria. El ahora exministro de Desarrollo Productivo integra el Grupo Callao, el espacio de mayor cercanía al presidente Alberto Fernández, desde donde se diseñaban los planes técnicos a espaldas de la influencia del kirchnerismo en las medidas económicas. Sus críticas a CFK, puestas por escrito en un libro publicado antes de su arribo al gabinete, lo convirtieron en uno de los ministros más resistidos por La Cámpora. Desde ese lugar, no dudó en comandar un clamor por la reelección presidencial ante Letra P, el pasado abril.

 

Economista egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Kulfas estuvo cerca de ser el titular del Palacio de Hacienda, pero finalmente se quedó con un área clave para una administración de corte industrial. Tiene un máster en Economía Política de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y un paso como docente por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, como profesor adjunto de Estructura Económica Argentina, y por la Universidad Nacional de General San Martín, donde disertó sobre Desarrollo Económico. También fue secretario de Investigación de la Escuela de Economía y Negocios hasta diciembre de 2019, cuando asumió como ministro.

 

Tuvo su paso por las editoriales. Publicó no sólo el libro que siempre molestó a la vicepresidenta, sino cuatro en total: Las pymes y el Desarrollo, en 2011; Los tres kirchnerismos, en 2016; Pensar la Economía Argentina, en 2018, y Postales de la Argentina Productiva, en 2019. Su mayor éxito en librerías fue el segundo, donde ensaya críticas a la gestión de Cristina Kirchner, lo que le valió una fuerte resistencia de parte de ese sector societario del FdT. "Deben estar enojados por un libro que no escribí en contra de nadie", solía explicar fuera de micrófono el hasta este sábado ministro.

 

Durante su gestión, atravesó momentos de relación idílica con los empresarios industriales, como otros de tensión. A pesar de autodenominarse un gobierno industrialista, encontró fuertes contrapuntos en la Unión Industrial Argentina (UIA), el reducto que aglutina a las fábricas más poderosas del país. En 2021, con las restricciones más relajadas de la pandemia del covid-19, pegó el faltazo al acto por el Día de la Industria que organizó la entidad fabril en José C. Paz. Habían surgido diferencias en la Casa Rosada con la asunción de Daniel Funes de Rioja en la presidencia de la entidad. Entre los propios empresarios, igual, lo ponderaban. "Hay que cuidarlo, que es lo mejorcito que tenemos", decían.

 

Entre los contrapuntos con el kirchnerismo, estuvo la política de control de precios. Hasta hace dos semanas, el área de Comercio Interior estaba bajo su ala, pero su "fría" relación con Roberto Feletti provocó que el exsecretario se manejara de manera independiente, tanto en las medidas como en las formas. El último choque fue por el pedido de suba de retenciones que había solicitado el hombre ligado al Instituto Patria, que encontró a Kulfas alineado con los ministros que rechazaban la medida. 

 

El exministro tenía cierta resistencia en el kirchnerismo en sus debates sobre la concentración de los mercados. Estaba convencido de que no era esa la causa de la inflación y por eso buscaba retrasar lo máximo posible las políticas de controles o restricciones al mercado. A pesar de ello, durante la pandemia se establecieron los Precios Máximos y Precios Cuidados elevó su stock de productos en las góndolas.

 

En una entrevista con Letra P, Kulfas se animó a dos cosas que estaban escondidas en el Gobierno y que, incluso hoy, no terminan de ver la luz: la férrea defensa del ministro de Economía, Martín Guzmán, frente a las críticas del kirchnerismo, y el pedido de reelección del presidente Fernández. Ese clamor, que se contrapuso al kicillofista del retorno de CFK a la Casa Rosada, expuesto a través del jefe de Asesores Carlos Bianco también en Letra P, no tuvo eco entre sus compañeros de gabinete.

 

El último grito del reactivador

Este sábado a las 13, ya con el escándalo desatado y su cabeza esperando la guillotina, Kulfas publicó un tuit de autorreivindicación, que sería el último. "El empleo registrado privado en las PyMEs marcó en el primer trimestre de 2022 una suba de 112 mil puestos de trabajo en comparación con igual período del año anterior", escribió el entonces todavía ministro y remató: "La reactivación continúa".

 

Kulfas era uno de los "funcionarios que -a criterio de Cristina- no funcionaban". Sin embargo, la recuperación de la actividad económica es el tronco al que se aferra el albertismo en su "debate de ideas" con el kirchnerismo. ¿Funcionaba, Kulfas? ¿Podía arrogarse la paternidad de ese dato positivo, bandera más agitada por la Casa Rosada y el Palacio de Hacienda en la guerra de Todos contra Todos? Ya no importa. La Operación Techint lo eyectó por la puerta de atrás. Ya no hay excel que valga. 

 

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