TODOS CONTRA TODOS

Los puentes que la Casa Rosada mantiene en el bloque detonado de Diputados

En la Cámara baja hay quienes ofician de enlace entre las tribus del FdT y el Gobierno. Los cables pelados del pacto con el FMI y los teléfonos rojos.

La nueva composición de la Cámara de Diputados lleva seis meses de funcionamiento. La actual foto del bloque del Frente de Todos es muy distinta a la de diciembre. El presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Fernández de Kirchner llevan dos meses sin mantener comunicación  y la coalición oficialista transita una interna a cielo abierto que eclosionó con la renegociación de la deuda con el FMI. Antes de la votación dividida por el pacto, renunció el diputado Máximo Kirchner a la presidencia de la bancada y lo reemplazó el rosarino Germán Martínez en febrero. Desde entonces los tironeos internos recrudecieron y comenzó a redefinirse la interlocución con el Gobierno. En el panperonismo legislativo dicen que el proceso no ha terminado: intenta ordenar la coexistencia de las tribus que lo integran en un momento de tensión constante con el Ejecutivo. 

 

Hay dos integrantes de la bancada que tienen un trato directo con el Presidente. Uno es el titular de la Cámara baja, Sergio Massa, que en medio de la crisis interna buscó posicionarse como mediador con la vicepresidenta. El resultado de la misión sigue siendo una incógnita, pero el tigrense no perdió el vínculo con ella y tampoco con Fernández. Algunas de las fuentes consultadas señalan que la relación es óptima. Otros discrepan y aseguran que el jefe de Estado le prodiga desconfianza. Recela del vínculo de Massa con la titular del Senado y le critica la mala relación que tiene con el ministro de Economía, Martín Guzmán. 

 

El segundo poseedor de un teléfono rojo con Fernández es Martínez, mano derecha del exministro de Defensa Agustín Rossi, que condujo la bancada entre 2005 y 2013 y luego del 2017 al 2019. Su desembarco en la jefatura del bloque implicó un giro en la relación de los campamentos peronistas. A diferencia de su antecesor, se encargó de hablar con todos los integrantes de la bancada para contener malheridos, desilusionados y flamantes integrantes que reclamaban una línea política común. Después tuvo que transitar la sesión que trató el pacto con el FMI y afrontó una votación divida que todavía sigue muy fresca. En la bancada hubo tres posiciones: 76 votaron a favor, 28 en contra y 13 se abstuvieron. Fue la oficialización de la interna oficialista en el recinto y desde entonces los esfuerzos están puestos en impedir que se repita esa aritmética. 

 

En su primer round como jefe de la bancada, Martínez se encargó de mantener los cables unidos a pesar de la alta tensión. Luego de esa sesión, pareció sobrevenir la ruptura de la bancada. A pesar de los pases de factura, inquinas y cancelaciones mutuas, no sucedió. La cohesión no es completa porque las disputas superan los límites del Congreso, pero además de Massa y Martínez hay un tridente de diputadas que, por sus orígenes políticos, agilizan los intercambios entre las tribus del bloque y el Gobierno. 

 

De las tres articuladoras reconocidas la más nueva es Victoria Tolosa Paz. Es parte del grupo de recién llegados y tiene un vínculo directo con Fernández, que reclamó para ella el primer lugar de la lista bonaerense para las elecciones del año pasado. Es la esposa del exfuncionario y empresario Enrique Albistur, amigo personal del Presidente. En la bancada hay otros afectos de Fernández. El primero es Leandro Santoro, que no tiene una función orgánica en el tinglado legislativo. Eduardo Valdés engrosa la lista de íntimos pero fue el último en ser reelegido al frente de una comisión. Seguirá al mando de Relaciones Exteriores por dos años más, pero luego de la negociación con el FMI los lazos con el camporismo se habrían congelado. La entrerriana Carolina Gaillard también tiene su juego propio. Conoce al Presidente desde hace unos 15 años, porque fue asesora de Vilma Ibarra, cuando  la actual secretaria Legal y Técnica de la Nación se desempeñó como senadora entre 2001 y 2007. Entre 2005 y 2014 Fernández e Ibarra fueron pareja. 

 

La vice del bloque, Cecilia Moreau, pertenece al Frente Renovador y reporta a Massa, pero también tiene una excelente relación con Kichner. Cuenta con más experiencia que Tolosa Paz para navegar los remolinos que surgen en el FdT cuando tronan las diferencias internas, pero no goza de una llegada acorde a la Casa Rosada. Dicen que no la necesita porque su misión es otra y la cumple con un perfil cada vez más bajo. 

 

En esa mesita también talla la secretaria parlamentaria del bloque, Paula Penacca. Pertenece a la organización La Cámpora, elige el silencio con la prensa y, según indican sus vecinos de despacho, es una conexión clave en los momentos más ásperos. 

 

Por encima de las cuestiones políticas, la prioridad del bloque está concentrada en aceitar la gestión y los contactos con el Ejecutivo. Martínez habla con todo el Gabinete. En ese mapa operativo la constitución de las comisiones permanentes permitirá activar los proyectos que el Ejecutivo considera prioritarios. 

 

Sin el armado de las comisiones no puede funcionar el Congreso. Se constituyen con cada recambio. Esta vez, insumió una negociación de cinco meses por la paridad tan estrecha que divide al recinto. El objetivo fue garantizar el control de las instancias clave para la gobernabilidad. Las designaciones están casi completas y los integrantes del FdT que fueron elegidos también se encargan de los lazos con el Gobierno. "Por ahí pasa un pedazo del vínculo con el Ejecutivo", confió una alta fuente. 

 

Mara Brawer, que preside Ciencia y Técnica, mantiene un lazo directo con el ministro del área, Daniel Filmus. Blanca Osuna, que continúa al frente de Educación, ya se reunió con Jaime Perczyc la semana pasada y Mónica Macha, que sigue en la conducción de la comisión de Mujeres y Diversidad, es el lazo con la ministra Elizabeth Gomez Alcorta. Lo mismo sucede con dos recién llegados a la bancada: Marcelo Casaretto, que encabeza Industria y Daniel Gollán, vice de la comisión de Salud y enlace con la ministra Carla Vizzotti.

 

Junto a Martínez hay pocos experimentados que tienen lazos con las partes del todo. Uno de ellos es Carlos Heller. Preside la Comisión de Presupuesto, habla con CFK desde hace tres lustros y ahora transita la difícil ruta que comunica a Guzmán con Massa. Otro es el exgobernador sanjuanino José Luis Gioja. Su influencia se expande por todo el PJ y llega a casi todos los gobernadores peronistas, salvo con su coterráneo Sergio Uñac, con quien el vínculo está cortado. 
 

 

Maximiliano Pullaro recibió patrulleros de la provincia de Buenos Aires
Martín Menem y Karina Milei.

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