El primer llamado fue a comienzos de diciembre. El ministro de Economía, Martín Guzmán, le adelantó a su par de Ciencia, Tecnología e Innovación, Daniel Filmus, lo que consideraba un hecho histórico. En el marco de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda contraída durante el gobierno de Mauricio Macri, el organismo se comprometía a preservar la inversión en tecnología en medio de las difíciles condiciones para encontrar un acuerdo y encaminar las finanzas públicas con el visto bueno externo.
El 10 de diciembre, a dos años exactos de la asunción de Alberto Fernández, el Fondo lo puso por escrito en un comunicado fechado en Washington, tras una semana de encuentros técnicos en los que se discutió sobre “las perspectivas de crecimiento, inflación y la balanza de pagos de Argentina”.
“En este sentido, hubo un entendimiento general sobre la necesidad de mejorar de manera gradual y sostenible las finanzas públicas, dando lugar al mismo tiempo a las tan necesitadas inversiones en infraestructura, tecnología y gasto social focalizado”, rezaba en el tercer párrafo la declaración del Fondo. Para la cartera a cargo de Filmus, el texto representaba un paraguas nada desdeñable, pero Guzmán subió la apuesta y le prometió al exministro de Educación de Néstor Kirchner que buscaría incluir también a la ciencia bajo esa misma protección.
Filmus ya tenía abrochado otro compromiso por parte de Economía. Pocos días antes del comunicado del FMI, Guzmán había asegurado, al lado suyo, fondos crecientes para el ministerio en una reunión con científicas y científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) en el Palacio de Hacienda. Durante aquel encuentro, Guzmán ratificó que el Gobierno garantizará el cumplimiento de la Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación. La Ley 27.614 establece una meta de inversión incremental que debe alcanzar el 1,06% del PBI en 2032. En 2019, 2020 y 2021, los niveles de inversión fueron de 0,22%, 0,24% y 0,28%, respectivamente. Bajo esa premisa, el crédito de Columbia anunció la decisión de elevar la inversión en 2022 a 0,31% para cumplir con la ley. Asimismo, en línea con la actualización del crecimiento del PBI, que resultó superior al pautado en el Presupuesto 2021, afirmó que el porcentaje destinado al sector se mantendría sin cambios, lo que implica un crecimiento automático del monto de inversión para el área.
"En mi experiencia, esta es la primera vez que veo, ya que por lo general se hace a ejercicio vencido, que se propone atender la diferencia presupuestaria de manera anticipada”, sostuvo Filmus en aquella ocasión. El escenario era, entonces, promisorio. Faltaba más de una semana para que la oposición rechazara el proyecto de Presupuesto 2022 en la Cámara de Diputados y algunos días más para que comenzaran las turbulencias en el oficialismo respecto de las negociaciones con el FMI.
Con el mercado financiero al borde de un ataque de nervios y la admisión, por parte del Ejecutivo, de las dificultades para afrontar las exigencias del Fondo a la hora de negociar un acuerdo sin ajuste, los últimos días de enero pusieron en vilo al Gobierno. Todos los supuestos estaban en discusión. La tensión se acrecentó en la previa del primer vencimiento del año con el organismo, fijado para el 28 de enero. Entre el beneplácito del Círculo Rojo y el silencio del ala kirchnerista del Frente de Todos, sobre la hora el Presidente anunció el entendimiento, paso previo a oblar unos U$S 730 millones al organismo de crédito para no incurrir en un incumplimiento.
Como el resto del gabinete, Filmus avaló la jugada. Su apoyo era doble. Otra llamada le había anunciado que la promesa de Guzmán estaba cumplida. El comunicado del FMI del último viernes de enero afirmaba que “el sendero de consolidación fiscal que formará un ancla de política clave del programa" acordado "mejoraría de manera gradual y sostenible las finanzas públicas y reduciría el financiamiento monetario", pero, a la vez, "también permitiría aumentar el gasto en infraestructura y ciencia y tecnología y protegería programas sociales focalizados".
"El acuerdo con el FMI contempla respetar la Ley de Financiamiento en CyT que eleva la inversión al 1% del PBI. El conocimiento es fundamental para generar trabajo y para crecer a partir de agregar valor a la producción nacional", sostuvo también el ministro.
La Ley 27.614 es un emblema del sector. Surgida de la unificación de dos propuestas presentadas por la entonces diputada del Frente de Todos Claudia Bernazza y su par José Riccardo (Juntos por el Cambio), fue sancionada por unanimidad en el Senado en febrero de 2021.
Cuatro días después, la renuncia de Máximo Kirchner a la jefatura del bloque del Frente de Todos en la Cámara de Diputados en disconformidad con el acuerdo alcanzado abrió una nueva crisis en la coalición gobernante y sembró de incógnitas cuáles serán los apoyos parlamentarios que finalmente cosechará el programa que Guzmán anudó con el Fondo. En las oficinas de Ciencia y Tecnología, más allá de los vaivenes del oficialismo, consideran que la cuestión presupuestaria es una prueba superada y se enfocan en la gestión. Este viernes, Filmus distinguió a 18 jóvenes científicas de las seis regiones del país en el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia por sus aportes en proyectos de investigación vinculados al COVID-19. Horas antes, acompañó a Fernández en el acto en el cual se renombró al Salón de los Científicos de Casa Rosada como Salón de la Ciencia Argentina y se amplió el número de personalidades homenajeadas, como un paso más en busca de la igualdad de género.