El ministro de Educación Jaime Perczyk viene tejiendo acuerdos con las provincias a fin de sumar horas de clase en el nivel primario. Hasta ahora, consiguió sumar 18 de las 24 jurisdicciones, incluidas las opositoras Mendoza, Jujuy, Corrientes y Córdoba; y hay conversaciones iniciadas con la Ciudad, el hueso más duro de roer. El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, convirtió la cuestión educativa en uno de los ejes de su discurso preelectoral desde fines de 2020, cuando con presión mediática a favor copó el centro del ring en la discusión pública con el reclamo por el retorno a las aulas que el presidente Alberto Fernández demoraba en medio de la pandemia. Desde aquel momento, el alcalde agarró el estandarte y no lo soltó más, ante la pasividad del entonces ministro Nicolás Trotta, que meses después terminó reprobado. Ahora, con presupuesto garantizado y política de uno a uno, Perczyk quiere que antes de fin de año el 100% de las escuelas públicas del país hayan adherido a su propuesta y dar vuelta la historia.
La cruzada del exsecretario de Políticas Universitarias comenzó en junio pasado con la firma del acuerdo con Tucumán, del que participaron el Presidente y el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Una semana después, sumó a Santa Cruz con la presencia de la gobernadora Alicia Kirchner y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Esto marca, destacan en la cartera a cargo de Perczyk, “una definición política” que unifica la mirada de todos los sectores que integran la alianza gobernante.
Con este apoyo y la garantía de fondos nacionales, y tras el consenso previo logrado en el Consejo Federal de Educación, el ministro puso en marcha una negociación personal y directa con cada una de las jurisdicciones provinciales para garantizar que la iniciativa de ampliar el horario escolar en el nivel primario sea una bandera de gestión que no le pueda arrebatar la oposición.
La negociación una a una se debe a que no todas las jurisdicciones llevan adelante esta hora extra de Lengua y Matemática en la totalidad de las escuelas primarias; y no todas tienen el mismo punto de partida. En el caso de Córdoba, donde el gobernador Juan Schiaretti no es un aliado para el despliegue de políticas públicas nacionales, había un avance en el aumento de la carga horaria en el nivel primario y esto ayudó al momento de poner la firma en el convenio.
En otras provincias, en tanto, la medida comienza a instrumentarse en forma parcial o escalonada en las escuelas de sus territorios. Por ejemplo, Entre Ríos la aplica en parte ahora y prevé una segunda tanda a partir de febrero; mientras que Buenos Aires, la última en firmar al cierre de esta nota, asegura que lo garantizará en 650 establecimientos escolares.
El acuerdo federal que impulsa la cartera educativa en el nivel primario, que sostienen que ya alcanza al 61% de las escuelas del país, avanza sobre la base de un marco político de consenso sobre la necesidad de que la escuela primaria tenga al menos 25 horas semanales de clase y que esas horas estén orientadas a Lengua y Matemática.
Esta coincidencia a nivel nacional sobre la urgencia de fortalecer la educación primaria ha quedado demostrada en casos como el de Corrientes, donde el gobernador radical Gustavo Valdés participó de la foto de la firma del acuerdo a principios de agosto anunciando que llevará adelante la medida de forma progresiva. Este año, aumentarán su jornada en 550 escuelas: 349 lo hicieron en agosto y 201 en septiembre. Para el inicio del ciclo lectivo 2023, se incorporarán las 292 escuelas restantes.
Otra de las opositoras, Jujuy, se sumó al acuerdo federal, pero Alicia Zamora, secretaria de Gestión Educativa del gobierno de Gerardo Morales, avisó que la medida recién entrará en vigencia en 2023. Por su parte, las provincias peronistas Tucumán, Chaco y Santiago del Estero ya tienen al 100% de sus escuelas con esta extensión horaria en marcha, según fuentes del palacio Pizzurno.
La decisión de Perczyk de permitir que cada administración provincial motorice los tiempos para la implementación del acuerdo también facilitó la adhesión. Por eso en Chaco, Jorge Capitanich lo hizo en agosto y Axel Kicillof lo hará en Buenos Aires recién en octubre. “Garantizamos los recursos y avanzamos sobre una demanda popular. Hay que hacer política, tener los canales de discusión abiertos”, es el lema del gabinete educativo por estas horas.
Falta todavía suscribir el convenio de la hora extra en las escuelas del distrito porteño y si bien parece ser el más difícil, en el entorno de Perczyk confían en que se logrará porque –aseguran– hay voluntad política y las conversaciones están iniciadas. También faltan las provincias de Chubut, La Pampa, Misiones y San Luis, jurisdicción esta última que firmará en la primera semana de octubre.
Perczyk también avanza con el respaldo de las organizaciones gremiales de docentes, por lo que otro punto alto de la estrategia es respetar que esa hora de más sea optativa para las maestras y maestros a cargo. No siempre lo logra, como en Buenos Aires, donde la medida no fue respaldada por el sector referenciado con la diputada nacional del FIT-U Romina Del Plá, pero sí consiguió el apoyo del mayoritario Frente de Unidad Docente Bonaerense (FUDB).