PASO 2021

Una catástrofe nacional que busca culpables y un golpe de timón urgente

Fernández es el padre de la derrota, pero la tenencia podría ser compartida. Visiones encontradas en el oficialismo sobre el día después.

El padre de la derrota es Alberto Fernández, mientras que la tenencia podría ser compartida. Apenas el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, anunció que arrancaba la carga de resultados que certificó la contundente caída, en el kirchnerismo duro se oyeron voces culpando al Presidente que aún no cumplió dos años de mandato y ya se le escurrió el poder. Se ensañan con él las mismas voces que habían rechazado las candidaturas de Victoria Tolosa Paz y de Leandro Santoro, en la provincia y la ciudad de Buenos Aires, y que habían presionado al jefe de Estado para que entregara como candidato a Santiago Cafiero y pusiera otro jefe de gabinete en su lugar. Sin embargo, antes de que arrecien los pases de factura, los principales socios del Frente de Todos aparecieron juntos sobre el escenario montado en la avenida Corrientes. Rodearon al Presidente las cabezas de lista del AMBA y también Máximo Kirchner, Sergio Massa y la vicepresidenta Cristina Fernández. Los cuatro pilares del frente, más el gobernador bonaerense Axel Kicillof, compartieron la derrota y en un gesto que acompañó el mea culpa presidencial ("todos los que estamos aquí escuchamos") se quitaron el barbijo y dieron la cara. Pero uno solo habló, fue el jefe de Estado.

 

El matrimonio de cuatro que constituye la alianza gobernante apenas comienza a recibir el cimbronazo de la elección. Algunos preveían una derrota o un triunfo muy ajustado pero en cambio fue una catástrofe, una avalancha que arrastra a la cúpula societaria sin cuantificar o diferenciar responsabilidades. Quienes dicen que el costo debe atribuirse exclusivamente al Presidente y sus errores de gestión, tienen el convencimiento de que la participación en campaña de la vicepresidenta y de su hijo y jefe del bloque de diputados oficialistas, como también de Massa, evitaron que el golpe fuera aún mayor.

 

En cambio, algunos comentarios son lapidarios y con las urnas recién abiertas anticipan mayor presión e intervención K sobre la gestión y sobre aquellos "funcionarios que no funcionan", al decir de la propia Cristina Fernández. A los reclamos contra Cafiero, se le pueden sumar pedidos de renuncia en cadena contra gran parte de los miembros del gabinete, desde el ministro de Economía, Martín Guzmán, al de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, ministro siempre apuntado por el ala kirchnerista. La cabeza del titular de Hacienda también está en riesgo. Guzmán aún no cerró con el FMI y en estos días debía presentar el Presupuesto en el Congreso. Le apuntan quienes piensan que el voto bronca está motivado por la falta de plata en los bolsillos, la inflación y el crecimiento de la pobreza entre otras grandes deudas sociales.

 

No todos y todas piensan igual. Son quienes no comparten la modalidad de gestión del Senado ni la prioridades de la expresidenta. Los que consideran que este domingo se cerró un ciclo y que no puede gobernar un monstruo con cuatro cabezas. Ni la reforma judicial, ni disputar poder con los medios de comunicación están en la agenda de la gente. Hasta la herencia que dejó Mauricio Macri  quedó a resguardo de las urnas. "La sociedad votó otra cosa, nos pidió resolverles los problemas", argumentó un funcionario impactado por el regreso de la ola amarilla.

 

Con la misma contundencia, en el albertismo nonato el análisis era anoche exactamente el contrario al de una parte del cristinismo: para salir del fondo de la grieta hace falta menos kirchnerismo y más moderación. En ese sector, creen que la radicalización de algunas posturas espantó al electorado que creyó los vaticinios de la oposición: "Vienen por todo". A quienes así perciben lo que viene, les alivió el discurso presidencial, más reflexivo y menos combativo. "Hay que recuperar el centro", decían a la salida del búnker, mientras aconsejaban evitar los discursos extremos y conflictos como los generados con algunos sectores como el campo. Quienes así opinan no quieren una caza de brujas en la alianza gobernante, pero sí una rápida reacción para corregir lo que está mal, que evidentemente no es poco. 

 

Tan distintas son las miradas que la puerta de salida no es la misma. Increíblemente, están quienes piden que Cristina Fernández tome las riendas junto con su otrora verdugo, Sergio Massa. Del otro lado, piden reforzar la unidad pero dar autonomía al Presidente. En el medio, hasta en La Cámpora hay quienes piden urgente reacción para recuperar votos camino a noviembre sin un combate cuerpo a cuerpo ni pases de factura. "No hay que buscar culpables", niega sorprendentemente un ministro de Kicillof. Y agrega: "Hay que hacer lo que sea para dar vuelta esto". El problema es que sepan qué hacer y que coincidan.

 

cordoba: jxc se ilusiona con una ola triunfal tras el exito en hernando
para fernandez, el renunciamiento de macri no impacta en el fdt

También te puede interesar