Rogelio Frigerio completó esta semana un álbum de figuritas radicales de primera línea para alejarse definitivamente del lugar de precandidato de la desconfianza para la UCR, como supo decir su archienemiga Elisa Carrió, y recibió un espaldarazo decisivo de cara a la contienda que mantendrá en la interna de Juntos por Entre Ríos (JxER) el 12 de septiembre con el sector que comandan los intendentes boina blanca Pedro Galimberti y Darío Schneider.
El exministro del Interior de Mauricio Macri embocó, en el cierre de la semana, dos fotos fundamentales para su identidad en el seno de la escudería con la que pretende quedarse con tres bancas para Diputados de las cinco que renueva la provincia y, además, posicionarse para 2023 como candidato a gobernador.
En un movimiento coordinado, mientras Frigerio mantenía un Zoom con el presidente del Comité Nacional de la UCR, Alfredo Cornejo, el líder radical entrerriano que lo acompaña en tercer término en la boleta, Atilio Benedetti, se tomaba un café con Facundo Manes y Martín Lousteau. El encuentro con el senador no llamó la atención, ya que su espacio, Evolución, coló el segundo nombre en la lista, Marcela Ántola, pero que en la misma mesa se haya sentado el neurólogo y precandidato radical en Buenos Aires convulsionó la interna. La figura taquillera que compite contra Diego Santilli se había mostrado con Galimberti y Schneider, los intendentes radicales que se le pararon enfrente a Frigerio.
A los pocos minutos de que las fotos comenzaran a circular, llegó el comunicado, escueto, pero con la frase que Frigerio necesitaba en boca de Cornejo, el presidente de la fuerza socia a nivel nacional: “El radicalismo está plenamente integrado en la lista”.
Como si fuera poco, Frigerio también envió un mensaje al peronismo no kirchnerista que procura sumar. La cámara fotográfica encuadró a Emilio Monzó, precandidato en la lista de Manes, junto a Benedetti y Lousteau.
Monzó, el llamador peronista de Frigerio en Entre Ríos.de .
La campaña de Frigerio transita sin demasiado despliegue comunicacional por las vías tradicionales. Productos audiovisuales para redes, encuentros con diferentes sectores a lo ancho y largo de la provincia y mucha presencia digital. Sin polemizar con los rivales, cerca del precandidato aseguraron a Letra P que las encuestas están de su lado y que el rechazo que la gente tiene con la dirigencia en general les indica que no es momento de una campaña excesiva.
La interna de Juntos por Entre Ríos, que tiene tres listas (a las nombradas se suma la de Carlos González), aparece como la gran atracción electoral en las PASO, ante un oficialismo que competirá con lista de unidad. La nómina que encabeza Galimberti debe alcanzar el 25 por ciento de los votos dentro de la coalición para quedarse con el tercer lugar por la minoría y desplazar a Benedetti. En ese caso, podrá jugar en las elecciones generales en la boleta de Frigerio para, si Juntos derrota al peronismo, ingresar a la Cámara de Diputados. Llegar a ese porcentaje, además, le permitiría al intendente de Chajarí impedir que el exministro se quede con todo el paquete del frente ya que, como él, pretende pelear por el sillón de la Casa Gris entrerriana dentro de dos años.
Manes, Benedetti y Lousteau: un café amargo para Galimberti.
Frigerio terminó sumando, entonces, buena parte de la dirigencia radical al calor de las encuestas que ha hecho circular, y que parecen haber convencido a muchos de que es el mejor candidato para llegar al gobierno provincial en dos años.
En tanto, el sector del radicalismo que no se la quiere hacer fácil al exministro decidió jugar su carta al 25 por ciento de Galimberti, pero sin enfrentamientos que dificulten los canales a futuro, en caso de que la jugada salga mal.
