Alejados de la pelea central que disputan Mario Negri y Luis Juez al frente de las boletas para el Senado en las primarias de Juntos por el Cambio (JxC) en Córdoba, Ramón Mestre y Héctor Baldassi tendrán su propio mano a mano el 12 de septiembre por el quinto escalón en la lista de aspirantes a la Cámara de Diputados que en noviembre estará en el cuarto oscuro. El puesto es clave porque la alianza confía en retener los cinco escaños que pone en juego. Entonces, gane quien gane en las PASO, los dos primeros de cada nómina ocuparán los cuatros puestos iniciales de la lista en las generales. Quien ocupe el quinto lugar tendrá la chance de acceder a una banca en el Congreso. En cambio, el sexto dependerá de un milagro electoral para meterse en el Parlamento.
Esa disputa entre los terceros de las principales boletas de JxC para Diputados es otro de los elementos que demuestra que, aunque se proclame la unidad de cara al 14N, la interna cordobesa dejará heridas que deberán reconstruirse de cara al futuro inmediato y que tienen como horizonte 2023.
Mestre ya experimentó el paso de los primeros planos de la política al llano más absoluto cuando dejó la intendencia capitalina. Tras una candidatura a la gobernación que no resultó como esperaba, tuvo que reinventarse manteniendo un perfil bajo que sostuvo, incluso desde la presidencia del Comité provincial que mantuvo hasta abril de 2021.
Tanto adentro como afuera de JxC, le reconocen cierta audacia con una dosis de altruismo a su precandidatura. Podría haberse mantenido firme en su intención de encabezar la boleta en el tramo para la Cámara baja, pero aceptó ocupar un “lugar de riesgo” en pos de la conformación de “una lista fuerte que contiene a los tres socios fundadores de Cambiemos”.
“Una cosa es reconstruir el radicalismo con Negri y Mestre ganando la interna, y otra cosa es con Mestre afuera de la Cámara de Diputados y con Mario perdiendo, al que seguro se la van a cobrar”, reconocen a Letra P desde el corazón mismo de la Casa Radical que se erige en la intersección de dos de las arterias más importantes de la capital provincial.
Como casi todos en el espacio ampliado, el exintendente sabe que su suerte se dirimirá tras una campaña apática, en una elección que posiblemente tenga una baja participación. Pero eso no lo desinfla. Después de algunas primeras semanas en las que cultivó un bajo perfil, recorre la provincia y se hace fuerte como referente a la par de los intendentes y las intendentas que se mantienen firmes detrás de su figura.
“Es una elección que está demasiado pareja. Sabemos que en tiempos en los que reina el descontento, una figura como la de Juez prende fácilmente en la gente, pero nosotros confiamos en que vamos a hacer una muy buena elección en el interior y eso nos va a permitir ganar la interna”, señalan en el espacio político que le encomendó a Mestre esa tarea de volver a enamorar al interior provincial más profundo, aquel que supo ser la base más importante del radicalismo cordobés durante el siglo pasado.
A futuro, Mestre también buscará una nueva chance para llegar a la Casa de Gobierno provincial. “Aunque gane, Negri no piensa en ser candidato a gobernador. Él está mirando más arriba, hay que pensarlo en el plano nacional”, aseguran en el radicalismo, despejando un panorama que, en caso de fortalecerse desde una banca en el Congreso, dejará al exintendente capitalino en una posición expectante para pelear la sucesión de Juan Schiaretti con Gustavo Santos, nada más y nada menos que el preferido de Mauricio Macri para ese lugar.
En caso de no acceder a una banca en Diputados, le quedará su cargo como delegado cordobés en el Comité Nacional de la UCR. Desde allí puede empezar a levantar su perfil como referente partidario a nivel nacional, pero difícilmente pueda mover el amperímetro en la disputa cordobesa. Es cierto que su espacio político encabeza casi todos los órganos de conducción mediterránea, pero desde el llano, el camino de regreso suele presentarse mucho más sinuoso.
Una coneja en la galera
“Baldassi, solo, no baja de 14 o 15 puntos. Eso nos sirve a todos porque empuja y, más allá de no ser un hombre del partido, va a ser un voto que suma al PRO en el Congreso”. La frase viene desde el corazón del partido amarillo en Córdoba, donde laten las esperanzas de que la lista que encabeza Luis Juez termine por imponerse en la interna de septiembre.
Es difícil discutirle a Baldassi su pertenencia al PRO. Sin embargo, la expresión que proviene de sus propias filas refiere a una mera cuestión de movimientos internos. El exárbitro nunca se decidió a disputar explícitamente por los cargos partidarios. Cuando lo hizo y no le fue bien, abandonó la batalla con facilidad.
Le reconocen su alto índice de conocimiento, incluso por encima de los demás dirigentes amarillos de peso en Córdoba, y su buena imagen, algo que sostiene desde el momento mismo de su incursión en la política. Durante años fue el representante casi excluyente en las listas del PRO. Encabezó boletas legislativas en 2013 y 2017, y fue candidato a vicegobernador en 2015 y 2019. En 2021 casi queda marginado de los armados, algo que no le cayó del todo bien, más allá de su semblante público.
“La interna está quedando entrampada en una discusión nacional que no le hace mucho bien al espacio. Si ves los nombres, si gana nuestra lista, el PRO va a tener más representación que la que tiene hoy en el Congreso. En ese marco, no tiene sentido que Macri se encapriche con la candidatura de Santos”, dicen en el tinglado de Cambiando Córdoba. Esa situación también es compleja de asimilar para Baldassi, que de un día para el otro dejó de ser el cordobés preferido del exmandatario.
“La Coneja” levanta la voz y habla acelerando el tono solo cuando la situación lo requiere. Es un hombre que encaja perfecto con la imagen de Juez y a él se acopla en la cruzada que puede definir su futuro en la política. Sin trayectoria, sin base propia y casi sin estructura partidaria, quedar afuera de una banca podría significar su partida de la escena política. Por lo menos, la primera tras casi una década en la Córdoba antikirchnerista.