Al gobernador Omar Perotti no lo calmó el cierre errático del sábado en el Frente de Todos de Santa Fe. Operó también durante domingo y lunes para alcanzar una lista de unidad, pero también exploró la chance de incorporar al massismo a su nómina. Tanto avanzó que llegó a acordar nombre y puesto de la lista. Finalmente, sobre el cierre de la jornada declinó la chance y se mantuvo con la suya.
Fiel a su estilo, Perotti se movió en extrema reserva. Exploró una lista de unidad para declinar el enfrentamiento contra el ministro de Defensa Agustín Rossi y la vicegobernadora Alejandra Rodenas. El Chivo pidió la lista de diputados, propuesta que el rafaelino no aceptó porque implicaba relegar por segunda vez a su mano derecha, Roberto Mirabella. Ni los llamados de la Casa Rosada, particularmente del presidente Alberto Fernández, le torcieron el brazo a Rossi.
Pero Perotti, sabedor de que evitar la interna era harto difícil, abrió la manga a meter un cambio en la lista que anunció el sábado, la cual integra como senador suplente. Le ofreció a un ala del massismo el tercer puesto y el nombre designado era el de Martín Gainza, vicepresidente de Trenes Argentinos Cargas. Dicha incorporación movía al senador capitalino Marcos Castelló al puesto cinco.
El movimiento implicaba, además, otro guiño en el reencause de una relación entre Perotti y el presidente de la Cámara de Diputados Sergio Massa, que arrancó gélida. Primero cerraron el precandidato a concejal de Rosario y luego, en la antesala del cierre de lista, concretaron un cónclave reconciliador cara a cara en el Congreso.
Desde el Frente Renovador provincial le confiaron a Letra P que hubo estrechón de manos el domingo por la noche. Pero Perotti no atendió teléfonos y clavó visto durante todo el lunes. Sobre el cierre de la jornada, el perottismo confirmó su lista con Castelló en el tres y el jefe de la Región Litoral de Ansés, el camporista Diego Mansilla, en el cinco.
Massa, por ende, estuvo cerca de meter un huevo en cada canasta. De tributar en la lista de Perotti, pero también de jugar con Rossi de la mano del diputado provincial Oscar Cachi Martínez, que ocupa el puesto tres en la lista de diputados nacionales que conduce el Movimiento Evita, en la figura del edil rosarino Eduardo Toniolli.
El Frente Renovador está partido en, al menos, dos pedazos en la provincia que gobierna Perotti. Martínez es un líbero, tiene un monobloque en la Legislatura local y le metió más de un palo en la rueda al gobernador a lo largo de su gestión. El rafaelino lo quiere bien lejos.
Martínez, a su vez, no tiene vínculo con otra ala del massismo local, la que lideran la diputada nacional Vanesa Massetani y el subsecretario de de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante, Roberto Meli.
Ambos ejes dicen tener relación directa con Massa, con la particularidad de que Martínez tiene sello propio, llamado Cien por ciento santafesino, algo que le permite moverse con holgura. No obstante, quien asciende fuerte en la estructura del Frente Renovador santafesino es el secretario de Transporte nacional, Diego Giuliano, quien abandonó hace tiempo las filas del bielsismo y ahora es una de las cartas fuerte del presidente de la Cámara Baja en su plan de pisar más fuerte en Santa Fe.