Todavía sin hilar fino en nombres propios, el Frente de Todos empezó a definir esta semana las reglas de juego para el armado de las listas para las próximas elecciones y resolvió que, en principio, no habrá internas en las listas nacionales ni en las secciones de la provincia de Buenos Aires.
Unidad y equilibrio entre los espacios, a la manera de 2019, serán los parámetros que regirán las definiciones de las candidaturas, sobre las que trabaja la primera línea de la dirigencia del Frente de Todos, aunque las definiciones finales las dará la mesa chica que forman el presidente Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, y las autoridades de las provincias y municipios, según el caso.
A la ya famosa “mesa de los lunes”, que reúne al gobernador Axel Kicillof, Massa, Máximo Kirchner, Santiago Cafiero, Eduardo “Wado” de Pedro y el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, se sumó en los últimos días el armado de un grupo de representantes de cada espacio que mirarán en detalle las listas distritales.
La “paritaria” de la coalición se forma con dos o tres representantes de cada sector, Fernández, CFK, Máximo Kirchner y Massa, que ponen el ojo en la provincia de Buenos Aires, la Ciudad de Buenos Aires y las provincias en las que el Frente de Todos no gobierna, como Jujuy y Mendoza.
La situación de la provincia que gobierna Gerardo Morales, que arrasó en las elecciones del 27 de junio, con el peronismo dividido en cinco espacios, es motivo de preocupación. La Casa Rosada espera congelar la guerra entre bandas y encolumnar al Frente de Todos en una sola lista para salvar la ropa.
A la mesa destinada a resolver la paritaria llega el hilado fino de las conversaciones que hay entre las distintas tribus del Frente de Todos en los municipios y en las provincias. En caso de que existan diferencias que compliquen mucho el cierre, en territorio bonaerense les tocará a Kirchner, a Massa y a la Casa Rosada terminar de resolver el conflicto. En la Ciudad, el visto bueno final lo darán Kirchner y el Presidente.
La jefatura de cada distrito dará el visto bueno final. En los municipios, se espera que los intendentes y las intendentas tengan prioridad en la definición de su armado, más allá de las tensiones. El clásico con La Cámpora se reeditará, como en cada cierre, pero esta vez con una particularidad: el presidente del Partido Justicialista bonaerense es ahora Kirchner y a quienes manejan los municipios les tocará discutir con él.
“Así como se repartió la lista del partido, también se van a armar las listas distritales. No va a haber conflictos”, prometen en el camporismo. “Todos sabemos que hay que proteger la unidad. En cada distrito hay referentes claros y todos los conocemos. No va a haber conflictos. Hay demasiados lugares vacantes como para andar peleando”, apunta un dirigente que participa de las conversaciones.
La mecánica será diferente en las provincias en las que gobierna el Frente de Todos. La definición pasará ahí por la voz de los gobernadores y la única gobernadora, en acuerdo con Cristina y con el Presidente. El modelo a seguir será similar al de 2019, con un reparto equilibrado entre referentes de las autoridades provinciales y nombres por los que pide especialmente la vicepresidenta, porque son de La Cámpora.
La diferencia con 2019 es que no habrá boleta presidencial que traccione, por lo que se entiende que habrá que buscar, en cada distrito, los mejores nombres. “Son 24 elecciones provinciales”, define un operador del oficialismo.
Las definiciones ya empezaron a bajar desde la cúpula del Frente de Todos y barrieron con las especulaciones de quienes proponían emular a Juntos por el Cambio y disputar internas en los distritos para ganar en volumen y competitividad. La línea que prima en el oficialismo es que no habrá internas, “salvo excepciones” y situaciones insalvables.
Pese al menú de nombres que circula en los medios, la “mesa de los lunes”, que traza los lineamientos centrales de la campaña y se mudó esta semana desde La Plata hacia Olivos para añadir la participación de Fernández, todavía no definió quienes encabezarán las boletas y se especula que lo hará “sobre la hora”, bien al estilo Cristina, que hace del misterio y la sorpresa una estrategia en sí misma. La gran incógnita es quién encabezará la lista de la provincia de Buenos Aires y eso definirá en gran medida todo lo que sigue, ya que el armado deberá respetar la paridad de género, además de garantizar la representación de las tres tribus principales, el cristinismo, el massismo y el albertismo, los intendentes, los gremios y los movimientos sociales.