PROYECTO BERNI

Soldado de Cristina y de sí mismo, con escala en Kicillof

El ministro de Seguridad construye para el gobernador. Jefatura de CFK, mala relación con Alberto Fernández, kicillofismo naciente y ambición personal.

Sergio Berni es un personaje difícil de catalogar, pero hay algo que lo define: responde exclusivamente a Cristina Fernández Kirchner. A partir de esa premisa hay que analizar sus movimientos. Si bien se considera “un dirigente con proyección nacional”, hoy trabaja para el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. “Todo lo que Sergio haga va a hacerlo con él”, aseguran en el entorno del ministro de Seguridad y hasta se animan a hablar de la construcción del kicillofismo. Berni, dicen sus operadores, arma un espacio político con territorialidad para las elecciones de este año pero, fundamentalmente, de cara a las de 2023. Construye para el gobernador por mandato de CFK. La relación, aseguran, es excelente con la vicepresidenta y con el preferido de la jefa. No así con el presidente Alberto Fernández. Choca con La Cámpora y con los intendentes en los distritos, lo que complica sus aspiraciones. De todos modos, en última instancia, trabaja para sí mismo. Él es, en definitiva, su proyecto de fondo. 

 

Para crear ese espacio político con base territorial, Berni impulsa dirigentes propios en las diferentes secciones electorales de la provincia. Trabajan con su esposa, la senadora provincial Agustina Propato; con su jefe de Gabinete, Carlos Montaña; con el subsecretario de Participación Ciudadana del Ministerio de Seguridad, Pablo Fernández, y con el exdiputado Rodolfo Manino Iriart. “Vamos a construir con el gobernador referencias propias”, afirman en el entorno del ministro y reafirman: “Sergio es soldado de Cristina y construye un camino con el gobernador”.

 

Nadie cree que en esa tarea no esté Cristina Kirchner detrás. Con la vice, Berni habla constantemente. Se ven personalmente aproximadamente cada 15 días. Kicillof es el hijo político de CFK y Berni, un enviado  de la vicepresidenta al gabinete provincial. Para "cuidar a Axel”, dicen cerca del sheriff.

 

En el comando de Berni hay quienes van aún más allá y hablan de la construcción del kicillofismo. “Buscamos esa construcción conjunta, colegiada y consensuada”, afirma uno de sus más cercanos colaboradores y no le escapa a la pregunta de Letra P sobre las candidaturas. “Sergio está dispuesto a ser candidato, pero si no encabeza no le sirve”, advierte, en referencia a la primera candidatura a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. De todos modos, reconoce que las negociaciones van a estar abiertas y que la tropa bernista buscará meterse en las listas seccionales.

 

La búsqueda de construcción territorial de Berni choca con dos impedimentos de peso: La Cámpora y los intendentes. Con ninguno tiene buena relación. Si bien el vínculo con la agrupación que lidera Máximo Kirchner mejoró, lejos está de ser óptima y se tensiona cada vez que el ministro desembarca en algún territorio. Lo mismo pasa con los jefes municipales: la relación es mala desde el comienzo. Las autoridades locales piden más control de la policía y Berni cree en una conducción centralizada en la jefatura provincial. “Se pueden delegar algunas cosas, pero las órdenes primarias son provinciales”, afirman en Seguridad.

 

La relación con el Presidente no es mejor y esa es una de las trabas para encabezar la lista nacional. El vínculo entre ambos es “pésimo”, describen, sin medias tintas. En las últimas horas, Berni escaló su enfrentamiento y afirmó que con Alberto Fernández tiene “algunas diferencias irreconciliables”. Hay quienes señalan que Fernández lo quiere fuera del gobierno, pero Kicillof y CFK lo sostienen.

 

Esa tensión sale constantemente a la superficie en el enfrentamiento con la ministra de Seguridad de la Nación, Sabina Frederic, a quien hace unos días le pidió “que no le mienta al Presidente” y que, “si no va a ayudar, que no moleste”. La funcionaria nacional ahora corta camino: trabaja directamente con los intendentes y las intendentas cuando tiene que coordinar un operativo en sus distritos.

 

Sin embargo, Berni no abandona el proyecto personal. No apareció en los operativos por las nuevas restricciones a la circulación porque, si bien es un militante de la cuarentena estricta, sabe que es un lugar antipático de cara a la sociedad. “No creo en un estado policial para garantizar el éxito de la cuarentena”, sostuvo días atrás.

 

En el camino, el ministro construye agenda propia. Hace pocos días lanzó en sus redes sociales una campaña para rediscutir la Ley Penal Juvenil, un tema fuertemente rechazado por el kirchnerismo. Rápidamente le salió al cruce el dirigente social Juan Grabois. “Son falsas soluciones electorales”, sostuvo.

 

Además, anunció que los fines de semana dejará sus responsabilidades en la provincia de Buenos Aires para trabajar como médico en el Hospital 28 de noviembre en Santa Cruz, donde aún es personal de planta. “Necesita médicos, no puedo hacerme el distraído”, anunció.

 

Javier Milei, junto a diputados y senadores en Casa Rosada.
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