El reclamo de los movimientos feministas puso en la agenda la necesidad de transversalizar la perspectiva de género en el campo judicial, una institución dominada históricamente por los varones. En la provincia de Buenos Aires, el senador Francisco Durañona presentó un proyecto para establecer la paridad de género en el Consejo de la Magistratura y el Poder Judicial: en el órgano encargado de seleccionar magistrados y magistradas, de 19 integrantes solo tres son mujeres. En todo el territorio provincial, los jueces varones representan más del 60% del total. Para corregir esa desigualdad, el legislador propone que, hasta alcanzar la paridad, todas las vacantes sean cubiertas exclusivamente por mujeres. La iniciativa fue aplaudida por la abogada feminista e investigadora del Conicet Marisa Herrera, aunque considera que “no es suficiente”.
“Necesitamos jueces y juezas que tengan una mirada de derechos humanos y género para resolver cualquier problema. En la provincia de Buenos Aires hay un montón de desigualdades y cualquier pleito estará atravesado por eso. Los jueces y juezas tienen que tener esa mirada atenta a las desigualdades”, señaló a Letra P el vicepresidente del Consejo de la Magistratura, Mauro Benente. Sus expresiones describen el actual escenario del poder judicial, un sistema patriarcal que se resiste a los cambios.
A lo largo de los últimos años se han creado normativas específicas que obliga a los funcionarios y las funcionaras judiciales a investigar y resolver con perspectiva de género. Una de estas herramientas es la Ley Micaela, que, en la búsqueda de transformar las instituciones y sus prácticas, propone instancias de formación sobre género y violencias. Su plena implementación en los tres poderes del Estado es todavía una deuda pendiente.
En el ámbito bonaerense, el gobernador Axel Kicillof presentó seis anteproyectos para crear y modificar leyes que hacen al funcionamiento de la justicia. Las iniciativas -que antes de ser remitidas a la Legislatura serán puestas a consideración de la sociedad civil, universidades, colegios de profesionales, sindicatos, organizaciones gubernamentales y la oposición- tienen varios puntos que deben cumplirse de manera obligatoria, entre otros, la perspectiva de género.
Paridad de género judicial
El Consejo de la Magistratura es el órgano encargado de seleccionar aspirantes para cubrir cargos como jueces y juezas; está compuesto por representantes de los poderes Ejecutivos y Legislativo, y jueces y juezas de distintas instancias y del Colegio de Abogados. Todos son elegidos por votación. La propuesta busca que en el proceso electivo prime el criterio de la paridad entre los géneros. Hoy, de 19 integrantes titulares del Consejo de la Magistratura de la provincia, sólo tres son mujeres. Además, en la Suprema Corte sólo una mujer integra el tribunal de cinco miembros y el 61,2% de los magistrados bonaerenses son varones.
“No es un proyecto aislado, es una presentación que está en sintonía con lo que se está discutiendo en el orden nacional, teniendo en cuenta que la provincia de Buenos Aires tiene un sistema judicial arcaico”, dijo a Letra P Durañona en referencia a los proyectos presentados en el Congreso por las diputadas Cristina Álvarez Rodríguez, Mónica Macha, Alejandra Vigo, Claudia Márquez y el diputado Paulo Cassinerio.
Este proyecto, según indicó el senador, está acompañado de otros pliegos que avanzan sobre una reforma judicial. “No se puede pensar una justicia nacional del siglo XXI si las provincias no hacen un trabajo de reforma”, destacó el legislador.
“No es muy complejo el proyecto, lo único que plantea es cómo llevar adelante la metodología de los concursos. Mi propuesta es que, de acá hasta lograr la paridad, haya participación exclusiva de mujeres”, agregó el senador en referencia al artículo 4 de la iniciativa que plantea que, a partir de la entrada en vigencia de la ley, “las vacantes que se produzcan en la Suprema Corte de Justicia y en cualquier tribunal colegiado unipersonal, cuyo proceso de selección sea llevado a cabo por el Consejo de la Magistratura, deberán ser cubiertas exclusivamente por mujeres, hasta que se logre la paridad de género en todo el Poder Judicial”.
Durañona pone en duda la suerte de la iniciativa en la Legislatura, en función del reparto de poder en el Senado, donde Juntos por el Cambio (JxC) tiene mayoría. Por eso, cree que los plazos pueden dilatarse. “En vez de dos años podemos ir a un proceso de diez años y no necesitás que sea el 100% de mujeres, se puede llevar al 70%, el 50%. Hay distintas formas de hacerlo. El tema es que pueda debatirse. Lamentablemente, ahora me cuesta verlo”, completó el senador.
Mirada feminista
También para Herrera el avance legislativo de la propuesta es improbable. “Este proyecto empieza a poner el tema en discusión porque se va a debatir, pero no creo que se sancione, porque es muy rupturista”, analizó la letrada a este portal y agregó: “Su sanción implicaría, por ejemplo, que ningún hombre pueda participar en concursos durante los próximos cinco años”.
“Entrás al debate por lo más ultra, por lo más fundamentalista. Vas de cuajo a la igualdad numérica real. Lo más rápido que se puede lograr es eso, pero es muy difícil porque las leyes también las votan hombres. Durañona da un debate con una vara muy alta”, evaluó Herrera.
En este sentido, si bien la abogada destacó la propuesta, consideró que la iniciativa es una herramienta importante para hablar de reforma judicial feminista, pero “no es suficiente”. “Este tipo de proyectos suma, pero no quiere decir que porque tengas paridad de género en la justicia automáticamente la justicia tiene una respuesta, una mirada, una conformación feminista. Si bien es una herramienta necesaria, son cosas distintas”.
Herrera consideró que la reforma feminista implica que la cuestión de género atraviese distintas aristas, entre otras, los concursos. “Esto se debe tener en cuenta cuando se selecciona candidatas y candidatos, qué y cómo se pregunta, si tuvo formación en perspectiva de género, si incluyó las políticas de cuidado, porque si yo hice una carrera en siete años y un varón en cuatro, él no debería tener más puntaje porque lo que pasó es que yo tuve dos hijos en el medio. La paridad de género va a la cuestión binaria de si es mujer u hombre. Para una reforma judicial feminista profunda se tiene que ir más allá de eso. Esto es necesario, pero no es suficiente”, completó la abogada.
