Susana Rueda es la concejala de Rosario que ganó la categoría legislativa en las elecciones de 2019. Integra el Frente Progresista, pero remarca que no es afiliada socialista. Tiene un mono bloque en el Palacio Vasallo, pero forma parte del sector interno del PS, Fuerza del Territorio. En diálogo con Letra P y de cara al cierre de listas, dice que el exgobernador Antonio Bonfatti “siempre es una buena opción”, pero demanda un “apoyo contundente” de todo el socialismo. A la vez, le parece “dificilísimo de sostener” que el sector radical Nuevo Espacio Organizado (NEO) mantenga una pata en el progresismo y otra en Juntos por el Cambio (JxC).
-Lifschitz ordenaba y conducía. ¿Tiene reemplazante natural en el Frente Progresista?
-No lo veo y no sé si está mal. Miguel tenía toda una trayectoria impresionante, llegó al gobierno provincial con un caudal muy nutrido de gestión y eficiencia. Lo que nos deja es una gran admiración, una enorme herencia, como Hermes (Binner), Antonio (Bonfatti). Antonio es una referencia dentro del partido y, además, es un hombre joven que tiene mucho para dar. Si bien no soy afiliada socialista, mi referencia es con las políticas públicas que llevó adelante el socialismo. Reemplazante natural, con el nivel de conducción de Miguel, por ahora no hay. Tenemos un frente, con un partido que fue columna vertebral durante muchísimos años, que está en ebullición, y no sé si está mal. El problema es que este es un año electoral y tenemos que acelerar los tiempos.
-¿Bonfatti es la mejor opción del Frente para el Senado nacional?
-Antonio siempre me parece una buena opción. Como Miguel, viene con una carga empírica de gestión, ideas y socialismo muy importantes, pero tampoco se puede presionar a una persona, porque tiene que tener la voluntad y la decisión política de ejecutar ese cargo. No tengo claro si aceptaría el desafío. Para eso, es imprescindible un apoyo contundente del colectivo del Partido Socialista y otros partidos del Frente.
-¿Pone en duda un apoyo contundente del PS a una candidatura de Bonfatti?
-Cuando Antonio fue candidato a gobernador del Frente, hubo algunas dudas respecto al apoyo contundente del partido. Ahora, que no está Miguel, deberíamos aprender una lección. Yo tengo un problema con la organicidad y los partidos políticos: me cuesta mucho esa cuestión del pura sangre. En estos momentos, no hay tiempo para la desconfianza.
-¿Cómo tomó la partida a Juntos por el Cambio del sector que lidera Maximiliano Pullaro?
-No puedo juzgar lo que hacen los demás, pero es difícil de comprender. La política es ideología y, si estás del lado de las políticas de la distribución de la riqueza, de consolidar como se hizo en la provincia una política de derechos, no entiendo cómo generar esa cercanía con JxC. Cada vez que la derecha o el neoliberalismo llegan al gobierno, retrocedemos diez casilleros.
-Dicho sector radical continúa con funcionarios, concejales y diputados dentro del Frente Progresista. ¿Eso es sostenible?
-Yo creo que no, pero la política argentina da para todo. Entiendo la gente que se fue, comprendió el error y volvió, valoro muchísimo el poder ejemplificador del error. No entiendo lo de haber integrado un frente con las políticas que se implementaron acá y después hacer una elección nacional cerca de JxC. Me parece dificilísimo de sostener.
-¿En Rosario cuál debería ser la estrategia electoral? ¿Lista única o interna?
-Las dos alternativas son posibles e igualmente válidas. No habiendo referentes ordenadores, Pablo sin dudas es uno, pero hay muchas aspiraciones desde el socialismo también. Las internas ordenadas no son nocivas. Puede ser positivo que haya varias listas, pero, si hay una unificación después del consenso y charlas, bienvenido sea.
-¿Javkin no es hoy en Rosario el único ordenador del Frente?
-Es uno de los líderes que emergen después de la muerte de Miguel y un ordenador dentro del Frente Progresista, sin dudas. A nivel provincial también está Emilio Jatón, hay otros referentes, intendentes la mayoría de ellos. Ahora, yo no sé si, teniendo en cuenta que el partido de Pablo es tan pequeño (Creo), si sirve para contrarrestar algunas aspiraciones de otros partidos como el socialismo, no sé si alcanza. Van a hacer falta muchas discusiones, que no están mal, y consensos, que, si no los hay, que por lo menos se llegue a un acuerdo de una interna ordenada.