En su primera jugada fuerte como jefe del Partido Justicialista (PJ), Alberto Fernández apostó por uno de sus dirigentes de mayor confianza, el intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, para ordenar al peronismo correntino en un distrito adverso. Ya en funciones, esta semana, el flamante interventor le pidió públicamente al gobernador Gustavo Valdés que postergue las elecciones, previstas para el 29 de agosto, a tono con lo que impulsa la Casa Rosada para las legislativas nacionales.
Con el seguimiento cercano del Presidente, representado en la figura de Zabaleta, el peronismo de Corrientes intenta aprovechar el río revuelto de la coalición oficialista provincial, con la guerra desatada entre Valdés y el vicegobernador Gustavo Canteros, que ya obligó al mandatario a adelantar la fecha de las elecciones para evitar nuevas fugas.
La Semana de Mayo terminó de sellar el divorcio entre Valdés y Canteros. Después de que el vicegobernador lanzara su candidatura a intendente de la capital provincial, por fuera de la fuerza oficialista Encuentro por Corrientes (ECO), que impulsa la reelección de Eduardo Tassano, Valdés resolvió adelantar la convocatoria a elecciones provinciales, que habitualmente se celebran entre fines de septiembre y principios de octubre.
Fue un gesto en medio de la tensión que mantiene con Canteros y también con su mentor político, el exgobernador y presidente de la UCR, Ricardo Colombi. A fines de la semana pasada, el gobernador le pidió la renuncia al director del hospital de Goya, Raúl Martínez, por realizar “política y actos de proselitismo” en plena segunda ola de coronavirus. Martínez había lanzado su precandidatura a intendente, con el respaldo de Colombi.
El peronismo aprovecha el tembladeral. Zabaleta es el intendente más cercano al Presidente, con quien tiene un diálogo cotidiano y a quien visita en Olivos con frecuencia. El jefe comunal del oeste del conurbano aspira a presidir la Federación Argentina de Municipios (FAM) y tiene el respaldo de la Casa Rosada. Ahora, con ese aval, salió a hablarle directamente a Valdes para pedirle que se pliegue a la postergación de las elecciones, a tono con lo que impulsa el Presidente a nivel nacional. "Veríamos con agrado que el gobernador tomara la misma decisión para evitar complicaciones y cuidar la vida de los correntinos”, dijo.
El nombramiento del interventor estaba congelado desde principios de marzo, cuando renunció Julio Sotelo, que había sido nombrado en agosto de 2019 por el PJ entonces encabezado por José Luis Gioja. Tras la renuncia de Sotelo, y el nombramiento del presidente Fernández al frente del PJ nacional, restaba la definición del nombre de quien intentaría conducir el reordenamiento del partido en Corrientes.
Allí apareció, primero, el nombre de Aníbal Fernández, pero fue resistido por un sector del peronismo local. Urgidos por la necesidad de avanzar en definiciones, dirigentes correntinos viajaron a Buenos Aires a principios de abril para pedirle al ministro del Interior, Eduardo “Wado ” de Pedro, al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y a la vicepresidenta del PJ, Cristina Álvarez Rodríguez, que Fernández apurara el nombramiento. Abocado al trabajo en la gestión de la pandemia, el Presidente demoró algunas semanas, hasta que eligió a Zabaleta.
Además de ser hombre de confianza de Fernández, el intendente de Hurlingham tenía un camino recorrido en Corrientes, donde estuvo en noviembre de 2019 junto a Daniel Arroyo en la presentación del plan Argentina contra el Hambre, que impulsaba el entonces presidente electo. En Paso de los Libres estuvieron, también, los senadores nacionales Carlos “Camau” Espínola y Ana Claudia Almirón, el intendente de la ciudad Martín Ascúa, rectores universitarios y referentes políticos y sociales. Zabaleta empezó a tejer allí relación con los 25 intendentes peronistas de Corrientes, que ahora lo respaldaron en su nombramiento.
El flamante interventor viaja cada fin de semana en auto a Corrientes para trabajar en la misión que le encomendó Fernández: tratar de trabajar en la organización del Frente de Todos en la provincia y, principalmente, de ampliar el espacio. En esa búsqueda de expansión, el PJ pesca en el río revuelto de ECO.
La primera señal en ese sentido fue el lanzamiento a intendente de Canteros. Según pudo saber Letra P, el vicegobernador, de origen peronista, había acordado con el partido que ese sería su gesto de acercamiento. En el PJ se entusiasman con que, detrás de Canteros, otros dirigentes de ECO podrían dejar las filas del oficialismo para mudarse a la vereda de enfrente.
Mientras, Zabaleta, busca candidatos para competir por la gobernación.