Apenas se confirmó la muerte del expresidente Carlos Saúl Menem, la vicepresidenta Cristina Fernández Kirchner activó los mecanismos para velarlo en el Senado. El riojano integró ese cuerpo desde 2006 y llevaba dos meses internado en un sanatorio porteño. Su estado de salud no había pasado inadvertido para las autoridades de la Cámara, especialmente desde que no pudo asistir a la última sesión del año pasado, donde se sancionó la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Antes del mediodía CFK convocó a su equipo de inmediato y les pidió a todos sus colaboradores que se pusieran a disposición de la familia Menem. Desde entonces siguió en detalle las exequias que comenzaron este domingo a las 20 y continuaron este lunes desde las 8.
CFK ingresó al Senado una hora antes de la llegada del féretro y se encargó de recibir a la familia. No pasó desapercibido su barbijo con la clásica imagen de Perón y Evita fundidos en un abrazo tras el renunciamiento histórico del 22 de agosto de 1951, retratada por el fotógrafo Pinélides Fusco. Luego los acompañó hasta los portones de entrada al Salón Azul, cuando los granaderos trasladaron el féretro. La imagen sorprendió a los dirigentes de la oposición que luego llegaron al velorio. Ninguno de los visitantes pudo tomar contacto con la familia hasta que lo permitió la seguridad del cuerpo, porque la expresidenta y titular del Senado les pidió a todos que salieran del salón cuando llegó el féretro. "Cuando encapsularon el salón y la familia pudo estar sola en la capilla ardiente con los restos del expresidente, ella logró ese cometido organizativo y se fue", confiaron a Letra P en su entorno.
Muchos saludos, pocos opositores
La preocupación de CFK por los detalles no es desconocida para el exsenador Miguel Pichetto, que la conoce hace dos décadas. Fue uno de los primeros en llegar al velorio. Fue testigo de los cuidados organizativos y vio en persona cuando el presidente Alberto Fernández llegó junto a su esposa, Fabiola Yañez, para saludar a la familia. El excandidato a vicepresidente de Mauricio Macri celebró el gesto y dijo, para asombro de sus pares en Juntos por el Cambio, que es un paso para la "la convivencia democrática".

El Presidente Alberto Fernández junto a Fabiola Yáñez despiden al exmandatario.
Las palabras de sorpresa que lanzó Pichetto fueron compartidas, ante las consultas de Letra P, por dirigentes y diputados de la alianza opositora que eligieron guardar silencio y no desmarcarse del rionegrino. Sin embargo, no hubo representantes del radicalismo, excepto el paso del exsenador por Corrientes Eugenio Nito Artaza.
Por el PRO sólo estuvieron presentes el exsenador y titular provisional del cuerpo, Federico Pinedo, el exministro de Trabajo Jorge Triaca (h),.y el exembajador en Washington y Beijing, Diego Guelar, exfuncionario de Menem y también de Macri y del expresidente provisional Eduardo Duhalde, presente en el velatorio.
El único gobernador que fue al velorio fue el riojano Ricardo Quintela. Después llegó la intendenta de la capital provincial y exsenadora de JxC Olga Inés Briuela y Doria. En la salida de la ceremonia el mandatario peronista no eludió el gran interrogante que gira en torno al terruño del expresidente. "Estamos conversando" dijo ante la consulta sobre quién ocupará la banca con mandato hasta 2023 que quedó vacante. No descartó la posibilidad de que la sucesora sea la vicegobernadora Florencia López, porque era la segunda en la lista, pero es poco probable que la funcionaria deje el cargo. Así aumentan las chances de Ricardo Guerra, exministro de Hacienda y primer suplente.
Entre los deudos también se dejó ver el exjefe de la SIDE, Miguel Ángel Toma, el exgobernador de Misiones y expresidente provisional Ramón Puerta, el canciller Felipe Solá, que fue secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca del menemismo; y el exdiputado de la Ucedé Alberto Albamonte, desde hace años dedicado como empresario al rubro hotelero. Carlos Tula, el histórico bombista del peronismo, llegó antes del mediodía. Fue la única conexión con una farándula que brilló por su ausencia. Los gestos de los dos Fernández cayeron bien en casi todo el arco político y, en el cierre del velorio, definieron el tono de las tres jornadas de duelo que dispuso el Ejecutivo.

Triaca (h), uno de los contados dirigentes opositores en el adiós al riojano.
La sombra de Ramón y el enviado de Francisco
Tanto la exesposa del exmandatario Zulema Yoma, como su hija Zulemita, agradecieron la predisposición de la vicepresidenta. Ambas, junto al resto de la familia, se movieron al compás de la organización, pero bajo la atenta conducción, con sigilo, del exsecretario presidencial Ramón Hernández. Funcionó como la "contraparte" de los preparativos e incluso fue el encargado de hablar con las autoridades del Cementerio Islámico de San Justo para que posterguen el horario de cierre y aguarden que termine el velorio.

Sergio Massa y Malena Galmarini en la despedida del expresidente.
Hernández reportó a Zulema, Zulemita y al senador Eduardo Menem. Fueron los primeros en llegar al Congreso, junto al exgobernador y embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli y el presidente del Club River Plate, Rodoldo D'Onofrio. Entre los primeros asistentes estuvieron el titular de la Cámara baja, Sergio Massa y su esposa, Malena Galmarini, junto al exministro del Interior Carlos Corach, el excamarista y exministro de Justicia León Arslanián, y el exlegislador y exministro Oraldo Britos. Entre los que llegaron al principio estuvo un "íntimo" que sorprendió: el exsecretario de Población del menemismo, Aldo Carreras, histórico dirigente de Guardia de Hierro y amigo personal del papa Jorge Mario Bergoglio desde la juventud. Su presencia fue un mensaje implícito e informal de condolencia de Francisco. El exfuncionario del menemismo no fue el único amigo papal. En la mañana se sumó otro interlocutor bergogliano: el diputado nacional y exembajador en el Vaticano, Eduardo Valdés.
Tragos amargos
Así como hubo distensión por la buena organización del velorio, los íntimos del expresidente tuvieron un mal trago cuando se anoticiaron de la decisión del municipio de Río Tercero, conducido por el radical Marcos Ferrer, de no adherir al duelo. También por el repudio de la AMIA - DAIA, firmado por su presidente Jorge Knoblovitz. "Carlos Menem muere en libertad a pesar de que su Gobierno utilizó a las instituciones del Estado argentino para perpetuar la impunidad y encubrir la responsabilidad de quienes cometieron y fueron cómplices de los atentados", resaltó la DAIA luego de subrayar que "durante su presidencia se produjeron los dos atentados terroristas más graves de la historia argentina".
Un mono entre el público
Poco antes de las diez de la mañana el exarquero Carlos Navarro Montoya entró al Salón Azul junto a su familia. Lo hizo por el corredor abierto al público sin pedir acceso especial, pero cuando la seguridad advirtió su presencia, lo invitaron a entrar a la zona de la capilla ardiente para encontrarse con la familia. Dos horas antes había pasado el exembajador durante el menemismo, Jorge Asís. "Adiós a mi único jefe político. Estadista superior. Último proyecto capitalista. Elevada visión estratégica. Reconciliación Nacional. Demasiado para la mezquindad contemporánea", tuiteó el escritor. Casi a la misma hora, estuvo Claudia Villafañe, exesposa de Diego Maradona.

Un símbolo de los 90. Navarro Montoya en el velatorio de Carlos Menem.
El operativo implicó la instalación de un vallado de ingreso y controles de temperatura en el acceso al salón azul. El Senado no hizo una estimación del público que visitó el velatorio durante las casi once horas de duración, pero informó que habían recibido la visita de 25 embajadores en forma presencial para ofrecer sus condolencias.
Coronas
Unos 37 homenajes florales fueron enviados a la despedida del exmandatario por el jefe del sindicato de Empleados de Comercio, Armando Cavallieri, el intendente de Almirante Brown, Mariano Cascallares; su par de Lanús, Néstor Grindetti; el jefe del bloque del PRO en Diputados, Cristian Ritondo; las familias Bagó y Lingieri, el jefe del gremio de petroleros Antonio Cassia, y los gobernadores Juan Schiaretti, de Córdoba y Quintela de La Rioja, entre otros. Las instituciones que sumaron condolencias fueron el Tribunal Superior de Justicia porteño, la Cancillería, la jefatura de la Policía Federal y la división de custodias. También había una corona que decía "Pueblo de Anillaco".
El ingreso del público concluyó a las 15 y cuarenta minutos después partió el cortejo fúnebre hacia el cementerio islámico de San Justo. Menem se convirtió al catolicismo para asumir como presidente tal cual lo exigía la Constitución. La despedida del cortejo fue realizada con los honores militares del Cuerpo de Granaderos. Sus efectivos custodiaron el entierro, que cerca de las 17 transitaba la ceremonia de inhumación, junto a los restos de su hijo "Carlitos" Menem junior.