Durante la madrugada de este viernes, mientras terminaban la primera sesión del año, los diputados y las diputadas que se quedaron hasta la última votación de la jornada dejaron el Congreso con la sensación de que no volverán al recinto hasta el 1 de marzo, cuando el presidente Alberto Fernández le hable a la Asamblea Legislativa para inaugurar el próximo período de sesiones ordinarias.
Hasta las últimas horas previas al fin de semana largo, circulaban dos opciones en los escritorios de los jefes parlamentarios. En la presidencia de la Cámara, a cargo de Sergio Massa, y en la conducción del bloque del Frente de Todos, en manos de Máximo Kirchner, no pudieron asegurar que exista otra sesión prevista para lo que queda de este mes.
Al período de sesiones extraordinarias le quedan nueve días hábiles, porque la semana próxima se acorta con los dos feriados de carnaval. Dentro del interbloque de Juntos por el Cambio hay dudas sobre otra sesión en febrero, pero no descartan esa posibilidad, muy al filo del mes. Tanto en la bancada del radicalismo, que conducen Mario Negri, como sus socios de la Coalición Cívica, encabezados por Juan Manuel López, barajan la posibilidad de una segunda sesión con "temas de consenso", como los cuatro que fueron votados hasta la 1.09 de este viernes.
Uno de esos temas con acuerdo asegurado entre oficialismo y oposición podría ser el tratamiento del proyecto de ley de modificación del impuesto a las Ganancias, que recibió el apoyo de todo el arco político tras el anuncio formulado por Massa días atrás. En ese sentido se manifestó Santiago Cafiero este sábado. El jefe de Gabinete afirmó en declaraciones radiales que el Gobierno enviará al Parlamento una nueva ampliación del temario de las sesiones extraordinarias para habilitar el debate de la iniciativa que permitirá que “1.200.000 personas dejen de pagar" el tributo.
No obstante, Cafiero no arriesgó una fecha para la discusión en el recinto. “La expectativa del Gobierno es que se apruebe cuanto antes” pero “todo depende de los tiempos legislativos”, dijo.
El radar del macrismo no tiene otra sesión en el horizonte. Fuentes del conglomerado que preside Cristian Ritondo detallaron que no prevén sesiones en las próximas dos semanas, es decir, hasta el 26 de febrero. El lunes siguiente es 1 de marzo y la fecha del inicio del período de ordinarias.
Si esas perspectivas se confirman, el interés del oficialismo de promover un temario abultado de textos para tratar en el verano se habrá diluido en las buenas intenciones. Entre el decreto inicial que firmó Fernández el 30 de noviembre, con 27 proyectos establecidos para las extraordinarias, y el que rubricó a mediados de enero para sumar otros ocho, el Gobierno impulsó 34 temas, pero sólo se trataron 11, entre ellos, algunos de alto impacto que venían de un extenso trabajo durante el año, como la Interrupción Voluntaria del Embarazo y el aporte extraordinario de las grandes fortunas.
El período de extraordinarias de este año también quedó empañado por la ausencia de la prórroga de la ley de beneficios para los biocombustibles y el fallido intento de meter el tema "Emergencia Sanitaria y Calendario Electoral 2021", que no detallaba ningún proyecto en especial pero abría la puerta para tratar la suspensión de las primarias que propuso el diputado nacional por Tucumán Pablo Yedlin o su postergación de agosto a septiembre, como impulsa la radical Carla Carrizo. Los debates no pasaron de los intentos, porque Massa nunca definió los giros de ambos textos y el asunto quedó en el limbo del amague.
En el caso de biocombustibles se trata de un proyecto que fue aprobada por unanimidad en el Senado y, a pesar de la promesa que hizo Massa de introducirla en el temario, el texto no pasó de noviembre. En su lugar, el Gobierno quiere introducirle cambios y mandarlo de regreso a la Cámara alta. Tal giro despierta sospechas sobre la presión de la industria petrolera y sumó un pedido de distintos bloques opositores de tratarla cuanto antes.
No es el objetivo que tiene el oficialismo. Sus diputados sostienen ahora que no hay apuro y apuestan a trabajar con la Casa Rosada y con otros bloques para negociar cambios que serían debatidos a partir de marzo, cuando la Cámara baja retome la actividad luego de un verano que no tuvo la hiperactividad anunciada. El freno no fue el calor ni la pandemia, sino los desacuerdos internos en el oficialismo y en la oposición para avanzar con los temas propuestos por el Ejecutivo.