ES LA POLÍTICA

El Gobierno cierra filas contra JxC, pero la procesión va por dentro

El oficialismo condenó sin fisuras a la oposición por rechazar el Presupuesto, pero la estrategia parlamentaria deja preguntas sin respuestas. El guiño del FMI.

El oficialismo se abroqueló detrás de una palabra: irresponsabilidad. Fue la que usaron en público y en privado los referentes de diferentes sectores del Frente de Todos (FdT), la Casa Rosada, el bloque de Diputados, albertistas y cristinistas para cargar contra la oposición por haber rechazado el Presupuesto 2022 y la que permitió esconder de bajo de la alfombra algunos reproches internos y sospechas que sobrevolaron las horas posteriores al fracaso legislativo.

 

Alberto Fernández se refugió en Olivos, donde recibió a sus funcionarios de máxima confianza. Tras el “shock” de la mañana, la tensión se aflojó a lo largo del día. El Presidente participó primero de la cumbre del Mercosur, tuvo reuniones privadas, recibió a Sergio Massa y al ministro de Economía, Martín Guzmán, dialogó por videoconferencia con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, y habló por teléfono con Máximo Kirchner. A los propios, les pidió no cargar las tintas sobre el jefe del bloque del oficialismo en Diputados y apuntar los cañones contra la oposición. El mayor gesto de apoyo se registrará este sábado, cuando el Presidente asista a la asunción de Kirchner como presidente del PJ bonaerense en San Vicente.

 

Algunos masticaron bronca. Desde la mañana, un sector de la Rosada, empujado por las intrigas que se tejen en los pasillos de Diputados, había puesto un manto de duda sobre si la actitud de Kirchner en el recinto había tenido como objetivo final inconfesable voltear la ley enviada por Guzmán. “De ninguna manera. Máximo no intentó voltear la ley ni hacer nada en contra del Gobierno”, sentenciaron desde el entorno del diputado.

 

Las idas y vueltas de la madrugada en la Cámara baja dieron cuenta de la complejidad de la situación. A las 8 de la mañana, antes de bajar nuevamente al recinto, Kirchner y Massa hablaron con el Presidente y le comunicaron que el panorama de votación era sombrío, casi imposible de revertir. En la Cámara baja estaba el ministro de Obras Públicas y miembro de la mesa chica de Fernández, Gabriel Katopodis, que intentaba destrabar la situación. 

 

Para entonces, varias figuras de peso de la oposición afirmaban que estaban dispuestas a negociar el pase a cuarto intermedio o la vuelta del proyecto a comisión. En el recinto, pasadas las 10 de la mañana, Kirchner pidió la palabra para apuntar contra varias figuras de Juntos por el Cambio. “Me llama poderosamente la atención el comportamiento que están teniendo un exvicejefe de Gobierno, una exgobernadora de la provincia de Buenos Aires, un exministro del Interior y el expresidente de esta Cámara ante una situación gravísima en la que dejaron este país cuando lo endeudaron en 44 mil millones de dólares”, dijo.

 

La versión de Juntos por el Cambio es que el discurso de Kirchner hizo volar el acuerdo por el aire. La situación derivó en la inmediata votación y rechazo del Presupuesto. Un hecho hasta ahora inédito en el recinto de la Cámara de Diputados desde la recuperación de la democracia.

 

“No hay nada para reprochar en lo que dijo Máximo. No los insultó, hizo una descripción de la situación. No se puede perder el foco, que es la irresponsabilidad de Juntos por el Cambio. Estamos negociando con el Fondo una deuda terrible contraída por el gobierno anterior. Apuestan al caos”, le dijo a Letra P el secretario de Relaciones Parlamentarias y líder del Movimiento Evita, Fernando “Chino” Navarro.

 

En el mismo sentido se expresaron otros funcionarios de primera línea consultados por este portal. “Fue un acto de irresponsabilidad absoluta de la oposición”, apuntó un hombre confianza del Presidente. En el bloque del FdT explicaron que Kirchner intentó “hacer un llamado a la reflexión a dirigentes que tuvieron responsabilidades institucionales”. Fue su último recurso. “La oposición tenía tomada la decisión política de votar en contra del Presupuesto. Se corren cada vez más a la derecha”. Y afirman que hace una semana Kirchner había advertido a la Casa Rosada que no tenían los votos para la aprobación de la ley. El Presidente dio la orden de avanzar igual.

 

El jueves, las versiones en Diputados indicaban otro panorama: que el oficialismo había equivocado la estrategia parlamentaria al bajar al recinto sin los votos asegurados, pocas horas antes de que la Unión Cívica Radical (UCR) definiera sus nuevas autoridades. Los gobernadores radicales Gerardo Morales, Gustavo Valdés y Rodolfo Suárez, decían, podían haber aportado los votos de sus legisladores si la sesión se hubiera programado para después de las elecciones del Comité Nacional. “No es cierto, nunca tuvieron una actitud negociadora, y tampoco se entiende con quién hay que hablar, son 10 bloques, no tienen jefe parlamentario ni político”, apuntan cerca de Kirchner.

 

La noche del jueves, sin embargo, un funcionario con acceso a las negociaciones le había dicho a Letra P que desde la Cámara de Diputados Massa enviaba señales de que los votos estaban casi asegurados. Un cruce de versiones que terminó con la pregunta sobre si la Casa Rosada no había enviado la ley al recinto a propósito, a sabiendas de que no tenía los votos, para exponer a la oposición, testear el clima, prorrogar el Presupuesto vigente y manejar los fondos con mayor discrecionalidad. Especulaciones sin respuesta pero que dejan claro que el panorama en el Congreso será hostil para el oficialismo en los próximos dos años.

 

En ese escenario, con el correr de las horas, en Olivos y en la Casa Rosada empezaron a masticar la idea de la prórroga. A Fernández lo tranquilizó la charla con Georgieva. La titular del FMI no tomó la cuestión presupuestaria como una tragedia, según trascendió desde Olivos. En su comunicado posterior, el Fondo marcó su apoyo al Gobierno. 

 

Por la mañana, Fernández recibió en Olivos al canciller Santiago Cafiero - su mano derecha en la política-, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli. Todos participaron de la cumbre virtual del Mercosur que dejó un balance positivo para la Argentina. Afuera quedaron los fantasmas sobre el supuesto enojo de Jair Bolsonaro por la presencia en la Plaza de Mayo del expresidente Luis Inácio “Lula” da Silva. Fernández felicitó a Brasil por su presidencia pro témpore del Mercosur. Bolsonaro apuntó contra Uruguay.

 

En la quinta presidencial también estuvieron el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, el diputado Leandro Santoro, hombre de confianza de Fernández en la Cámara baja, y más temprano, Massa, que todavía acusaba el golpe histórico que recibió el oficialismo en el recinto.  

 

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