GREMIOS

Santa Fe: Moyano echa leña al fuego interno camionero

Dos organizaciones se disputan el poder en la bota. El moyanismo quiere hacer pie, pero el "oficialismo" provincial resiste. La historia del conflicto.

“Es una guerra sindical”. Con esas cuatro palabras, un sindicalista no moyanista ilustró a Letra P el panorama en el mundo camionero de la provincia de Santa Fe. ¿Quiénes se enfrentan? Actualmente hay dos sindicatos representando al sector: uno que integraba la Federación Nacional dirigida por Hugo Moyano  pero que rompió relaciones en 2015 y otro armado hace unos años por el moyanismo para recuperar el poder en la bota. En este último, elecciones celebradas el pasado domingo demostraron que la disputa sigue al rojo vivo. Denuncias, rosca, maniobras judiciales y elecciones: la pelea que tiene todos los condimentos.

 

Los comicios realizados el fin de semana en el Sindicato de Choferes de Camiones, Obreros y Empleados de Transporte de Cargas y Logística, donde fue elegido el moyanista Juan Chulich para comandar la organización hasta 2025, volvieron a encender la mecha de una interna siempre a punto de estallar.

 

Chulich llegó al poder siendo el presidente de la Obra Social Nacional en Santa Fe, que está bajo la órbita de la Confederación dirigida por Moyano. Al otro lado de la vereda se encuentra Sergio Aladio, el secretario general del Sindicato de Conductores de Camiones, Obreros y Empleados del Transporte Automotor de Carga de Santa Fe. Se hace llamar “oficialismo”, dice que su sindicato es autónomo y denuncia que el de Chulich es un “gremio paralelo y flojo de papeles”. Desde el círculo íntimo del recientemente electo secretario general responden que todas las denuncias son falsas y que no entienden por qué “gente de otra institución se mete" en la suya.

 

Las huestes de Aladio aseguran a Letra P que las elecciones realizadas en el gremio paralelo no están firmes. Detallan que un juez federal dictó la suspensión de los comicios, pero que, cuando en la Federación Nacional se enteraron de la situación, “forzaron” al Ministerio de Trabajo para que realizara un dictamen de urgencia ordenando que se votara igual. “Lograron lo que querían: que la policía mandara la custodia”, deslizan. Como consecuencia, realizaron distintas denuncias penales contra los funcionarios de la cartera nacional por “la maniobra orquestada por Moyano”.

 

El moyanismo santafesino, en tanto, afirma que su gremio está en regla y desestima cualquier denuncia contra la elección. El Estado avaló el acto, advierten y explican que empezaron a construir el sindicato en 2017 y en 2020 les dieron “la simple Inscripción”, que habilitó su funcionamiento a pesar de “los obstáculos puestos por el gremio provincial”. Inflan el pecho y dicen que, a partir de ahora, quienes quieran tener el convenio colectivo de trabajo nacional y “gozar de los derechos conseguidos por Moyano” tendrán que afiliarse a su gremio, lo mismo con la obra social.

 

Acoplados en disputa

¿Por qué se libra esta “guerra” sindical en tierras santafesinas? Principalmente, “por la caja”, deslizan al amparo del off the record. El sindicato provincial, el de Aladio, dice que todo se desencadenó porque Moyano no podía manejar el sindicato como pretendía. “Existe un centralismo porteño y no pueden admitir una provincia que se plantó”, señalan. El moyanismo rechaza esos argumentos y dice que son falsos. Un dato no menor es que Santa Fe es el segundo distrito con más personas afiliadas del país, con 25.000. 

 

Para entender la compleja situación actual y desentrañar el presente, hay que retroceder varios años. En 2014 hubo una asamblea donde murió un afiliado. La conducción provincial afirma que se quiso usar ese hecho como pretexto para intervenir el sindicato y para que “Moyano pusiera a alguien de su tropa”. Existió un intento de intervención de la Confederación, pero no terminó teniendo efecto porque la Corte la rechazó. “Al fallarle la intervención, armó un gremio paralelo de simple inscripción, que aún no está firme porque se apeló”, añaden. Para el sector moyanista, fue todo lo contrario: el actual oficialismo tomó el poder por la fuerza y por eso Moyano echó a sus representantes del Consejo Directivo de la Confederación.

 

La novela siguió en 2016, cuando se celebraron las elecciones. “Con ayuda de (el exministro de Trabajo Jorge) Triaca, se intentó que no tuviera validez, que quedáramos acéfalos para poder intervenir libremente”, explica el gremio provincial y afirma que “zafaron” por una cautelar que impusieron en la Justicia. En cambio, en el nuevo sindicato expresan que no los dejaron participar de los comicios y eso impulsó el surgimiento de la entidad, que tuvo sus primeras elecciones el domingo.

 

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