Desde la tarde de este viernes, cuando inició la ronda de consultas con intendentes de la costa bonaerense sobre cómo aplicar el decreto del gobierno nacional que sugería limitar la circulación de personas para bajar los casos de coronavirus, hasta este sábado antes del mediodía, el gobernador bonaerense Axel Kicillof y parte de su gabinete deliberaron con llamados cruzados, la presión de los intendentes y mirando dos indicadores: la actividad económica de la temporada turística y la suba de casos con el nivel de ocupación de camas. En el medio, hubo reproches puertas adentro sobre cómo se movió la Casa Rosada. Con insumos propios, como el esquema de fases, la administración bonaerense considera que logró una salida ordenada que pondrá en marcha este lunes. Ya no es la salud por sobre la economía. Ahora es la economía y la salud.
Instalado en Chapadmalal, Kicillof mantiene línea directa con los intendentes de la región atlántica. Junto a sus colaboradores más estrechos, se mueve entre los destrozos que causó el temporal que sacudió a Villa Gesell y a Pinamar, la suba de contagios y la nocturnidad clandestina o imágenes de aglomeración de personas con pocos cuidados. El gobernador surfea la segunda ola como puede. Tiene a su lado al ministro de Producción, Augusto Costa, atajando el reclamo de sectores de la actividad turística para que las restricciones horarias tuvieran el menor impacto posible. Esta vez, el gobierno decidió darle algo de oxígeno al sector y definió que la limitación arranque a la 1 de la mañana.
Como contó Letra P, ese pedido era trasladado a la mesa de decisiones principalmente por los intendentes del partido de La Costa, Cristian Cardozo, y de General Pueyrredón, Guillermo Montenegro. Así lo hizo saber el ministro de Producción. “Lo principal es cuidar la salud, cuidar la temporada, el trabajo, la producción”, explicó Costa en la tarde de este viernes. En el mediodía del sábado, las definiciones dieron a entender que así será.
Si bien en las últimas horas hubo algunos cortocircuitos con la administración nacional por las idas y vueltas sobre cómo definir acciones con la temporada de verano en pleno desarrollo y la forma de comunicarla, las resoluciones de fondo van en línea. Como explicó Letra P, el presidente Alberto Fernández transmitió una orden clara: “Es indispensable no parar la economía”.
Para tomar la decisión, el gobierno bonaerense se apoyó en su esquema de fases; un método conocido, con variables e intermitencias que permiten o prohíben según el nivel de contagio de cada municipio. Fue lo más a mano que tenía Kicillof para definir y con la licencia para que las restricciones tuvieran una franja horaria que garantiza que la rueda siguiera girando, quizás con menos velocidad.
A partir de este lunes por la madrugada, la prohibición de distintas actividades como la “comercial, artística, deportiva, cultural, social y recreativa, exceptuando las actividades productivas manufactureras, agropecuarias y todas aquellas definidas como esenciales de acuerdo a la normativa vigente”, será para los municipios en fases 4 y 5. Es decir, en 126 comunas de un total de 135 que tiene la provincia.
“Los intendentes están de acuerdo. Saben que, si esto no para, en dos semanas es peor”, aseguraron desde el entorno de Kicillof ante la consulta de este medio. El Día D será el martes de la próxima semana, cuando el gobierno provincial dé a conocer los números de contagio en toda la provincia y en qué fases se encuentra cada distrito. Hoy, el único municipio costero que está en fase 3 es Lobería.