Preocupado por el rumbo del gobierno provincial, un grupo de ilustres referentes del PJ santafesino se reunieron en extrema reserva para analizar el andar del gobernador Omar Perotti y evaluar la chance de converger en un acuerdo electoral de cara a las elecciones legislativas de este año.
El encuentro tuvo carácter secreto. A tal punto, que ocurrió en diciembre y recién sale a la luz ahora. Letra P pudo saber que la vicegobernadora Alejandra Rodenas, el ministro de Defensa, Agustín Rossi; el senador Armando Traferri y el diputado provincial Luis Rubeo fueron parte de la mesa que se congregó aquel día y prometió volver a reunirse a partir de la semana próxima.
Como contó Letra P hace más de tres meses, el rossismo y el Nuevo Espacio Santafesino (NES), la agrupación que conducen Rodenas y Traferri, van camino a un entendimiento, a profundizar la relación que entablaron tras las PASO de 2017 y que cimentó las bases del triunfo peronista en la provincia bajo el lema “unidad en la diversidad”. También participaron del cónclave Alejandro Rossi y Facundo Olivera, alfiles de la Corriente de la Militancia que lidera el titular de la cartera de Defensa.
La reunión se realizó horas antes de que se hiciera pública la investigación que colocó a Traferri al borde de ser imputado como organizador de una asociación ilícita destinada a recaudar del juego ilegal, de lo que zafó por la negativa del Senado a despojarlo de su inmunidad parlamentaria. No es un evento menor, pero no implica que los jugadores y la jugadora del encuentro hayan perdido el vínculo. La reunión en ciernes y la mirada sobre la coyuntura que conservan lo confirma.
Con sus movimientos políticos, entiende el grupo, Perotti está construyendo una “hegemonía” que va a contramano del esquema de unidad diversa que lo llevó hasta la Casa Gris. El gobernador busca, según uno de los participantes que habló con Letra P, “romper el vínculo con las instituciones” y ganar volumen político en detrimento de otras tribus del PJ que contribuyeron a su triunfo.
Cambios, ¿para qué?
Con ese mar de fondo, los recientes cambios de gabinete también pusieron en tensión la relación de Perotti con el Nuevo Espacio Santafesino (NES), pero sobre todo con el rossismo. El mismo gobernador le consultó a Rossi sobre las cualidades de Roberto Sukerman para conducir el Ministerio de Gobierno. El titular de Defensa lo bendijo, pero le pidió al rafaelino que le abriera toda la estructura de la cartera y no solo el cargo máximo.
El rossismo entiende que Perotti no cumplió y lee, por ello, que la incorporación de Sukerman al ala política no es un acuerdo de cúpulas. Ello no quita, por otro lado, que la Corriente no respalde al exconcejal rosarino. Todo lo contrario, Rossi lo cree capaz de darle el volumen que el rafaelino requirió, pero el Chivo pidió por la incorporación de Olivera a la cartera y el gobernador dijo que no.
Rossi, Rodenas y Traferri apuestan a “darle volumen al esquema de unidad” que –entienden– Perotti lesionó. Hay una mirada compartida y el ministro de Alberto Fernández, si así lo pretende, puede erigirse como el garante del armado que traduzca estos acuerdos. En ese marco de entendimiento entre ambas tribus, no sería extraño que la Corriente y el NES armaran lista juntos en algunos distritos de la provincia.
El peronismo santafesino enfrenta el año electoral cargando con los bajos niveles de aprobación popular de las gestiones nacional y provincial que registraron recientes encuestas.
A ese dato, se agrega el escaso nivel de conocimiento del posible candidato y la posible candidata a encabezar la nómina al Senado. El perottista Roberto Mirabella y la cristinista María de los Ángeles Sacnun, que picaron en punta y se especula con que vayan por un nuevo mandato en la Cámara alta, tienen bajos niveles de conocimiento, un 10% en el caso del rafaelino y 16% en el caso de la ladera de la vicepresidenta Cristina Fernández.