Las filiales bonaerenses de la Federación Agraria Argentina (FAA) nucleadas en Bases Federadas –armado opositor a la conducción de Carlos Achetoni– ponderaron el acuerdo alcanzado entre el gobierno nacional y los acreedores extranjeros, no sin plantear una batería de demandas, a la vez que dejaron sentado su postura sobre el perfil productivo pospandemia, en un contexto donde el Consejo Agroindustrial Argentino avanza en conversaciones con la gestión de Alberto Fernández sobre un megaproyecto de exportaciones.
Sobre esto último, voces de Bases Federadas mantienen cautela: “Todo depende de cómo se lo encare y quiénes sean los protagonistas”, consignaron a Letra P, para marcar que la cuestión central radica en quién será el sujeto de estos planes: “los fondos y grandes capitales o los agricultores”.
Las reservas que este sector del campo bonaerense mantiene ante los proyectos de exportación que se ponen sobre la mesa de discusión nacional se dejan entrever en un documento reciente de esta agrupación de filiales de FAA: “Los chacareros reclamamos ser el sujeto de la política agropecuaria. Cuando ese sujeto ha sido las toneladas producidas o los millones de dólares exportados ha quedado demostrado que la concentración de la producción y la economía arroja a los pequeños y medianos productores afuera del sistema”.
Un dato a considerar es que Bases Federadas es el armado agrario con mayor diálogo con la administración bonaerense de Axel Kicillof, de hecho sus filiales fueron las primeras que le abrieron sus puertas al exministro de Economía en tiempos de candidato y respaldaron su política de segmentación, la misma que le solicitan al gobierno de Fernández.
“Encaminado el problema de la deuda, la concreción y fortalecimiento de políticas diferenciadas en el agro, que nos trate por igual a los que somos iguales pero no a los que son diferentes, se asoma hoy como una realidad concreta que siempre reclamamos pero pocas veces conseguimos. En esta nueva etapa confiamos en que la segmentación será el eje que definirá la equidad en materia de política fiscal”, indicaron.
Asimismo, la filial Tandil puso énfasis en que el Gobierno cumpla con la compensación de retenciones contempladas: “Insistimos con que cumplan con eso porque es Ley. Ahora, con el arreglo de la deuda deberían resolverlo pronto”, dijeron a este medio.
En cuanto a los proyectos de exportación que se abran a futuro, en Bases Federadas advirtieron que el Estado tendrá que “arbitrar y poner un equilibrio” para que los agricultores tengan una oportunidad. Caso contrario, vaticinan un escenario de predominio de fondos y grandes capitales en el manejo del negocio, una concentración aún mayor de la producción y “una uberización de la agricultura en la que cualquiera lo puede hacer agricultor” y en la que se acentuaría el éxodo del interior. “No hay agricultura sin agricultores porque no hay soberanía sin arraigo”, alertaron en un texto difundido en las últimas horas.
Allí, ponderaron: “Reencaminar las obligaciones externas a un sendero que nos permita producir, agregar valor, generar trabajo, desarrollo local y arraigo es de primordial importancia para quienes vivimos y trabajamos en el interior. Lamentablemente, semejante peso de endeudamiento no se reflejó en mejoras estructurales. Seguimos con la misma red de caminos rurales que, en su mayoría, están en las mismas condiciones de principio del siglo pasado”.
En este sentido, plantearon: “La conectividad es una deuda que se ha puesto de manifiesto en estos tiempos de pandemia que nos obliga a trabajar comunicados y da testimonio de lo que tantas veces manifestábamos sobre la imposibilidad del uso tecnológico en las chacras y en la educación rural”. Asimismo, expusieron: “La seguridad en el campo va de mano de ello y de la notoria desinversión sufrida por las patrullas rurales”.