LA MESA DE LOS MARTES

Almorzando con Alberto Fernández

El Presidente encabeza un grupo con agenda fija. Son todos varones. Afinan la gestión y calman internas. Inseguridad, leyes y recursos, el temario central.

La comandancia de los distintos espacios del Frente de Todos coincide en la afirmación: los almuerzos que Alberto Fernández, Sergio Massa, Máximo Kirchner, Eduardo de Pedro y Santiago Cafiero comparten los martes en la Quinta de Olivos ordenaron la política y ayudaron a bajar las tensiones internas de la coalición de gobierno que, en on y en off the record, quedaron al descubierto en los medios de comunicación con operaciones cruzadas, versiones de recambio y pase de facturas.

 

Las reuniones del quinteto político llevan ya varios meses de rodaje, aunque no hace tanto que se conocieron públicamente. Las primeras ediciones fueron los martes por la noche, pero luego se cambiaron al mediodía para evitar trasnochadas. Los encuentros tuvieron y tienen varios spin off y comensales invitados, según el tema del momento.

 

 

 

Más allá de la situación sanitaria y los planes de reactivación económica, la seguridad es la mayor preocupación del oficialismo en territorio bonaerense, donde el gobernador y los intendentes vienen advirtiendo un aumento de los delitos. Los comensales de Olivos trazaron el martes varias líneas de acción, que articularán juntos la Nación, la Provincia y los municipios. En particular, se habló sobre la necesidad de ajustar el accionar de las fuerzas federales en el territorio sin poner el enfoque únicamente en la cantidad de efectivos, sino en las posibilidades de acción que habilitan las normas vigentes.

 

"Hay que dar respuesta urgente a este tema", admitió a Letra P uno de los dirigentes que participó de la reunión, en la que también se hizo referencia a la propuesta de Massa para avanzar en la creación de una agencia metropolitana de seguridad en la que trabajen en conjunto la Nación, la provincia de Buenos Aires y la Ciudad. El titular de la Cámara de Diputados ya había hablado del tema con Kicillof y también con la ministra de Seguridad, Sabina Frederic.

 

 

 

El gobernador también tiene sus propias mesas. En paralelo a las que se celebran en Olivos, Kicillof armó en La Plata varias reuniones con intendentes del Frente de Todos, que a su vez mantienen contacto permanente con el Presidente. De esos encuentros surgió la idea de unir los dos cónclaves, en la Quinta Presidencial, para amalgamar el diálogo político, que en la provincia nació torcido y luego se encaminó.

 

 

 

Aunque es más afecto a las charlas bilaterales que a las mesas concurridas, el Presidente entiende que el sistema viene dando frutos. Los almuerzos de los martes ayudaron a bajar tensiones que habían llegado a los diarios en forma de versiones y que tuvieron como blanco predilecto durante varias semanas a Cafiero, hombre de confianza absoluta de Fernández.

 

En los pasillos de la Casa Rosada circula la versión que indica que el jefe de Gabinete le preguntó hace un par de meses a Massa, medio en broma, medio en serio, si quería quedarse con su lugar, algo que el presidente de la Cámara de Diputados retrucó en tono jocoso. Más allá de la anécdota, lo cierto es que Cafiero y Massa también tuvieron su propia cumbre de paz. Fue a mediados de junio, cuando compartieron un almuerzo en Balcarce 50 para "repasar la agenda legislativa". No estuvieron solos: los acompañaron el secretario de Relaciones Parlamentarias, Fernando "Chino" Navarro, y el jefe de Gabinete de la Presidencia de la Cámara de Diputados, Raúl Pérez, tejedores silenciosos del acercamiento. Con el mismo sentido ordenador, Cafiero también mantuvo una cena a solas con Kirchner, con quien la relación tampoco andaba sobre ruedas. El 30 de julio, cuando el jefe de Gabinete concurrió a la Cámara de Diputados, ya reinaba la concordia. 

 

 

 

Los encuentros de Olivos terminaron de acomodar las fichas, con un diálogo más constante y abierto entre los diferentes actores que forman parte de la coalición de Gobierno, donde hay conciencia plena de la necesidad de ordenar los ruidos internos que se generan a partir de discusiones como la decisión de anunciar la expropiación de Vicentin, la reforma judicial o temas más concretos de reparto de poder, frente a la consolidación de la agenda opositora, que se vio reflejada en la marcha del 17.    

 

El Presidente fue contundente cuando les pidió a los comensales que la marcha no desviara el foco del Gobierno. En general, la mesa coincidió en la idea de que la movilización fue "más un mensaje hacia adentro" de Juntos por el Cambio. Sin embargo, advirtió que el espacio "encontró un formato que no tenía, ruidoso y que genera agenda", amplificada por los medios. Un punto a no olvidar, con miras a 2021.

 

La necesidad de generar agenda propia para consolidar el liderazgo presidencial también es parte de las conversaciones, aunque en ese punto los intereses se diversifican. Los dirigentes más identificados con el primer mandatario insisten en la necesidad de armar "el albertismo", pero Fernández no termina de dar luz verde a la decisión, mientras lleva con cuidado y dedicación la relación con Cristina Fernández de Kirchner, que suele visitar Olivos los lunes. La agenda de la vicepresidenta, más enfocada en lo judicial, se cruza a veces de manera estrepitosa y el mensaje de Fernández "se desdibuja, pierde potencia", según los albertistas. 

 

 

 

El vínculo de la fórmula presidencial, empero, goza de muy buena salud, al tiempo que el Gobierno retoma la confianza, empujado por las buenas noticias de la producción propia de una vacuna contra el coronavirus, que trazó un horizonte y la esperanza de recuperar la normalidad, y el acuerdo con los bonistas privados.

 

El escenario electoral ya está en los cálculos, aunque los principales dirigentes del Frente de Todos juran que todavía "no hay en absoluto" ninguna conversación sobre eventuales candidaturas y la mira está puesta únicamente en la recuperación económica. Fernández y su equipo están convencidos de que el despegue será "muy contundente" y que el Gobierno llegará sólido a 2021.

 

Toto Caputo y Javier Milei.
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