La derrota de María Eugenia Vidal a manos de Axel Kicillof no sólo ubicó a los intendentes de Juntos por el Cambio en el rol de opositores sino que los obligó a repensar la estrategia para intentar volver a ser gobierno en 2023. A tres años de la disputa electoral por el principal sillón de Buenos Aires y cuando aún resta la elección de medio término, los socios mayoritarios de la alianza, la UCR y el PRO, ya comenzaron a construir sus propias candidaturas. Ambos espacios coinciden en algo: el o la postulante tiene que salir de la tropa de jefes comunales, alguien con experiencia en gestión. El espejo con el peronismo, los posicionados y la danza de nombres.
La derrota reubicó a los intendentes cambiemistas en el mismo ciclo que sus pares peronistas durante el gobierno de Cambiemos. Con el antecedente de 2015, cuando la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner digitó las fórmulas que finalmente se enfrentarían en una sangrienta PASO, los intendentes del peronismo recorrieron el periodo hasta las elecciones de 2019 pregonando un mismo discurso: querían ser ellos quienes definieran al candidato en la provincia de Buenos Aires. El reclamo no se escuchó. O se escuchó a medias. La actual vicepresidenta pidió por Axel Kicillof y Verónica Magario.
Algo parecido sucede ahora con la tropa amarilla. El fracaso de Vidal en su búsqueda por revalidar su mandato posibilitó no sólo rediscutir los liderazgos en la alianza y levantar las banderas de cierta horizontalidad en las decisiones sino, además, poner en marcha una una campaña que promueva la candidatura de un intendente.
La lista de postulados comenzó a armarse. Mientras en el PRO ya varios expresaron su respaldo a Jorge Macri, en el radicalismo el abanico es más amplio. El plus en las filas del histórico partido es la supremacía en la cantidad de municipios que gobierna, aunque el poder electoral recae en la tropa amarilla.
RADICALES. En en el interior bonaerense, donde el radicalismo ostenta importante peso electoral, ya exploran posibles candidaturas. “Hay que buscar una figura dentro de Juntos por el Cambio que represente a los intendentes; tendría la ventaja de haber estado en la administración, de tener un conocimiento del manejo del interior mucho mayor”, dijo a Letra P el jefe comunal de Puan, Facundo Castelli.
Al advertir que en los últimos periodos “los gobernadores siempre vienen de Capital Federal, ninguno de alguna intendencia de la provincia de Buenos Aires”, el mandatario de este municipio de la Sexta sección electoral reconoció que la mayor exposición y caudal de votos está en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), mientras que los intendentes llevan a cabo “muchas tareas que no le permite, a quien pueda tener alguna aspiración, dedicarse de lleno” a un posicionamiento provincial. Amén de esto, destacó: “Habrá que buscar alguna figura y, por lo menos, proponerla; después, ver si tiene consenso y acompañamiento de la gente”.
Castelli, quien se posiciona dentro del armado bonaerense de Evolución –espacio referenciado con Martín Lousteau– ve con buenos ojos la candidatura de Gustavo Posse al Comité Provincia de la UCR. Apuesta por la “necesidad de una renovación partidaria” que apunte a un rol más protagónico del partido en el ámbito frentista: “Hay que posicionar fuerte al radicalismo dentro de Juntos por el Cambio, en un lugar de igualdad con el resto de los partidos. Hoy, los principales referentes que tenemos a nivel provincial y municipal son legisladores e intendentes y en eso el radicalismo del interior tiene muchos representantes”, ponderó.
De cara a las próximas ruedas electorales, se refirió a las aspiraciones bonaerenses que desde la vereda del PRO ya puso sobre la mesa el intendente Macri: “Es un excelente intendente, hace una muy buena gestión en Vicente López y tiene presencia dentro de Juntos por el Cambio. A la par, nosotros tenemos excelentes intendentes que trabajan representando al radicalismo, como Gustavo Posse o Miguel Fernández, como presidente del Foro de Intendentes”, empardó.
Y ahondó: “Cualquier intendente que tenga experiencia en la administración puede competir y lo más sano en una alianza, si hay varias intenciones y candidatos, es dirimirlo en una PASO. No me parece mal que alguien tenga aspiraciones y las haya manifestado, como Jorge Macri, pero también en el radicalismo tenemos gente que puede aspirar a ser candidato a gobernador, a gobernadora, y pelear en la PASO esa posibilidad”.
El oficialismo partidario manda el mismo mensaje, en el sentido de un mayor protagonismo radical en la alianza Juntos por el Cambio: “Somos 32 intendentes, muchos legisladores, y eso nos da un potencial para tener esa vocación de poder que hace falta en cada uno de nosotros. Tenemos muy buen recurso humano para eso. Sabemos que es un camino de alianzas, que el radicalismo solo no puede, pero primero tenemos que fortalecernos, unirnos, tener nuestros candidatos, y después ser parte de una alianza para ser una opción el año que viene y en 2023”, expresó recientemente a Letra P la intendenta de General Arenales y candidata a vice del Comité de la UCR bonaerense por el oficialismo partidario, Erica Revilla. “El radicalismo necesita tener sus propios líderes”, dijo. Y agregó que “se está trabajando” para, incluso, apostar por un candidato boina blanca a la Gobernación.
Esa tónica tendiente a ganar terreno en el armado bonaerense por parte de los intendentes radicales también se avizora en la conformación de esquemas propios de los jefes comunales, como sucede en el caso del incipiente espacio denominado “Radicales Buenos Aires”, en donde confluyen jefes comunales UCR de distintas tendencias pero que apuestan a marcar posición en el plano partidario: “Somos un grupo para pensar y proponer cosas para el radicalismo, más que un sector interno”, dejó en claro a Letra P el intendente de Rauch, Maximiliano Suescun, quien detalló que “se ha hablado con los distintos sectores del partido y seguimos consolidados, nos ampliamos un poco, primero arrancamos solo de la Quinta y fuimos sumando de otras secciones”.
PRO. En la pulseada interna, el PRO ha mencionado a menos aspirantes. Aunque –lo dicho– la propuesta es coincidente con el radicalismo: debe ser un intendente.
“Para 2023, necesitamos un candidato a gobernador que haya sido intendente”, dijo a Letra P el jefe comunal de La Plata, Julio Garro. Destacó que esa posición la comparte con sus pares Diego Valenzuela (Tres de Febrero); Néstor Grindetti (Lanús) y Macri (Vicente López), representantes de un polo distrital muy rico en votos.
El primo de Mauricio Macri fue uno de los primeros en poner en debate el liderazgo en el PRO, relativizando el rol que asumirían a partir de la derrota el expresidente y Vidal. “Este es un espacio donde ya no hay gobernadora que nos represente a todos, así que va a ser una mesa amplia”, dijo al término de una reunión posderrota con las urnas aún calientes. Además, fue el primero en postularse para 2023. “Sería bueno que el próximo gobernador fuera un intendente”, señaló, y destacó que ese “siempre” fue su “deseo”.
Un mes antes que el presidente Alberto Fernández decretara el Aislamiento Social y Preventivo Obligatorio (ASPO), el intendente Junín, Pablo Petrecca, sostuvo que Jorge Macri conocía “como pocos la provincia” y no escondió su respaldo a una posible candidatura. Aquella frase fue la antesala del comienzo de una recorrida por el territorio bonaerense que debió interrumpirse por la crisis sanitaria.